06:00 hrs.  15 de Septiembre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-715

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

ATACAN CATÁSTROFES SÍSMICAS A LA NATURALEZA Y SOCIEDAD EN GENERAL

 

·        Por su carácter sorpresivo las personas no están preparadas para esos eventos, destacó Cinna Lomnitz, investigador emérito de la UNAM

·        No obstante, la organización necesariamente aminora sus efectos, resaltó

·        Dictó la conferencia “El gran sismo del 19 de septiembre de 1985: lo que no se ha dicho”

 

Una catástrofe no se genera sólo por una onda sísmica, es un fenómeno que ataca a la naturaleza y la sociedad en general. Por su carácter sorpresivo las personas no están preparadas para estos eventos; no obstante, la organización necesariamente aminora sus efectos, consideró Cinna Lomnitz, investigador emérito del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.

 

Al dictar la conferencia “El gran sismo del 19 de septiembre de 1985: lo que no se ha dicho”, efectuada en el marco del Simposio de Sismología, el académico recordó que en Japón se determinó, en forma experimental y teórica, que en cuanto se olvida un sismo viene el siguiente. Por ello, no se debe soslayar el siniestro de los ochenta, destacó.

 

En realidad, sostuvo, en México no ha habido una investigación oficial de este suceso, ni se ha publicado un informe al respecto. Se sabe que cayeron 371 edificios, todos de una altura de entre 7 y 18 pisos. La mayoría eran construcciones de concreto armado, de tipo marcos.

Pero lo que realmente sucedió aún no está claro, porque hubo diversas causas para la debacle, aseveró. Sin embargo, esto no sólo se ha presentado en México sino en otros lugares. Ocurrió con el huracán Katrina y en el maremoto del Océano Índico.

 

En el caso del sismo de 1985, señaló, acontecieron una serie de circunstancias en apariencia inconexas, pero que unidas colaboraron para producir este siniestro. Por ejemplo, el origen fue en las costas de Michoacán, a 400 kilómetros, y en la zona epicentral hubo pocas víctimas y daños. La onda sísmica se propagó hasta la Ciudad de México, pero sólo en la parte baja, donde cayeron las construcciones en zonas con suelo blando, en las áreas altas –como las Lomas– no pasó nada.

 

Es decir, acotó, todo lo puesto en pie bajo el entonces vigente reglamento de construcción se vino abajo, y a las edificaciones antiguas, donde no se emplearon dichas normas, no resintieron sus daños.

 

Ahora, lo que no se sabe, porque no ha habido otro sismo fuerte, es cómo se van a comportar los nuevos edificios. Todos confían en su resistencia; sin embargo, seguramente, si se presenta otro movimiento telúrico no se va a parecer al de 1985, simplemente porque esta ciudad ya es otra: las construcciones y la gente son diferentes, enfatizó.

 

Existen cinco hipótesis sobre los posibles escenarios, que van desde un no pasa nada; el colapso de los edificios que no se cayeron en 1985; la caída de las nuevas construcciones; el desplome generalizado salvo las infraestructuras amortiguadas; hasta la imposibilidad de saber, refirió.

 

No obstante, subrayó, algunas de las edificaciones que se mantuvieron incólumes hace dos décadas podrían venirse abajo y las nuevas sufrirían daños estructurales. “En cuanto a si es posible saber, pienso que es necesario conocer mucho más sobre sismología”.

 

Todo esto depende de la voluntad de los ciudadanos para organizarse; de la habilidad de los políticos y empresarios para dictar normas de construcción e invertir en erecciones más seguras, respectivamente; de la firmeza de la economía, de la cohesión social y del desarrollo de la ciencia en México, apuntó.

 

Indudablemente, la contribución social a la sismología ha sido mínima, aún a sabiendas de su importancia. Por ello, tenemos que invertir más en esa disciplina y en la ingeniería sísmica, recalcó.

 

En su oportunidad, Michel Campillo, académico de la Université Joseph Fourier, Grenoble, Francia, dictó la conferencia “Mapping Earth’s Structure Using Random Wavefield”, donde comentó que a partir del sismo de 1985 los especialistas se dieron cuenta de cómo los distintos aspectos de sismología están unidos.

 

En ese sentido, añadió, en sus investigaciones busca entrelazar cuestiones como los efectos de sitio y origen al mismo tiempo.

 

En ese sentido, explicó una técnica de medición de ondas sísmicas, elaborada a partir de las propiedades particulares del ruido superficial de la corteza terrestre. Aunque concluyó que existe la posibilidad de que esto interfiera con los ruidos emitidos por la actividad humana.

 

-oOo-

FOTO 1

Michel Campillo, académico de la Université Joseph Fourier, Grenoble, Francia, dictó en la UNAM la conferencia “Mapping Earth’s Structure Using Random Wavefield”.

 

FOTO 2

Una catástrofe no se genera sólo por una onda sísmica, es un fenómeno que ataca a la naturaleza y la sociedad en general, consideró Cinna Lomnitz, investigador emérito del IGf de la UNAM.

 

FOTO 3.

El profesor Cinna Lomnitz dictó la conferencia “El gran sismo del 19 de septiembre de 1985: lo que no se ha dicho”, efectuada en el marco del Simposio de Sismología en la UNAM.