06:00 hrs.  23 de Septiembre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-734

Ciudad Universitaria

Pie de fotos al final del boletín

 

LA MODERNIDAD, AÚN POR HACERSE

 

 

·        Señaló Bolívar Echeverría Andrade, coordinador en la UNAM del Seminario La Modernidad: versiones y dimensiones

·        Conviene que el hombre aspire a ella, aseguró, porque se basa en la posibilidad del ser humano de ampliar sus horizontes de disfrute y libertad de acción en el sentido social e individual

·        Países como los latinoamericanos deberían intervenir en la globalización o planetarización de la economía y la vida social contemporáneas con una propuesta original, sugirió

 

 

La modernidad está todavía por hacerse, de hecho, puede decirse que este proceso apenas empieza, afirmó Bolívar Echeverría Andrade, coordinador en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM del Seminario La Modernidad: versiones y dimensiones. 

 

El profesor que organiza el Coloquio Internacional sobre Modernidad y Americanización, explicó que este concepto se refiere a un sistema civilizatorio desarrollado en la sociedad occidental, el cual intenta incluir en el funcionamiento de la vida cotidiana los impactos de una revolución técnica y tecnológica de gran alcance, que comenzó de forma temprana –tal vez en el siglo XI–, con muchos episodios y, sobre todo, acelerado con la Revolución Industrial en el XIX.

 

Conviene que el hombre aspire a la modernidad, aseguró, porque se basa en la posibilidad del ser humano de ampliar sus horizontes de disfrute y libertad de acción en el sentido no sólo social, sino individual. Sin embargo, su introducción resulta problemática, y esas son sus grandes cuestiones; incluso, la gran mayoría de las formas de vida actuales se diseñan de acuerdo con las posibilidades que ofrecía la técnica antigua, vieja, arcaica, “previa a esta revolución”.

 

Lo que se conoce como mundo moderno, precisó, se reduce a las sociedades occidentales, “y ni siquiera a todas, sino a ciertas capas de la población”. El resto lo es casi a marchas forzadas (en el sentido estadounidense). Pero como se aprecia en el caso de la guerra de Irak, es un proceso que no es fácil de concluir.

 

Por ello, Echeverría Andrade señaló que la humanidad todavía no ha logrado alcanzar este estadio: los elementos están ahí, y exigen que la colectividad los incorpore, pero no logra interiorizar, actualizar, volverlas efectivas. La modernidad que se conoce, la norteamericana –que sería la última en la historia europea y occidental–, se basa, por ejemplo, en la represión de las perspectivas de la nueva técnica.

 

Lo anterior se muestra en el hecho de que muchas estructuras son actualizadas con comportamientos anteriores a su existencia. Por ejemplo, dijo, los mass media (televisión e Internet, entre otros) tienen usos y costumbres premodernos o anteriores a las exigencias, al ser controlados por monopolios y, por tanto, dirigidos con perspectivas individuales, con un inmenso desperdicio de sus posibilidades. Lo moderno –planteado como indispensable– sería su democratización.

 

En este marco, la importancia del Coloquio Internacional sobre Modernidad y Americanización, expresó, radica en que rompe con la inercia que nos hace pensar que esta fase es un destino frente al cual no puede hacerse nada. Plantea que es un proyecto que puede ser retomado por las sociedades, no sufrido por ellas; “es mostrarla como algo que puede ser hecho y rehecho por los hombres y no que le sobreviene desde fuera y a lo que tiene que obedecer ciegamente y sin discutir”.

 

 

 

Su objetivo particular, indicó, es examinar los resultados de nuestro trabajo durante este primer año del Seminario, el cual está compuesto por investigadores de distintas entidades de la UNAM: de las facultades de Ciencias y la de Filosofía y Letras, así como el Instituto de Investigaciones Sociales y el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, “y estamos en contacto estrecho con las universidades Libre de Berlín y la Autónoma de Barcelona”.

 

En el Coloquio –que tendrá lugar en la UNAM el próximo febrero, cuando se cumpla justamente un año de existencia del Seminario– participarán los miembros de éste y varios invitados de diversos países, como Alemania, Francia y España.

 

Echeverría Andrade añadió que países como los latinoamericanos deberían intervenir en la globalización o planetarización de la economía y la vida social contemporáneas no en forma pasiva, sino con una propuesta original en este proceso.

 

Hacerlo como meros objetos, concluyó, significa continuar con el progreso de otros países a los que “estamos sujetos desde mediados del siglo XX”. De lo que se trata, “y esta es justamente la preocupación del Seminario”, es examinar qué posibilidades hay de una vida social moderna que, sin embargo, no coincida plenamente con aquélla, la cual se encuentra actualmente en crisis.

 

-oOo-


 

 

FOTO 01.

 

Bolívar Echeverría Andrade, coordinador del Seminario La Modernidad: versiones y dimensiones, de la FFyL de la UNAM, explicó el Coloquio Internacional sobre Modernidad y Americanización.

 

 

FOTO 02

Lo que se conoce como mundo moderno, precisó, se reduce a las sociedades occidentales, “y ni siquiera a todas, sino a ciertas capas de la población”, señaló el investigador Bolívar Echeverría Andrade.