11:00 hrs.  9 de Agosto de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-603

Ciudad Universitaria

 

DEBE MÉXICO IMPULSAR LA PEQUEÑA Y MEDIANA INDUSTRIA

 

 

·        En caso contrario, dejaría de fluir la inversión extranjera, aseveró la investigadora del CISAN, Elizabeth Gutiérrez Romero

·        Es indispensable apoyar sistemas de innovación en este rubro y lograr una mejor capacitación de trabajadores, consideró

·        Participó en el Diplomado “Estados Unidos, México y Canadá. Una Dimensión Internacional y Regional”

 

 

 

México necesita impulsar políticas de desarrollo para la pequeña y mediana industria y de innovación tecnológica, porque de lo contrario la inversión extranjera podría dejar de fluir, advirtió Elizabeth Gutiérrez Romero, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM.

 

Al participar en el Diplomado “Estados Unidos, México y Canadá. Una Dimensión Internacional y Regional”, expuso que el país es un gran exportador de productos de baja, media y alta tecnología, por lo que es indispensable apoyar sistemas de innovación en este rubro y lograr una mejor capacitación de trabajadores, pues la competencia reside cada vez más en estos elementos.

 

 

En la Casa de las Humanidades, insistió en la necesidad de una estrategia estatal para impulsar las cadenas productivas y la empresa, pues en estos ámbitos la nación se encuentra en una situación de desventaja. Aclaró que existe gran dependencia del extranjero para realizar ventas al exterior, ya que las firmas exportadoras provienen de la Inversión Extranjera Directa (IED).

 

La especialista precisó que del total del ingreso que fluye en el país, el foráneo representa el 16 por ciento, alrededor del 3 por ciento del Producto Interno Bruto, siendo el restante nacional y estatal.

 

Informó que en lo que va del año se tienen contabilizados 12 mil 281 millones de dólares de IED, mientras que se registró un promedio de 16 mil millones de dólares durante la década de los años noventa. México, aseveró, ha sido un gran receptor de inversión extranjera directa y ha figurado en las estrategias de las empresas transnacionales bien definidas hacia una mayor competitividad.

 

En este sentido, añadió, existen tres sectores prioritarios en las exportaciones: productos electrónicos, basados en alta tecnología; la industria automotriz, con un desarrollo medio; así como bajo, en vestido y confección.

 

Sin embargo, el segundo es el mayor receptor de inversión extranjera directa, por lo que los retos del país son aumentar los niveles de valor agregado, mayor participación de empresas mexicanas y fortalecer las cadenas de proveedores.

 

Ejemplificó que hacia 1980, se fabricaban 319 mil motores, y seis años después, la producción creció a un millón 500 mil, de los cuales gran parte se destinaron a  las ventas al exterior. En el caso de vehículos, en 1985 había 400 mil producidos, cifra que se elevó para el año 2000 a un millón 900 mil automotores, detalló.

 

Por último, concluyó que durante el Porfiriato se pensó en que el desarrollo debía basarse en la inversión extranjera, visión que concuerda con los administradores del modelo mexicano definido en los ochenta, quienes vieron en este flujo de capital la columna del financiamiento para este propósito.

-o0o-

 

FOTO 1

 

Elizabeth Gutiérrez Romero, del CISAN de la UNAM, advirtió que México necesita impulsar políticas de desarrollo para la pequeña y mediana industria y de innovación tecnológica.

 

 

FOTO 2

 

Amplia participación se registró durante el Diplomado “Estados Unidos, México y Canadá. Una Dimensión Internacional y Regional”, donde participó la investigadora Elizabeth Gutiérrez Romero.