Boletín UNAM-DGCS-681
Ciudad Universitaria
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del boletín
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Pues aún subsisten problemas en la posesión de la tierra, consideró el
director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
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La justicia agraria tiene una implicación social absoluta y plena:
Ricardo García Villalobos, profesor de la Facultad de Derecho
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Participaron también los especialistas Alfredo Sánchez¸ Francisco Godoy
Cortés, Alberto Pérez Gasca, Jorge Alberto González Galván y Margarita Zapata, en la Mesa Redonda:
Zapata y el Derecho Agrario
Es indispensable impulsar los estudios en
materia de Derecho agrario, debido a que aún subsisten problemas en la posesión
de la tierra; de ahí que sea prioritario sistematizarlos en el ámbito
académico, aseguró Diego Valadés, director del Instituto de Investigaciones
Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
Por décadas, México se caracterizó como uno de
los países más preocupados en este rubro y generó no sólo legislación, sino una
doctrina reconocida en todo el mundo, abundó en la Mesa Redonda: Zapata y el
Derecho Agrario, efectuada en el Auditorio “Guillermo Floris Margadant” de esta
entidad universitaria.
Por su parte, Ricardo García Villalobos,
académico de la Facultad de Derecho, explicó que la justicia agraria tiene una
implicación social absoluta y plena; los tribunales federales nacieron para
tratar de paliar la desigualdad entre campesinos con particulares. Es en la
reforma de 1992 cuando se fortalece la Procuraduría Agraria.
El también presidente del Tribunal Superior
Agrario, habló sobre algunas de las características de los juicios en esta
materia. Informó que son orales, pues los planteamientos de las partes pueden
hacerse en forma verbal; también, tienen inmediatez –que no posee la justicia
ordinaria–, pues el magistrado debe presidir todas las audiencias celebradas en
los tribunales unitarios.
Además, se privilegia la conciliación como fase
primaria. Es decir, añadió, que en vía de ejecución, después de dictada la
sentencia, aún se pueden dirimir los intereses de las partes; la rapidez es
otra cualidad, de hecho se logró disminuir el tiempo entre la primera sesión y
la resolución a cinco meses y medio.
A su vez, Alfredo Sánchez, del IIJ, destacó la
necesidad de modificar el marco jurídico de la ley de 1992. “Si bien es cierto
que el reparto ha concluido en términos generales, no significa que el tema de
la justicia haya terminado. Bajo esa perspectiva, se debe elaborar un nuevo
paradigma que tenga que ver con el desarrollo de lo que se ha denominado un
nuevo derecho social agrario”.
Este corpus, dijo, precisa caracterizarse no
sólo por el establecimiento de instituciones, sino por su efectividad. Sus
elementos contemplan el otorgamiento de créditos preferenciales a los campesinos;
buscar un progreso rural integral, planear y organizar la producción,
garantizar una explotación racional de los recursos del campo e incrementar los
ingresos de la población.
En su oportunidad, Francisco Godoy Cortés,
asesor de jurídico de la Comisión de la Reforma Agraria de la Cámara de
Diputados, afirmó que las condiciones actuales en el campo son desalentadoras.
De ahí que la lucha de Emiliano Zapata lleve al compromiso. Su área se propuso
como eje central de su programa de trabajo, hacer eco de la vieja demanda
campesina de actualizar el marco jurídico agrario mexicano.
Luego de revisar las conclusiones de ocho foros
de consulta popular, social y campesina, con la participación destacada del
IIJ, se constituyó un grupo técnico en la Comisión, con la encomienda de
elaborar una iniciativa de una nueva Ley Federal Agraria, recordó.
Al destacar sus aportaciones, indicó aspectos
como proteger la integridad de las tierras en ejidos y comunidades, fortalecer
la seguridad en la tenencia de la tierra; atención a la demanda de justicia de
los pueblos y comunidades indígenas, uso y disfrute de sus tierras, con respeto
de sus sistemas normativos, valores sociales y cultura.
Al tomar la palabra, Alberto Pérez Gasca,
director general de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de la Reforma Agraria,
explicó que en el ámbito del poder Ejecutivo, el Consejo Nacional Consultivo
del Sector Agrario elaboró un proyecto de reformas y adiciones a la Ley
Agraria.
Informó que desde 1992 se han vivido en el
campo situaciones complejas. Si bien planteaba acercar crédito a los sujetos y
hacerlo productivo, no resultó. No cumplió los objetivos propuestos.
En su oportunidad Jorge Alberto González
Galván, investigador del IIJ, refirió que a pesar del reconocimiento constitucional
de la autonomía indígena, el derecho de estos pueblos a vivir en su propia
tierra para decidir libremente sobre su vida, sigue inexistente.
La perspectiva comercial sobre la tierra se ha
impuesto, y las divisiones territoriales marcan cotos de poder. Para su
contraparte es la justificación existencial de ser y estar aquí, es un ser
vivo, poseerla es una obligación para respetar su uso y disfrute, un derecho
humano natural, cultural e histórico. En este sentido, la vigencia del lema
zapatista debía replantearse en el sentido de posesión para quien la respeta.
Por su parte, Margarita Zapata,
presidenta de la Fundación Emiliano Zapata, indicó que el pensamiento del
Caudillo del Sur sigue vigente. Hoy más que nunca su lucha es retomada, no sólo
por los campesinos de México, sino de todo el mundo.
Para 2008 habrá un gran reto: “grandes cambios,
no sólo en el campesinado, sino en la sociedad en general. Esto trasciende más
allá de nuestras fronteras, porque tenemos los tratados de libre comercio de México
con Centroamérica, y con los Estados Unidos y Canadá. Lo que significará,
contrario a lo que se dice, el empobrecimiento del campo”, concluyó.
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FOTO 01
Un grupo de
especialistas participaron en la Mesa Redonda: Zapata y el Derecho Agrario,
efectuada en el Auditorio “Guillermo Floris Margadant” del Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
FOTO 02.
El director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Diego Valadés, da la bienvenida a los participantes en la Mesa Redonda: Zapata y el Derecho Agrario.