15:00 hrs.  25 de Agosto de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-654

Ciudad Universitaria

 

Traductora de Anne Fagot-Largeault

 

Pies de foto al final de boletín

 

 

SE GENERALIZA ACEPTACIÓN PARA INVESTIGAR CÉLULAS EMBRIONARIAS HUMANAS

 

·        A favor de la exploración fundamental porque ésta nos dará grandes conocimientos sobre el desarrollo humano, indicó en la UNAM Anne Fagot-Largeault, del Collège de France

·        Hoy en día, la opinión se orienta hacia el hecho de emplear embriones congelados en la investigación y la terapéutica, destacó

·        Dictó la Conferencia magistral Controversias sobre células troncales, efectuada en el marco del Coloquio Internacional Dilemas de Bioética

 

La tendencia general hoy en día es aceptar la investigación sobre las células embrionarias humanas, aunque ello se realice con todas las reservas médicas y la prudencia que se tiene cuando se dan esperanzas médicas, afirmó en la UNAM Anne Fagot-Largeault, académica del Collège de France.

 

No obstante, esta aceptación es a favor de la exploración fundamental porque ésta nos dará grandes conocimientos sobre el desarrollo humano, aunque las aplicaciones terapéuticas no sean tan efectivas como actualmente lo podemos imaginar, subrayó al dictar la conferencia magistral Controversias sobre células troncales, efectuada en el marco del Coloquio Internacional Dilemas de Bioética.

 

Al hablar sobre las posturas que plantean desarrollos científicos como la reproducción in vitro y la clonación, la especialista en filosofía de la ciencia indicó: “O bien la bioética respeta la investigación científica y acepta el proyecto de la ciencia de adquirir conocimientos exactos sobre el ser humano, o asume que no tiene ninguna unión particular con esa actividad, y considera que la ciencia es una ideología como cualquier otra”.

 

De ser así, el papel de la bioética tendría que volverse a pensar, porque podría también ser una ideología igual a cualquier otra, es decir, un lugar de lucha de influencias entre los poderes, enfatizó en el Aula Magna del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM.

 

Al hablar de la reproducción in vitro, Fagot-Largeault señaló que hoy en día, la opinión del público en los países en los cuales existen muchos embriones en los congeladores, se orienta hacia el hecho de emplearlos en la investigación y la terapéutica.

 

En este ámbito, dijo, tenemos un dilema claro, el cual ha sido planteado de manera pertinente por los comités de ética internacionales. Se puede aceptar que células humanas de embriones pueden ser utilizadas para la investigación y que de éstas se derivan diferentes cepas, las cuales podrían llegar a ser diferenciadas para, por ejemplo, curar personas con enfermedades de la médula espinal.

 

Pero también se podría rechazar que las células sean tomadas de los embriones humanos supernumerados y entonces se prohibiría y con ello se privaría de tratamientos que podrían disminuir su sufrimiento y darles una mejor calidad de vida a personas diabéticas, con lesiones del sistema nervioso o enfermedades neuromusculares o degenerativas, precisó.

 

Destacó que en esta cuestión existe una contradicción entre dos principios de la bioética: “el de respeto a la autonomía del ser humano que dice que no debemos de instrumentalizar una persona, y el de beneficencia, que busca mejorar la vida de las personas enfermas y darles buenos tratamientos”.

 

Al referirse a la clonación, consideró: “No es deseable que nuestra especie escoja este modo de reproducción. Se habla de utilizarlo en algunos casos particulares para la procreación asistida, pero por otra parte, su posibilidad con vistas terapéuticas en la especie humana ha sido demostrada en acciones contra diabetes juvenil, lesiones de la médula espinal y las deficiencias inmunitarias genéticas”.

 

De aquí, abundó, surge otro dilema: o bien se conserva la prohibición de la clonación humana y también se refuerza por razones éticas con el riesgo de no encontrar soluciones terapéuticas; o se quita esta imposibilidad para realizar investigaciones con miras curativas, y ver en qué medida esta opción es moralmente aceptada.

 

Los partidarios de su no empleo se basan principalmente en dos argumentos: la célula clonada es un embrión concreto, lo cual para la investigación y la terapéutica quiere decir instrumentable.

 

Por otra parte, piensan que si se autoriza la creación de un embrión con fines curativos, inevitablemente se pasaría a la clonación, concluyó.

 

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FOTO 1.

La tendencia actual es aceptar con reservas la investigación sobre las células embrionarias humanas, afirmó en la UNAM Anne Fagot-Largeault, del Collège de France.

 

FOTO 2

Público asistente a la conferencia magistral Controversias sobre células troncales, durante el Coloquio Internacional Dilemas de Bioética, efectuado en el IIFl de la UNAM.