Boletín UNAM-DGCS-732
Ciudad Universitaria
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final del boletín
REQUIERE MÉXICO APOYAR PROGRAMAS CIENTÍFICOS Y TECNOLÓGICOS PARA EMPEZAR A SER COMPETITIVO
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Afirmó lo anterior Harold W. Kroto, Premio
Nobel de Química 1996
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Gracias al desarrollo de la nanociencia y la
nanotecnología, en este siglo se tendrá un control más exacto a nivel molecular
de las estructuras y se obtendrán nuevos materiales, indicó
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Resaltó el importante programa en
Nanociencia REGINA, perteneciente a la UNAM, el cual dijo es “vital” para el
país
México se quedará atrás en lo
referente al desarrollo tecnológico y no podrá ser competitivo si no ejecuta
programas como el de la Red de Grupos de Investigación en Nanociencia de la
UNAM (REGINA),afirmó en la UNAM Harold W. Kroto, Premio Nobel de Química 1996.
Si este país quiere empezar a ser más competitivo, es
necesario que ejecute programas como éste y otros más, como ocurre en Estados
Unidos, Japón o la Unión Europea. Tienen que utilizar la tecnología del siglo
XXI y si no se apoya a programas como REGINA, se quedará rezagado, reiteró.
Gracias al desarrollo de la nanociencia y la
nanotecnología, en este siglo se tendrá un control más exacto a nivel molecular
de las estructuras y se obtendrán nuevos materiales con un funcionamiento
avanzado y diferentes propiedades eléctricas, mecánicas y químicas a los que
conocemos actualmente, adelantó.
En México, dijo el descubridor de los fulerenos –una
nueva forma de carbono, la molécula del C60–, acompañado por Arturo Menchaca
Rocha, director del Instituto de Física, y Julia Tagüeña, directora general de
Divulgación de la Ciencia, se realiza un importante programa en el área:
REGINA, perteneciente a la UNAM, al cual calificó de “vital” para la nación.
De visita en el Museo de las
Ciencias Universum afirmó que es fundamental invertir en ciencia básica, apoyar
a los educadores y científicos jóvenes, de forma que tengan el entrenamiento
adecuado y los medios para desarrollarse.
Todo ello, consideró el actual
integrante del Departamento de Química y Bioquímica de la Universidad Estatal
de Florida, es importante porque fructificará en un futuro promisorio.
El científico, de los más
reconocidos en el mundo, remarcó que en los últimos cinco o diez años ha habido
un crecimiento exponencial en el número de publicaciones referidas a
nanociencia o nanotecnología, el cual sigue incrementándose.
En México, abundó, se producen
buenos artículos científicos, de alta calidad, pero su número es aún reducido.
Por ello, es vital que existan programas como REGINA, para que funcionen y
jueguen un papel importante en el futuro de la tecnología y se generen nuevas
patentes.
El químico de origen inglés señaló que cuando se habla de
nanociencia y nanotecnología se hace referencia a los átomos y moléculas. Así,
los avances en esos campos se relacionan con la miniaturización de las cosas,
“y en lugar de tener transistores de silicio, en el futuro serán moleculares”.
Hasta el momento, por ejemplo, ya existen dispositivos
diminutos utilizados en medicina, como un microcatéter que se puede introducir
en la piel para administrar fármacos de una manera más eficiente y puntual.
Otras aplicaciones podrían emplearse en medicinas y la creación de nuevas
vacunas.
En lo referente al área de materiales, el C60 se puede
utilizar como aditivo en ciertos polímeros para hacer nuevos tipos de celdas
solares, lo cual reemplazará al silicio, que es caro, y se comenzará a suplir
de ese modo a la energía eléctrica.
No sólo eso, adelantó. Tales moléculas podrían usarse
como elementos de los chips o circuitos integrados que conocemos y aumentar la
velocidad de procesamiento y el número de operaciones por segundo.
De esa forma, se tendrían supercomputadoras en un reloj,
o bien, materiales 10 o 100 veces más resistentes que el acero, pero mucho más
ligeros. “Suena a ciencia ficción pero no es imposible y en el futuro esto
puede suceder”, comentó.
Harold Kroto, nombrado caballero por la realeza del Reino
Unido, recordó que los últimos años en la Universidad de Sussex, se dedicó a la
nanotecnología del carbono, especialmente fulerenos (moléculas con forma de
balón de futbol) y nanotubos, donde también están involucrados científicos
mexicanos como los hermanos Humberto y Mauricio Terrones y colegas de otros
países.
Actualmente, explicó, orienta
sus trabajos a hacer arreglos de superficies en dos dimensiones utilizando
moléculas biológicas como proteínas o ADN. Se trata de técnicas nuevas “que
queremos desarrollar”.
A pesar de los avances logrados hasta ahora, reconoció el
Nobel, aún falta mucho por hacer y sería importante “encontrar algunos
materiales que nos ayuden a sobrevivir a huracanes”.
Al presentar al Premio Nobel,
Arturo Menchaca Rocha, director del Instituto de Física, recordó que en 1970
Kroto inició un programa de investigación en Sussex para estudiar cadenas de
carbono en el espacio interestelar.
Fue a través de estos estudios
que 15 años después, durante un experimento para simular la química del carbono
en la atmósfera de estrellas gigantes rojas, descubrió una nueva forma de
molécula: una esfera de 60 átomos de carbono arreglados en hexágonos y
pentágonos.
Dicha molécula fue llamada
buckminsterfullerene, en honor del arquitecto Richard Buckminster Fuller, quien
utilizó esta estructura en la construcción de domos geodésicos, las estructuras
más ligeras y resistentes en arquitectura. Sin embargo, el nombre de la
molécula se ha simplificado al de fulereno. Por este descubrimiento, Kroto
obtuvo el máximo reconocimiento mundial en química en 1996, junto con Harold R.
F. Curl y Richard E. Smalley.
Arturo Menchaca reconoció que
el descubrimiento de los fulerenos ha sido pilar dentro de la nanotecnología,
incluso se piensa que podría revolucionar esta rama de la ciencia en el mediano
y largo plazos.
Destacó que además de llevar a
cabo investigaciones en nanociencias y nanotecnología, el científico inglés es
un promotor activo de la divulgación de la ciencia. Da conferencias públicas,
visita escuelas para fomentar la educación científica y da clases a estudiantes
de posgrado en química interestelar.
Finalmente, Julia Tagüeña refirió que en el Año
Internacional de la Física, visita la UNAM un premio Nobel de Química porque en
el tamaño atómico ambas ramas se tocan; a esa escala reina la mecánica
cuántica. “En lo pequeño las disciplinas se conjugan para ver la naturaleza”.
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FOTO 01
Harold W. Kroto, Premio Nobel de
Química 1996, visitó la UNAM, donde calificó de vital la Red de Grupos de
Investigación en Nanociencias. Lo acompaña Arturo Menchaca, director del
Instituto de Física.
FOTO 02
Julia Tagüeña, directora general de
Divulgación de la Ciencia; Harold Kroto, Premio Nobel de Química, y Arturo
Menchaca, director del Instituto de Física, en conferencia de prensa en el
Museo Universum de la UNAM.
FOTO 03.
Harold W. Kroto, Premio Nobel de Química 1996, explicó en la UNAM que si México quiere ser más competitivo requiere desarrollar programas en nanociencias como los de Estados Unidos, Japón o Unión Europea.