06:00 hrs.  18 de Septiembre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-721

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

DISEÑAN EN LA UNAM MEDICAMENTOS CONTRA PRESIÓN ARTERIAL Y ANTIINFLAMATORIOS

 

·        María del Socorro Alpízar, coordinadora del Laboratorio de Tecnología Farmacéutica de la Facultad de Química, dijo que también se estudia cómo algunas sustancias pueden tener mayor aceptación entre los pacientes

·        Conocer los mecanismos de liberación controlada de los fármacos permitirá indicar dosis más bajas en periodos más espaciados, pero con el mismo efecto terapéutico, aseguró

·        Otros productos desarrollados son antiinflamatorios en gel, complementos vitamínicos, tonificantes y formas alternativas de dosificación de vitaminas para niños, entre otros, refirió

 

Integrantes del Laboratorio de Tecnología Farmacéutica (LTF) de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM diseñan medicamentos que regulan la presión arterial, y antiinflamatorios no esteroidales que reduzcan los efectos secundarios de otros productos, como los trastornos en el aparato digestivo.

 

Para ello se emplean diferentes componentes o excipientes, que tienen como función proteger el preparado y brindarle estabilidad, para regular su liberación en el organismo, informó María del Socorro Alpízar, coordinadora de ese espacio.

 

Señaló que, además, se estudia cómo algunas sustancias pueden tener mayor aceptación entre los pacientes (en especial los pediátricos), al mejorar, por ejemplo, su sabor, olor y color, que aunque no influyen en su efecto sobre el cuerpo, “sí pueden generar su rechazo. Como consecuencia, aquél no recibiría el tratamiento adecuado”.

 

El LTF fue creado a principios de los años 90 con el apoyo de ex alumnos y la coordinación del químico Joaquín Pérez Ruelas, de acuerdo con las normas establecidas por la Secretaría de Salud, recordó.

 

En un principio, su objetivo fue exclusivamente docente. Sin embargo, con el tiempo se llevaron a cabo investigaciones sobre los mecanismos alternativos para la liberación controlada de algunos fármacos, indicó.

 

“Esto es importante –explicó la experta– porque cuando un paciente debe tomar medicamentos por periodos prolongados, existe el riesgo de que no lo haga con la frecuencia indicada. Por ejemplo, luego de ingerir una tableta cada seis horas a lo largo de un año, a una persona se le puede olvidar hacerlo un día, o bien, para que esto no ocurra, administrarse de una sola vez las cuatro diarias. En ambos casos, el efecto terapéutico esperado no se logra; al contrario, es posible que se presenten reacciones adversas severas. Esto es común en pacientes hipertensos”.

 

Conocer estos mecanismos permitirá indicar dosis más bajas en periodos más espaciados, pero con el mismo efecto terapéutico, aseguró María del Socorro Alpízar. Así, en vez de que el enfermo tome una tableta cada ocho horas, podría hacerlo cada 24. El activo actuaría igual, pero con una dosificación más espaciada. De esta manera, disminuirían las posibilidades de olvidar su dosis.

 

Expuso que la salud animal no ha sido ajena al trabajo del LTF. Allí se desarrolló una suspensión para administrar el nuevo fármaco Alfa, patentado por el doctor Rafael Castillo, investigador de la FQ.

 

Éste se emplea con eficacia en el combate de la Fasciola hepática, parásito que afecta a millones de bovinos en México y ocasiona pérdidas anuales por cuatro mil millones de pesos. En sus pruebas de efectividad han participado académicos de las facultades de Medicina Veterinaria y Zootecnia, y de Estudios Superiores Cuautitlán, y es tan bueno o mejor que los que hay en el mercado, consideró.

 

Otros productos desarrollados son antiinflamatorios en gel, complementos vitamínicos, tonificantes, formas alternativas de dosificación de vitaminas para niños, como gomitas, y tabletas de liberación prolongada, refirió.

 

En nuestro país y Latinoamérica, sólo la UNAM cuenta con un laboratorio como el LTF. Sus instalaciones y equipo son parecidos a los de la industria farmacéutica, sostuvo. En él, los alumnos aprenden a desarrollar y fabricar medicamentos, cumplir con la regulación sanitaria, administrar recursos humanos y, lo más importante, tomar decisiones, al establecer prioridades y basarse en hechos.

 

De tal forma, los egresados, por su formación, son aptos para trabajar en todas las variantes de la industria químico-farmacéutica, ventas, servicio y atención al cliente, asesoría, docencia, investigación y  farmacia comunitaria, finalizó.

 

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FOTO 1

Integrantes del Laboratorio de Tecnología Farmacéutica de la Facultad de Química de la UNAM diseñan nuevos medicamentos que regulan la presión arterial, y antiinflamatorios no esteroidales,

 

FOTO 2

María del Socorro Alpízar, coordinadora del Laboratorio de Tecnología Farmacéutica de la Facultad de Química de la UNAM, muestra uno de los equipos para crear nuevos fármacos.

 

FOTO 3.

En el Laboratorio de Tecnología Farmacéutica de la Facultad de Química de la UNAM se desarrollan antiinflamatorios en gel, complementos vitamínicos, tonificantes y formas alternativas de dosificación de vitaminas para niños.