15:00 hrs.  30 de Agosto de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-671

Ciudad Universitaria

 

 

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PREDOMINA EN MÉXICO DESEQUILIBRIO EN LA DIVISIÓN DE PODERES

 

·        El académico de la Facultad de Derecho Óscar Reyes Retana dijo que desde 1917 el Ejecutivo tiene un peso mayor que los otros

·        Durante el Parlamento El binomio derecho y política frente al desafío del 2006, que realiza la FD, participaron especialistas de organizaciones civiles y órganos de derechos humanos

 

La división de poderes en México tiene cierto desequilibrio, siendo el Ejecutivo, sobre todo a partir de la Constitución de 1917, el que ha tenido un peso mayor que los otros, subrayó el catedrático de la Facultad de Derecho (FD) de la UNAM, Óscar Reyes Retana.

 

El especialista advirtió que a pesar de que en México existe la división de poderes y una amplia regulación en la Constitución, la práctica  muestra la necesidad de corregir, lo que debe ser motivo de una reforma del Estado, no sólo un planteamiento de campaña.

 

Al participar en la mesa División de Poderes, del Parlamento El binomio derecho y política frente al desafío del 2006, organizado por la FD y la Comisión de Participación Ciudadana de la Cámara de Diputados, externó que políticamente dividir el ejercicio del poder es evitar su concentración y el ejercicio de funciones excesivas en una sola persona o corporación, porque iría en detrimento de la libertad de los individuos y del buen gobierno.

 

Reyes Retana resaltó la importancia de determinar qué habría de modificarse para recuperar el equilibrio, porque la división misma es lo que evita la centralización que daña la libertad. De ahí, la importancia de saber qué le toca a cada uno y qué es lo que hace que los pesos y contrapesos no funcionen en forma adecuada.

 

En el Aula Magna Jacinto Pallares de la Facultad, el consejero de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Armando Hernández Cruz, consideró que este principio formal, proveniente de hace varios siglos, debe replantarse si se toma en consideración que se trata de distribución de funciones entre órganos de un mismo nivel de gobierno.

 

Durante el desarrollo de la mesa, moderada por Óscar Vásquez, el experto en derechos humanos dijo que las relaciones entre los poderes es otra parte fundamental de esta división, no sólo la atribución que se le da a cada órgano sino la vinculación entre uno y otro.

 

Estos pesos y contrapesos entre los órganos de gobierno, indicó, funcionan de manera importante cuando sé autolimitan o uno limita al otro, sin olvidar que también la población debe establecer controles a estas actividades.

 

De la ingeniería constitucional, señaló que un Estado no puede sujetarse necesariamente a planteamientos como la categoría de la división tripartita del poder, cuando las urgencias reales plantean otra circunstancia.

 

Así cada Estado, al tomar sus decisiones políticas fundamentales y determinar su forma de gobierno, debe dilucidar si distribuirá las funciones en tres, cuatro o cinco o en las entidades necesarias.

 

Luego de que el secretario de la Comisión de Participación Ciudadana de la Cámara de Diputados, Othón Sánchez, agradeció la presencia de los asistentes, el presidente de Alianza Social, Asociación Política Nacional, José Antonio Calderón Cardoso, puntualizó que no es el enfrentamiento o la lucha permanente entre dos o tres poderes lo que deba preocupar a la sociedad.

 

Lo grave, recalcó, es “la incapacidad” mostrada por los actores políticos para encontrar mecanismos que permitan procesar en forma adecuada e institucional, las naturales y sanas diferencias entre ellos.

 

El tema de la división de poderes, expuso, ha estado en el centro de la discusión política nacional no sólo ahora que se muestra el “patético” cuadro de enfrentamiento, sino que en la historia se ha visto la “frenética y permanente lucha entre poderes, buscando uno la supremacía sobre el otro”.

 

Hasta cierto punto, consideró normal que haya “choques, gritos y sombrerazos”, incluso que con su actuación el Judicial adquiera relevancia y peso específico, porque es connatural a la democracia que no admite imposiciones.

 

Lo peligroso, alertó, es que el diseño estructural y jurídico, la ingeniería constitucional que se tiene, haya sido pensada de tal manera que no opera ante la pluralidad política, la existencia de gobiernos divididos y la diversidad social.

 

Esto, sostuvo, amenaza con romper los delicados equilibrios, pues antes, con mayoría política de un partido, no se notaban las deficiencias, mientras que hoy “saltan a flor de piel”. De hecho, cuando el partido del presidente no tiene mayoría absoluta o cualificada, se corre el riesgo de la parálisis, porque el arreglo constitucional favorece la división de poderes y cuando no se consigue consensuar las decisiones, tienden a enfrentarse.

 

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 1.

 

Académicos, legisladores y especialistas participaron en la mesa División de Poderes, del Parlamento El binomio derecho y política frente al desafío del 2006, organizado por la Facultad de Derecho de la UNAM y la Cámara de Diputados.

 

 

FOTO 2

 

Armando Hernández Cruz, consejero de la Comisión de Derechos Humanos del DF, tomó parte en el Parlamento El binomio derecho y política frente al desafío del 2006, que organizan la FD de la UNAM y la Cámara de Diputados.

 

 

FOTO 3

 

El catedrático de la Facultad de Derecho de la UNAM, Óscar Reyes Retana, dijo que el Poder Ejecutivo tiene mayor peso que los demás. Participó en el Parlamento El binomio derecho y política frente al desafío del 2006.

 

 

FOTO 4

 

La Facultad de Derecho de la UNAM y la Cámara de Diputados organizaron el Parlamento El binomio derecho y política frente al desafío del 2006. Ahí participó José Antonio Calderón Cardoso, presidente de Alianza Social.