Boletín UNAM-DGCS-688
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al final del boletín
ALTERAN EL COMPORTAMIENTO HUMANO LOS DESASTRES NATURALES
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Afirmó Lucy María
Reidl Martínez, directora de la Facultad de Psicología de la UNAM, al inaugurar
el Primer Coloquio sobre las Dimensiones Psicosociales del Cambio Ambiental
Global
·
Buena parte del aceleramiento en los procesos del
cambio ambiental tiene su origen en causas antropogénicas, aseveró el académico
universitario, Javier Urbina
· La principal vulnerabilidad de la Ciudad de México está asociada a las inundaciones, sostuvo Claudia Sheinbaum Pardo, secretaría de Medio Ambiente del Distrito Federal
Muchos de los problemas surgidos de
fenómenos naturales están vinculados con el comportamiento humano, por ello es
conveniente apoyar el trabajo multidisciplinario en las ciencias sociales, a
fin de fortalecer las medidas adoptadas por los gobiernos para hacer frente a
esta realidad que afecta al individuo y a la sociedad, afirmó Lucy María Reidl
Martínez, directora de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.
Al inaugurar el Primer Coloquio sobre las
Dimensiones Psicosociales del Cambio Ambiental Global, donde también estuvo
presente Jorge Tamés Batta, director de la Facultad de Arquitectura (FA), la
funcionaria destacó que las ciencias sociales y del comportamiento tienen un
papel importante porque ayudan a fortalecer las prescripciones que en cualquier
nivel de gobierno se establezcan para tratar ese tipo de problemas.
Con este evento se contribuye a la
búsqueda de soluciones a los grandes conflictos nacionales, en este caso lo
referente al cambio total global, indicó.
En su oportunidad, Roberto
Quaas Weppen, director del Centro Nacional de Prevención de Desastres, recalcó:
“Si no cooperamos todos los sectores de la sociedad, ni fomentamos estos
espacios de discusión multidisciplinaria, no podremos afrontar los problemas
ocasionados por el cambio general global”.
A su vez, Virginia García
Acosta, directora del Centro de Investigaciones en Antropología Social, aseguró
que los desastres son procesos multicausales y como tales deben ser entendidos,
aprendidos y tratados. Por ello, celebró que esto se empiece a ver desde una
perspectiva multidisciplinaria.
No obstante, destacó, en
realidad se trata de un conjunto de fenómenos que se vincula con muchos otros
campos de conocimiento, entre ellos el psicosocial.
Considérese, por ejemplo, que
buena parte del aceleramiento en los procesos del cambio ambiental tiene su
origen en causas antropogénicas, es decir, su móvil principal es el
comportamiento humano, ya sea individual, familiar, colectivo o comunitario, es
decir, los estilos de vida son los ejes que mueven las actividades cotidianas,
las cuales a su vez generan o agudizan
las transformaciones del entorno.
Una prueba de ello, refirió,
la tenemos ahora con los sucesos de Mississippi y Louisiana, Estados Unidos.
Todos se asombran de que la nación más poderosa del mundo no haya podido
enfrentar con previsión los daños causados por el huracán Katrina.
Esto es sólo una muestra de la
ilusoria percepción de vulnerabilidad, que regularmente se presta a suponer que
uno está a salvo y son los demás quienes corren riesgo, abundó en la Sala de
Consejo de la FA.
Si bien este es un evento
pionero, de aquí podemos obtener iniciativas de trabajo conjunto entre
disciplinas que nunca o casi nunca se han acercado. Si se propicia que en sus
futuros proyectos los especialistas de un campo se acerquen a los de otro para
realizar esfuerzos, los logros obtenidos serán por demás importantes, subrayó.
Al dictar la conferencia Estrategia local
de acción climática, Claudia Sheinbaum Pardo, secretaría de Medio Ambiente del
Distrito Federal, sostuvo que la principal vulnerabilidad de la Ciudad de
México está asociada a las inundaciones y, en este sentido, los escenarios
orientan a que va a haber más precipitaciones pluviales.
