Boletín UNAM-DGCS-676
Ciudad Universitaria
Pie de foto al
final del boletín
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El sobrino del poeta lo depositó en la Biblioteca
Nacional para su custodia y acceso
·
Carlos Pellicer logró el ideal vasconcelista de
modelar conciencias, modificar espacios y fundar instituciones, afirmó Vicente
Quirarte, director del Instituto de Investigaciones Bibliográficas
· Conservar este fondo en nuestra Alma Mater es mantener la memoria de nuestra cultura, consideró Carlos Pellicer López
La Universidad
Nacional Autónoma de México recibió el archivo documental y fotográfico del
poeta Carlos Pellicer, que formará parte del Fondo Reservado de la Biblioteca
Nacional. Se trata de un acervo que contiene su obra escrita y más de dos mil
fotografías.
Al presidir la
Ceremonia de donación, Vicente Quirarte, director del Instituto de
Investigaciones Bibliográficas (IIB) de la UNAM, afirmó que Carlos Pellicer
consumó el trabajo secreto y solitario del poeta, pero logró además el ideal
vasconcelista de modelar conciencias, modificar espacios y fundar
instituciones.
Señaló que este
personaje supo encarnar el mito del poeta como héroe, aquel que convierte sus
palabras en instrumentos para la acción.
Sus tempranas
peregrinaciones por Sudamérica como delegado estudiantil; su periplo italiano
del cual nos quedan deslumbrantes epístolas; su revelación en Tierra Santa,
cuyo paisaje había de prolongar en sus legendarios nacimientos; su auténtico y
profundo nacionalismo; su rebeldía para sentir como cristiano y luchador social
cualquier injusticia; su reconstrucción de los escenarios olmecas que en piedra
y barro dejaron su vida palpitante, lo convierten en figura proteica, sostuvo.
Con tal espíritu,
destacó Vicente Quirarte, llega a nuestra Universidad y la Biblioteca Nacional
el Archivo “Carlos Pellicer”. En realidad, todas las palabras no bastarían para
expresar nuestra gratitud al pintor Carlos Pellicer López, defensor permanente
del legado del poeta y quien hoy lo deposita para su custodia y acceso en este
recinto.
Como investigador
de este Instituto, me comprometo a registrar en fecha próxima el proyecto de
una biografía documental con base en esta rica colección, síntesis de una etapa
crucial en la historia cultural mexicana, aseveró.
En su oportunidad,
Carlos Pellicer López aseguró: “Creo que la Biblioteca Nacional es la custodia
ideal para este acervo. Es la institución especializada, desde el siglo XIX,
que se ha hecho cargo de preservar los más valiosos libros y documentos; por
ello, “conservar este fondo en nuestra Alma Mater es conservar la memoria de nuestra cultura”.
Este archivo,
explicó, se hizo sin proponérmelo, sin darme cuenta. A la muerte de mi tío supe
que debía reunir sus manuscritos y poco a poco todos los documentos que
guardaban relación con su vida.
El poeta padecía
“urraquismo”, esa dolencia que él bautizó y tipificó, y consiste en guardar
como las urracas todos los objetos considerados atractivos, lo cual podía ser
desde una corcholata o un boleto del tranvía, hasta una pintura de José María
Velasco. Todo se guardaba, destacó en el auditorio de la Biblioteca Nacional.
A mi tío nunca le
gustó desprenderse de sus manuscritos, por ello se conservan alrededor del 80
por ciento de ellos, lo cual es notable si, como me dicen los especialistas, la
obra de Carlos Pellicer es la más vasta de nuestros poetas, puntualizó.
En este sentido,
abundó, no puedo dejar de mencionar la correspondencia con sus contemporáneos y
amigos, además de los originales de libros que seguramente esperaban su lectura
y juicio. También se encuentran los autógrafos y manuscritos de personajes que
sin haberlos conocido coleccionó por admiración y generosidad de sus amigos.
Otros documentos
referentes a su tierra deben haber llegado a sus manos con la esperanza de los
donantes de entregarlos a buen cuidado, lo cual hoy se cumple, enfatizó.
