Boletín UNAM-DGCS-740
Ciudad Universitaria
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final del boletín
QUIEN SE DEDICA A
CONTAR LA VERDAD DEBE PRACTICAR POR NORMA LA DESCONFIANZA
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Afirmó en la UNAM el escritor Paco Ignacio Taibo
II, quien añadió que para construir los fenómenos que por la pura razón no se
logran, se necesitan las artes narrativas
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Participó en el ciclo de conferencias Testigos
y testimonios: el problema de la verdad
·
Lo inauguró el director de la Facultad de
Filosofía y Letras de esta casa de estudios, Ambrosio Velasco
Quien se dedica a contar la
verdad debe practicar por norma la desconfianza, aseguró en la UNAM Paco
Ignacio Taibo II, quien agregó que “para contar lo que pasó, para lograr
construir los fenómenos que por la pura razón no se logran, muchas veces se
necesitan las artes narrativas”.
El creador dictó la
conferencia “Historias e historias”, que formó parte del Ciclo “Testigos y
testimonios: el problema de la verdad”, con el cual inició la Semana de la
Historia Universal en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), inaugurada
por su director, Ambrosio Velasco.
El funcionario informó en este
marco, que este evento tiene el propósito de conocer las dificultades de
escritores, periodistas, jueces, psicoanalistas e historiadores, cuando deben
descubrir a los autores de un acontecimiento y las razones de su actuación; o
bien, cuando es necesario extraer del olvido o del inconsciente hechos que
explican una determina situación presente.
En suma, tiene el objetivo de
acercarse a los testimonios que ofrecen los testigos cuando es necesario
descubrir o aproximarse a un conocimiento cierto. También, dijo Ambrosio
Velasco, persigue el fin de incidir en los problemas actuales.
Está dirigido, agregó, a quien
quiera “reflexionar y desarrollar sus capacidades metodológicas para el conocimiento
de las conductas humanas, para la interpretación de los relatos orales y los
documentos escritos, para revisar las fuentes y advertir las huellas e indicios
que los aproximen más eficazmente a la verdad”.
Estos estudios son de vital
importancia, subrayó, dado que hoy se viven altos índices de violencia y
corrupción, cuyos instrumentos más preciados son “las verdades a medias y las
formas de ocultar la verdad”, como el silencio, la simulación, el disimulo, la
falsificación o la desaparición de pruebas.
En su exposición, Paco Ignacio
Taibo II –escritor y presidente de la Semana Negra, fiesta cultural que se
celebra cada año en Gijón, España, la cual reúne a periodistas, escritores y
lectores de todo el mundo, sobre todo a los apasionados e interesados en la
novela policiaca– señaló que muchas veces por caminos diferentes a los
científicos hay una aproximación más consistente a la verdad fáctica.
Hay que relatar el aura
mítica, expresó. Si no, de otra manera es difícil hacer justicia, lo cual es
más fácil a través de la literatura, porque tiene un corte diagonal, mientras
que la historia muchas veces sesga: hay enfoques económico, social, político,
de costumbres, mientras que el arte puede tomar de todas las áreas.
Al fin y al cabo se trata de
narrar acontecimientos verdaderos, pero, sobre todo, reencontrar el sentido,
las razones de identidad que construyen el pasado y lo relacionan con el
presente. Por eso, reiteró, “nos interesa explorar, porque si queremos juzgar
hay que entender, para colocar los hechos en su lugar”.
Así, aconsejó, “dudemos,
acerquémonos, pero sobre todo para reconstruir, que es la función social de los
historiadores”, quienes debiesen reconstruir las relaciones a nivel masivo y
popular de los mexicanos con el mejor de sus ayeres.
En el Aula Magna “Fray Alonso
de la Veracruz” de la FFyL, añadió que al practicar el arte de narrar ha hecho
frente al material histórico, y al dar la cara al pasado, ha encontrado una y
otra vez mecanismos de distorsión que tienden a impedir que uno sepa qué pasó.
Uno de ellos es el ajuste de realidad, pues son versiones mejoradas o pulidas.
De hecho, todo narrador oral sabe que la virtud de su relato no está en la
tesis general –la cual es clara y se sostiene–, sino en poder dar detalles;
éstos son los que dan verosimilitud.
De este modo, hay intereses,
versiones y situaciones que impiden que quien relata tenga una percepción del
conjunto y, aunque la tuviera, hay elementos que inciden en la manera como lo
emite. La cuestión es que con este material debe trabajarse, por lo que hacerlo
debe ser una mezcla de instrumentos del sentido común y, sobre todo, de lógica
narrativa, comentó. “Es curioso, la literatura logra lo que otros campos no,
como la construcción de personajes, de situaciones, de motivaciones, del eje
del conflicto y elementos de detalle”.
Otro problema entre los
historiadores es “la tendencia a pensar que si está escrito es verdadero”,
advirtió. Aquí aplican elementos de lógica: si hay concordancia en las
historias contadas por tres personajes que no tienen nada que ver entre sí,
pareciera que el hecho es cierto; aunque también habría que pensar si se
contaron unos a otros, por ejemplo. Puede haber una falsa memoria. Por tanto, y
de entrada, todo proceso de revisión de la información debe ser crítico.
El asunto es que el material
que proporciona la información a veces es vago o poco definible respecto hacia
dónde orienta lo sucedido o dónde están las referencias. Por lo tanto, se
utilizan elementos surgidos de una mezcla de habilidad para distinguir entre la
intuición y el sentido común, aderezadas con la continua pregunta sobre las
llamadas fuentes, que luego resulta otorgan material de dudosa calidad, de
discutible prestigio que hay que controlar, concluyó.
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PIES DE FOTO
FOTO 01.
El escritor Paco
Ignacio Taibo II dictó en la FFyL de la UNAM la conferencia “Historias e
historias”, en el Ciclo “Testigos y testimonios: el problema de la verdad” de
la Semana de la Historia Universal.
FOTO 02
El director de la
FFyL de la UNAM, Ambrosio Velasco, refirió que los narradores deben poseer
capacidades metodológicas para interpretar relatos orales, documentos escritos
y revisar fuentes que los aproximen más eficazmente a la verdad.