Boletín UNAM-DGCS-580
Ciudad Universitaria
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final del boletín
FECHAN METEORITAS
Y ROCAS DE MILES DE MILLONES DE AÑOS PARA CONSTRUIR LA HISTORIA DEL PLANETA
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Con ayuda del Laboratorio Universitario de Geoquímica Isotópica, único
en el país, dependiente de los institutos de Geología y Geofísica de la UNAM
·
Gabriela Solís Pichardo informó que en la actualidad se trabaja con
muestras de alrededor de mil millones de años y también se inició el estudio de
meteoritos
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El objetivo es construir la historia geológica de nuestro planeta y
precisar el origen de las rocas
Con el fin de hacer
fechamientos precisos de minerales con millones de años de edad y a partir de
estos datos tratar de construir la historia del planeta, los institutos de
Geología y Geofísica de la UNAM operan el Laboratorio Universitario de
Geoquímica Isotópica (LUGIS), señaló Gabriela Solís Pichardo, responsable del
área de Química Ultrapura de dicho espacio.
Único en su tipo en México,
analiza rocas de Oaxaca con alrededor de mil millones de años, el plomo de
diversos aerolitos y, aunque aún no se tienen resultados conclusivos, las
mediciones van por buen camino. De esa forma, añadió, se espera corroborar la
edad de la meteorita Allende, de aproximadamente 4 mil 550 millones de años,
una de las más antiguas con que se cuenta en el mundo.
Debido a la naturaleza
geológica de nuestro territorio, se cuenta con un mayor número de análisis de
rocas ígneas volcánicas, aunque en el LUGIS se han estudiado de todos los
tipos. Ahí se realizan los fechamientos de rocas, minerales, aguas y materiales
diversos, con ayuda de métodos que dan buenos resultados para muestras antiguas
y que permiten reconstruir la historia de nuestro planeta, reiteró.
Solís Pichardo agregó que el proceso de geoquímica
isotópica es largo, de meses, e implica trabajo, desde ir al campo y determinar
si el modelo cumple los requisitos, hasta llevarla al laboratorio, desagregarla
por un proceso químico y medirla con ayuda de un espectrómetro de masas de
ionización térmica –instrumento único en la UNAM y en el país–, que establece
las abundancias relativas de los isótopos.
"El trabajo empieza con
una roca grande, pero al momento del ataque químico ya se tienen sólo unos
miligramos de material. La muestra que entra al espectrómetro es del rango de
nanogramos. De ahí la importancia de ese aparato, que puede medir cantidades
tan pequeñas", expresó.
Gabriela Solís Pichardo
recordó que antes de la existencia del Laboratorio, las piezas se mandaban al
extranjero. A diez años de su creación se han realizado más de 6 mil 500
determinaciones isotópicas de diversos elementos.
En la actualidad, no sólo
brinda sus servicios a los universitarios, sino a académicos de instituciones
de todo el país. Incluso, dijo, se han estudiado muestras procedentes de otras
latitudes, debido a la presencia de estudiantes de Egipto, Alemania, Perú,
Nicaragua y Guatemala.
También se da atención a
particulares con un costo inferior a los espacios comerciales, aunque esto se
hace en menor medida, porque "nuestra prioridad es la investigación".
La científica explicó que la geoquímica isotópica es una herramienta que
utiliza las propiedades y principios de la física, combinados con los de la
química, para resolver problemas geológicos.
Expuso que en la naturaleza existen elementos químicos
como el fierro, carbón u oxígeno, con átomos que poseen un núcleo con un número
de protones y neutrones; el número de estos últimos varía; no obstante, las
propiedades del elemento no cambian, sólo su número de masa, es entonces cuando
se habla de isótopos.
Son elementos químicos con el
mismo número de protones, pero diferente de neutrones, indicó. En el entorno,
indicó la investigadora, tienen abundancias diferentes. En el Laboratorio se
determina qué tan cuantiosos son, por ejemplo en el estroncio, neodimio o
plomo, con dos propósitos geológicos: fechar las rocas y determinar su origen o
petrogénesis.
Solís Pichardo dijo que
algunos isótopos son estables y otros no; dentro de estos últimos están los
llamados radioactivos, que al despedir partículas alfa y beta, así como
emisiones gama, se convierten en isótopos de otro elemento, proceso conocido
como decaimiento, que dura millones de años.
Tales transformaciones son
medidas para determinar la edad de las rocas. Como en este proceso está involucrado
el tiempo, se pueden medir las abundancias, y con esta ecuación calcular la
edad, refirió.
Las estructuras pétreas,
precisó Solís Pichardo, son agregados de minerales entrelazados. De acuerdo con
sus proporciones forman cuerpos diferentes. El cuarzo contiene sílice y
oxígeno; las plagioclasas además, fierro, magnesio y aluminio. A esos se suman
otros elementos, en cantidades más pequeñas, llamados traza, acomodados en una
red cristalina compleja.
En el LUGIS se trabaja con
estos últimos, contenidos en todas las formaciones. Se mide la concentración y
las abundancias de sus respectivos isótopos. También se establece la
petrogénesis. Cuando cualquier roca se forma, reveló Gabriela Solís, tiene una
"firma isotópica", es decir, elementos y abundancias definidos, los
cuales cambian con el tiempo. Así es posible conocer su origen.
Concluyó que se crean en
diferentes ambientes, por ejemplo, las
ígneas provienen de magmas cristalizados; las metamórficas han sufrido procesos
de transformación en su historia geológica; y las sedimentarias, como su nombre
lo indica, se crean a partir de acumulación de capas en tiempos prolongados.
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FOTO 01.
El Laboratorio
Universitario de Geoquímica Isotópica de la UNAM, único en el país, es capaz de
hacer fechamientos de rocas de hasta miles de millones de años de edad, explicó
Gabriela Solís Pichardo.
FOTO 02
Gabriela Solís Pichardo, del Laboratorio Universitario de Geoquímica Isotópica, informó que ahí inició el estudio de meteoritos y rocas de diverso origen.