Boletín UNAM-DGCS-593
Ciudad Universitaria
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final del boletín
RECIBIÓ LOURIVAL POSSANI DOCTORADO HONORIS CAUSA DE UNIVERSIDAD HÚNGARA
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Fue
reconocido por sus contribuciones en el estudio de los aspectos médicos y
científicos de las toxinas del alacrán, y la promoción de la cooperación
científica
·
Pionero
en México del estudio del veneno de ese artrópodo, ha hecho aportaciones de
importancia mundial
El doctor Lourival Possani Postay, investigador del Instituto de
Biotecnología (IBt) de la UNAM, recibió el Doctorado Honoris Causa por la
Universidad de Debrecen, Hungría, en reconocimiento a sus contribuciones en el
estudio de los aspectos médicos y científicos de las toxinas del alacrán, así
como por la promoción de la cooperación entre ambas instituciones.
Pionero en México en el estudio del veneno de ese artrópodo, en
entender los mecanismos moleculares de acción de sus tóxicos, los motivos por
los que mata e, incluso, tratar de crear una vacuna, Possani Postay ha hecho
aportaciones de alcance mundial.
Entre ellas, el descubrimiento de la acción de esas sustancias sobre
los llamados canales iónicos de potasio, moléculas dentro de la membrana
celular con mecanismos de apertura y cierre, dependiendo de la polaridad, y que
ante la presencia de algunos componentes de la ponzoña se cierran y provocan
daños a la célula.
El destacado científico recordó que durante su entrenamiento
posdoctoral en la Universidad Rockefeller, en Nueva York, trabajó con veneno de
serpiente en un proyecto de aislamiento del receptor de acetilcolina. Al llegar
a México buscó “encontrar proteínas o péptidos con funciones parecidas, lo que
permitiría estudiar aspectos interesantes de la comunicación celular. A eso se sumó que el piquete del alacrán
representa un problema de salud pública en la república”.
De ese modo, inició el estudio de la ponzoña de los escorpiones
mexicanos desde el punto de vista bioquímico, determinar su estructura y
función, por qué llega a matar. “Fuimos los primeros en descubrir la presencia
de péptidos que bloquean los canales de potasio”, dijo. El animal sintetiza
esos compuestos que reconocen a receptores de membranas excitables, como del
nervio y músculo.
Además, controlan la interacción de las células; son herramientas para
comprender estos mecanismos. Por esta contribución han “recibido la invitación
para colaborar con otros grupos fuera de México, entre ellos el de Hungría”.
Señaló que entre ambas instituciones existe una contribución, parcialmente
financiada por el Conacyt, a través del programa de intercambio bilateral.
Los canales iónicos también están presentes en el sistema inmune: se
trata de los linfocitos T. En ese sentido, se han encontrado toxinas que
bloquean a uno de esos canales, el Kv1.3, lo cual impide su proliferación. Ello
también se relaciona con la reacción del organismo que reconoce a un órgano
donado como extraño, por lo que si se pudiera bloquear su proliferación, se
podría eliminar el rechazo de los trasplantes.
A partir de los trabajos del también ganador de los premios Nacional de
Ciencias y Artes y Universidad Nacional, además del Howard Huges Medical
Institute International Research Scholar, muchos científicos iniciaron otras
investigaciones, entre ellos el estadounidense Chris Miller, quien en una
revisión de la revista Nature elogió el trabajo pionero del universitario y
cuyo alumno, Roderick MacKinnon, ganó el Premio Nobel de Química en 2003, al
continuar los estudios de caracterización de los canales de potasio.
Otros de sus hallazgos son la Ergtoxina, que bloquea canales ERG, que codifican
para canales potásicos relacionados con la estabilidad celular, sobre todo con
arritmias cardiacas, y toxinas que funcionan como bioinsecticidas, que no dañan
a los mamíferos pero sí a los artrópodos. Además, ha trabajado para mejorar los
antivenenos.
Al hablar del doctorado expuso que es “un gran reconocimiento
recibirlo, sobre todo por tratarse de una de las universidades europeas más
antiguas, ubicada en Debrecen, la segunda ciudad más importante de Hungría,
institución fundada hace alrededor de 450 años y que durante el imperio
austro-húngaro jugó un papel fundamental”. Esta colaboración comenzó hace 14
años.
Lourival Possani, de origen brasileño pero con sangre italiana y, por
cierto, húngara, destacó el papel de la UNAM: “Ha sido importante porque me
recibió en México y me dio el apoyo necesario para desarrollar este trabajo. Me
siento orgulloso de portar los colores de esta casa de estudios, llevar su
nombre a donde asisto y proyectarlo en foros internacionales”.
Formador de alumnos y doctores, algunos ganadores del Premio
Universidad Nacional, nunca ha dejado de dar clase frente a grupo, ni de
difundir el conocimiento, como lo muestra la publicación del primer número de
la serie La ciencia de boleto, que circula en el metro de la Ciudad de México
bajo el título de El alacrán y su piquete.
Consideró que la carrera científica debe seguirse por el interés de
conocer la realidad. La profesión proporciona satisfacciones con cada
descubrimiento, publicación, titulación o grado de un estudiante, reconocimiento
o premio. La ciencia, afirmó, satisface la búsqueda humana de conocimiento, y
produce felicidad. Un investigador con proyección tiene posibilidad de
interactuar con gente de todo el mundo, aprender idiomas y viajar.
Por ello, exhortó a los jóvenes de México a orientar su vida a esta
actividad, porque el país necesita recursos humanos altamente calificados. “El
estudiante bueno y brillante siempre tendrá un lugar de trabajo”, concluyó.
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PIES DE FOTO
FOTO 1.
Lourival Possani Postay, investigador del IBt de la UNAM, recibió el
Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Debrecen, Hungría, por sus
trabajos sobre venenos de artrópodos.
FOTO 2
En reconocimiento a sus estudios de los aspectos médicos y científicos de las toxinas del alacrán, la Universidad de Debrecen, Hungría confirió el Doctorado Honoris Causa al investigador de la UNAM Lourival Possani Postay.