De hecho, destacó, se requieren alrededor
del 15 mil millones de pesos para poder resolver este problema. Sin embargo,
estas inversiones se han venido retrasando: primero, por la falta de inversión
en la metrópoli y, segundo, porque si bien el gobierno del DF ha erogado en
este rubro, no ha sido suficiente para prevenir desastres de este tipo.
La investigadora del Instituto de
Ingeniería de la UNAM mencionó que si aún en este momento el mundo estabilizara
sus emisiones, de todas maneras el incremento en la temperatura y lo que
significaría el cambio climático, con episodios como los vistos
recientemente, afectarían el planeta.
En términos de la discusión
internacional, señaló, los países industrializados tienen una responsabilidad
histórica por la concentración de bióxido de carbono en la atmósfera; no obstante,
algunas de las naciones en desarrollo dentro de 15 años van a tener
prácticamente la misma obligación.
Comentó que México es el décimo tercer
país en términos de emisión de gases de efecto invernadero, es decir, “nuestra contribución
por este concepto es considerable, porque estamos entre los 15 países del mundo
que más bióxido de carbono liberan a la atmósfera”.
Por ello, subrayó, aunque en estos
momentos no tengamos una obligación internacional formal, sí es importante que
el país se plantee una serie de estrategias para reducir su contribución a este
fenómeno climático.
Concretamente, precisó, de las emisiones
totales del país, la Zona Metropolitana del Valle de México contribuye con
alrededor del 12 por ciento, provenientes del consumo de energía, aunque menos
del 0.1 por ciento son forestales.
Finalmente, mencionó que los programas
ambientales del Distrito Federal en esta materia se enfocan a aspectos como:
calidad del aire; industria limpia; suministro de agua en calidad y cantidad;
manejo del arbolaje y parques urbanos; restauración y conservación de la zona
forestal; conservación de la biodiversidad; prevención y combate de incendios
forestales, y restauración ecológica de áreas naturales y protegidas.
Al hacer uso de la palabra, Javier Urbina
Soria coordinador del Coloquio y académico de la Facultad de Psicología (FP) de
la UNAM, aseveró: “Con este Coloquio queremos destacar la pertinencia del
conocimiento social, psicológico, antropológico, sociológico, histórico y
económico para abordar el cambio global, el cual parece estar más ubicado en
las llamadas ciencias duras, pero que destaca también en las sociales y del
comportamiento”.
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PIES DE FOTO
FOTO 01
Lucy María Redil
y Jorge Tamés inauguraron el Primer Coloquio sobre las Dimensiones
Psicosociales del Cambio Ambiental Global, que se realiza en la Facultad de
Arquitectura de la UNAM.
FOTO 02
Buena parte del aceleramiento en los
procesos del cambio ambiental tiene origen en causas antropogénicas, aseveró el
académico de la UNAM Javier Urbina Soria, en el Primer Coloquio sobre las
Dimensiones Psicosociales del Cambio Ambiental Global.
FOTO 03
Roberto Quaas Weppen, director del
CENAPRED, participó en la inauguración del Primer Coloquio sobre las
Dimensiones Psicosociales del Cambio Ambiental Global, en la UNAM.
FOTO 04
En el Primer Coloquio sobre las
Dimensiones Psicosociales del Cambio Ambiental Global en la UNAM, Virginia
García Acosta, directora del Centro de Investigaciones en Antropología Social,
aseveró que los desastres naturales son procesos multicausales.
FOTO 05
Claudia Sheinbaum
Pardo, secretaria de Medio Ambiente del Distrito Federal, sostuvo en la UNAM
que la principal vulnerabilidad de la Ciudad de México está asociada a las
inundaciones.
FOTO 06
Público asistente
al Primer Coloquio sobre las Dimensiones Psicosociales del Cambio Ambiental
Global, que se efectúa en la UNAM del 5 al 7 de septiembre.