06:00 hrs.  01 de Octubre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-758

Ciudad Universitaria

 

 

 

 

Pies de foto al final del boletín

 

HACE DOS DÉCADAS SE TRANSFORMÓ LA VIDA DE LA CIUDAD DE MÉXICO: MANUEL PERLÓ

 

 

La vida del país y de la Ciudad de México se transformó después de los sismos de hace dos décadas; no sólo abrió un horizonte luctuoso en la capital de la república para rememorar tanto las desapariciones y muertes, sino los actos de solidaridad, heroísmo y comunidad, afirmó Manuel Perló, director del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC) de la UNAM.

 

Por ello, indicó que en esta entidad se hizo un trabajo que pudiera incorporar elementos de reflexión y análisis, para así recuperar y reconstruir la memoria histórica de esos eventos.

 

Refirió que se buscó rescatar los testimonios, vivencias y sufrimientos, y eso es importante, porque tiene que ver con el porqué de las cosas, cómo sucedieron, cuáles fueron sus consecuencias, cuáles son sus efectos y si realmente estamos preparados para enfrentar los próximos eventos naturales con potencial destructivo.

 

En su oportunidad, la periodista Carmen Aristegui señaló que esa fecha es el gran espejo en el cual nos hemos mirado millones de mexicanos; de ruinas y tragedias, pero también de epopeya, porque nos sobrepusimos al horror para levantar piedras y escombros con la decisión colectiva de rescatar cuerpos y salvar vidas.

 

Así, añadió, están representadas voces diversas, muchas de las cuales coinciden en puntos sobre lo ocurrido, y en los temas que siguen a debate entre los especialistas y ciudadanos en general.

 

Esta edición –20 años  después: Los sismos de 1985–, tiene el sello universitario, porque posee el orden de la discusión académica. Su particularidad es la recuperación del diálogo entre diversos actores involucrados con los acontecimientos y personas que ocupaban cargos de responsabilidad en aquella época, destacó en el salón principal de la Casa Universitaria del Libro.

 

Si algo aporta el trabajo académico es el intento de ordenar las múltiples emociones y reflexiones que se han generado desde hace veinte años; así como a conducir la discusión a puntos específicos que lleven a respuestas concretas, aseveró.

 

Por su parte, el escritor Germán Dehesa reconoció que fue “una experiencia agridulce, porque las imágenes siguen siendo devastadoras, aún recuerdan nuestra ciudad y, además, establece un estrecho puente entre Nueva Orleáns y nosotros, y entiendo que hubo más grandeza por parte de los mexicanos para enfrentar la desgracia”.

 

De los sismos, mencionó, muchas cosas se aprendieron y otras siguen inscritas en los sobrevivientes. Ahora se percibe que esto no ha acabado y no tiene por qué repetirse. Si bien la conciencia cívica dio un paso adelante en términos políticos, de solidaridad social y organización ciudadana, faltó llevar las investigaciones a su último extremo.

En ese sentido, precisó, esta obra es importante porque organiza el discurso. “No tiene las respuestas de qué pasó o cómo se hace para que ya no suceda, pero por lo menos las grandes preguntas generadas por el sismo del 85 aquí encuentran una formulación y se escuchan las voces de quienes tienen que opinar. Aquí se convierte en cosmos lo que es un caos de vacilaciones, preguntas y teorías, muchas de ellas insostenibles”.

 

A su vez, el fotógrafo Pedro Valtierra consideró: “Qué bueno que hubo fotógrafos en la calle, que vencieron el miedo y el estupor para retratarlo todo; qué bueno que aguantaron las lágrimas y el dolor por la gente de esta ciudad; qué bueno que guardaron sus negativos y fotos para dar a conocer a las futuras generaciones la historia que nos marcó a todos”.

 

Igualmente, agregó: “Qué bueno que hay instituciones como la UNAM, preocupada por reflexionar sobre los temas nacionales. Gracias a ese interés podemos ver la memoria de los sismos reconstruida con base en los testimonios de los protagonistas y las imágenes de esos acontecimientos”.

 

Ante la magnitud de la catástrofe no hubo tiempo para pensar en las impresiones, de buscarle su mejor ángulo. Los rollos no alcanzaban y dudo que hoy alguno del gremio esté satisfecho. En realidad, las imágenes que no se tomaron están en la memoria de todos los que vivimos el terremoto, recordó.

 

Sin embargo, los fotógrafos de aquella época podemos estar tranquilos  al saber que esas gráficas hoy sirven a los historiadores y sociólogos, y además son un testimonio para quienes no vivieron el sismo del 85, para que tengan una idea, así sea parcial, de la tragedia y de todo lo que eso gestó para nuestra sociedad actual, concluyó.

 

-o0o-

 

 

 

 

 

 

PIES DE FOTO

 

 

FOTO 01

 

Germán Dehesa, Manuel Perló, Carmen Aristegui y Pedro Valtierra comentaron el texto 20 años después: Los sismos de 1985. Recordaron sus particulares vivencias sobre este acontecimiento.

 

 

FOTO 02.

 

Los terremotos de hace dos décadas generaron cambios en la organización social de la capital de la república, coincidieron los comentaristas del libro 20 años después: Los sismos de 1985, editado por el PUEC de la UNAM.

 

 

FOTO 03

 

La vida del país y de la Ciudad de México se transformó después de los sismos de hace dos décadas, afirmó Manuel Perló, director del PUEC de la UNAM.