El acervo
fotográfico es extenso, precisó, comienza con los álbumes de familia que nos
hacen suspirar por sus diseños lujosos y las huellas implacables del tiempo,
llenos de tantos silencios misteriosos, de tantos rostros que ya no pueden
decir sus nombres, y termina con la imagen que parece ser la última de Carlos
Pellicer con su ropa en el perchero, abandonada en la terraza de su cuarto,
cumpliendo con los versos del poema: “Así, cuando la muerte venga a buscarme,
mi ropa solamente encontrará”.
Hay fotografías de
amigos, escritores, músicos, pintores, bailarines, políticos y toreros. Otras
son de lugares, edificios, construcciones, piezas y edificios arqueológicos,
pintura y escultura de diferentes épocas, testimonios de sus intereses y
aficiones en estos ámbitos, detalló.
Otra sección,
comentó, es la de los periódicos. Muchos se guardaron porque hacen mención de
él o de sus obras, pero muchos más porque tenían un artículo con una fotografía
que le interesaba.
Por su parte, Rosa
María Gasca, coordinadora de la Biblioteca Nacional, señaló: “Con amor y
dedicación, Carlos Pellicer López fue formando este espléndido archivo en el
que cada expediente es una sorpresa con numerosos documentos a través de los
que se palpa los grandes creadores del siglo XX mexicano e iberoamericano”.
Su distinción y
confianza en esta institución nos honra y nos responsabiliza para continuar con
su labor de difusión, al facilitar su consulta a los investigadores, afirmó.
La importancia de
esta donación a esta biblioteca, enfatizó, garantiza que el fondo permanezca en
el país; se integra a esta casa de estudios como patrimonio cultural de la
nación; refrenda el papel de la Universidad Nacional como un sitio vivo de
cultura, además del beneficio que significa para la comunidad académica y
estudiantil.
El archivo
documental que hoy se recibe constituye un testimonio de la cultura mexicana a
partir de la biografía intelectual del poeta, que enriquece las colecciones,
subrayó.
En un primer
acercamiento al nutrido fondo se pueden apreciar varios tipos de documentos:
poemas originales de Pellicer y de otros poetas como Urbina, Paz y Novo, entre
otros; correspondencia abundante (cartas y la colección de tarjetas postales);
documentos de viaje de todo tipo (notas, publicidad de los hoteles); programas,
invitaciones, obras en prosa y una espléndida colección de fotografías,
precisó.
A su vez, Gonzalo
Celorio, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, consideró
que el recuerdo de Carlos Pellicer sigue vivo, “tan vivo como aquellos versos
convertidos en plegaria en los que el poeta le ruega al señor: Abre los
corazones de los hombres de América, madura sus almas todavía tan amargas”.
Hoy se cuenta con
un fondo gracias a la generosidad de Carlos Pellicer López, quien ha conservado
y difundido los textos del poeta con amoroso cuidado y de la veneración que
nuestra Universidad le profesa a uno de sus hijos más ilustres y queridos,
consideró.
Por ello, indicó,
celebro que se haya tomado la determinación de poner bajo la custodia de la
Biblioteca Nacional el archivo del autor y que la UNAM haya asumido el
compromiso de resguardarlo y difundirlo con el mismo celo y amor con que hasta
ahora lo ha hecho su sobrino.
En ese marco, el escritor Felipe Garrido mencionó
que Carlos Pellicer vivió y escribió cada uno de sus días colmado de optimismo.
“Un optimista no es un ingenuo, un optimista ha probado la hiel y el vinagre,
pero sabe encontrar fuerza para seguir el camino. Un optimista está consciente
de que el mundo es un lugar atroz pero confía en que es posible mejorarlo”.
Por último, Máximo
Evia, secretario de Cultura, Recreación y Deporte del Estado de Tabasco,
concluyó: “Estamos complacidos porque sentimos que a partir de hoy se inicia un
nuevo proyecto para dar a conocer y difundir mejor el archivo personal del
maestro Carlos Pellicer”.
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FOTO 01
La Universidad
Nacional Autónoma de México recibió el archivo documental y fotográfico del
poeta Carlos Pellicer.
FOTO 02
Gonzalo Celorio,
Rosa María Gasca, Carlos Pellicer López, Vicente Quirarte, Máximo Evia y Felipe
Garrido, durante la ceremonia de donación del archivo del poeta Carlos Pellicer
a la UNAM.
FOTO 03.
Carlos Pellicer López y Vicente Quirarte en la ceremonia de donación del archivo de Carlos Pellicer a la UNAM, que contiene su obra escrita y más de dos mil fotografías.