Boletín UNAM-DGCS-749
Ciudad Universitaria
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CHINA, RETO Y OPORTUNIDAD PARA MÉXICO
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Señaló en la UNAM la senadora Dulce María Sauri,
quien aseguró que esa nación representa un desafío por la alta competitividad
de su economía
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También es un factor favorable por el potencial
de su mercado, dijo la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores
Asia-Pacífico de la Cámara de Senadores
Ante el avance de
China en todos los rubros, lo que contribuirá a definir el perfil del mundo en
el siglo XXI, el reto para México y sus instituciones es desarrollar y
consolidar en lo general una visión de largo plazo en sus relaciones con
Asia-Pacífico, y en particular con esa nación, reconoció en la UNAM la senadora
Dulce María Sauri Riancho.
La presidenta de la
Comisión de Relaciones Exteriores Asia-Pacífico de la Cámara de Senadores,
aseguró que China significa también una oportunidad para nuestro país, por la
alta competitividad de su economía, debido al potencial de su mercado, ante el
cual la república puede revalorar y repensar su propio modelo de desarrollo.
Al participar en el ciclo de conferencias
“La relación México-China”, organizado por la Facultad de Economía (FE),
destacó que por el tamaño y características de su estructura productiva esa
nación presenta asimetrías destacables con nuestro sistema.
Sin embargo, ello no impide encontrar una
complementariedad de propósitos, iniciativas y acciones que redunden en un
mayor acercamiento, lo cual significa mayores oportunidades económicas,
políticas y sociales para los mexicanos.
La ex gobernadora
de Yucatán recordó que hasta hace poco la falta de una clara visión de Estado
respecto a las relaciones con Asia, había impedido avanzar con mayor rapidez en
el contacto político y económico con las naciones de esa región, sobre todo
China.
De esa manera,
abundó, el establecimiento de una asociación estratégica México-China ha
representado un paso decisivo en la consolidación de la relación bilateral,
bajo nuevas condiciones de certidumbre jurídica y económica.
En su ponencia China:
una visión a partir del modelo asiático de desarrollo, Sauri Riancho aseveró
que la Comisión Binacional ha servido para suscribir lo que se conoce como
acuerdos de cooperación binacional, aquellos que no pasan por el Senado, en
materia de salud, radio, televisión, cinematografía, propiedad industrial,
transporte aéreo y marítimo.
Explicó que las
regiones de Asia-Pacífico y América Latina son similares porque se trata de
naciones con pasado colonial, que fueron proveedoras de materias primas para
las grandes metrópolis europeas y que iniciaron sus etapas de desarrollo
moderno entre el fin de las dos guerras mundiales.
Además, ambas
evolucionaron hacia la consolidación de sistemas políticos estables en los
inicios de 1990, al dejar de lado dictaduras militares o regímenes de facto. Es
decir, se trata de zonas que en la segunda mitad del siglo XX avanzaron por
carriles paralelos.
En cuanto a las
diferencias, apuntó la senadora, Latinoamérica puso en marcha una agenda de
cambio económico que le fue obligada, es decir, fue una imposición-aceptación,
lo que generó un serio déficit de desarrollo social como parte de su
democratización y de su inserción en la globalización.
Por el contrario,
los países de Asia-Pacífico mantuvieron una agenda propia al desafiar la
ortodoxia de los organismos financieros mundiales, y hoy es la región de mayor
crecimiento económico en el orbe, reveló.
Refirió que las
diferencias en los resultados entre ambos modelos de desarrollo radican,
esencialmente, en la distinta conceptualización del papel del Estado en el
crecimiento nacional. Mientras AL redujo o eliminó este modelo, las naciones
asiáticas lo conservaron y fortalecieron, y hoy se pueden valorar los
resultados.
En Latinoamérica,
incluido México, la consolidación de regímenes democráticos bajo procesos de
liberalización y privatización, ha provocado el descenso de la calidad de vida
de las sociedades, subordinación económica y desconfianza creciente en la
democracia como sistema de gobierno más propicio para lograr el progreso.
Es decir, señaló
Dulce María Sauri, “hay una decepción en las sociedades latinoamericanas sobre
la eficacia de la democracia para enfrentar y resolver, de forma real, los
problemas de la gente”.
Por el contrario,
en Asia-Pacífico la transición política experimentada a lo largo de los años
noventa ha generado el incremento en la calidad de vida de sus sociedades,
participación activa en la negociación de la agenda de liberalización comercial
global, y consolidación y estabilización progresiva de los nuevos sistemas
políticos.
“Ante la
competencia de China, los sectores productivos nacionales quisieran que se bajaran las cortinas, se
cerraran los ojos y pretender pensar que ese país nunca ha existido. Lo que se
necesita es generar condiciones para una reflexión productiva, que permita
encontrar las oportunidades que hay en este desarrollo tan importante”,
aseveró.
Reconvertir su
sistema le ha llevado a China 24 años y no ha terminado. Por ello, quienes
quieren que México tenga cambios estructurales, y que en poco tiempo se vean
efectos positivos, ignoran lo que sucede en el país asiático, porque son
procesos acumulativos, “lo importante es tener claro el rumbo”, concluyó.
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Foto 01
En la UNAM, la
senadora Dulce María Sauri comentó que Asia-Pacífico y América Latina son
regiones similares, con pasado colonial y que fueron proveedoras de materias
primas para Europa.
Foto 02
La ex gobernadora
de Yucatán, Dulce María Sauri, dictó la conferencia magistral China: una visión
a partir del modelo asiático de desarrollo, en la Facultad de Economía de la
UNAM.