06:00 hrs.  30 de Julio de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-580

Ciudad Universitaria

Pies de foto al final del boletín

 

 FECHAN METEORITAS Y ROCAS DE MILES DE MILLONES DE AÑOS PARA CONSTRUIR LA HISTORIA DEL PLANETA

 

 

·        Con ayuda del Laboratorio Universitario de Geoquímica Isotópica, único en el país, dependiente de los institutos de Geología y Geofísica de la UNAM

·        Gabriela Solís Pichardo informó que en la actualidad se trabaja con muestras de alrededor de mil millones de años y también se inició el estudio de meteoritos

·        El objetivo es construir la historia geológica de nuestro planeta y precisar el origen de las rocas

 

 

Con el fin de hacer fechamientos precisos de minerales con millones de años de edad y a partir de estos datos tratar de construir la historia del planeta, los institutos de Geología y Geofísica de la UNAM operan el Laboratorio Universitario de Geoquímica Isotópica (LUGIS), señaló Gabriela Solís Pichardo, responsable del área de Química Ultrapura de dicho espacio.

 

Único en su tipo en México, analiza rocas de Oaxaca con alrededor de mil millones de años, el plomo de diversos aerolitos y, aunque aún no se tienen resultados conclusivos, las mediciones van por buen camino. De esa forma, añadió, se espera corroborar la edad de la meteorita Allende, de aproximadamente 4 mil 550 millones de años, una de las más antiguas con que se cuenta en el mundo.

 

Debido a la naturaleza geológica de nuestro territorio, se cuenta con un mayor número de análisis de rocas ígneas volcánicas, aunque en el LUGIS se han estudiado de todos los tipos. Ahí se realizan los fechamientos de rocas, minerales, aguas y materiales diversos, con ayuda de métodos que dan buenos resultados para muestras antiguas y que permiten reconstruir la historia de nuestro planeta, reiteró.

 

Solís Pichardo agregó que el proceso de geoquímica isotópica es largo, de meses, e implica trabajo, desde ir al campo y determinar si el modelo cumple los requisitos, hasta llevarla al laboratorio, desagregarla por un proceso químico y medirla con ayuda de un espectrómetro de masas de ionización térmica –instrumento único en la UNAM y en el país–, que establece las abundancias relativas de los isótopos.

 

"El trabajo empieza con una roca grande, pero al momento del ataque químico ya se tienen sólo unos miligramos de material. La muestra que entra al espectrómetro es del rango de nanogramos. De ahí la importancia de ese aparato, que puede medir cantidades tan pequeñas", expresó.

 

Gabriela Solís Pichardo recordó que antes de la existencia del Laboratorio, las piezas se mandaban al extranjero. A diez años de su creación se han realizado más de 6 mil 500 determinaciones isotópicas de diversos elementos.

 

En la actualidad, no sólo brinda sus servicios a los universitarios, sino a académicos de instituciones de todo el país. Incluso, dijo, se han estudiado muestras procedentes de otras latitudes, debido a la presencia de estudiantes de Egipto, Alemania, Perú, Nicaragua y Guatemala.

 

También se da atención a particulares con un costo inferior a los espacios comerciales, aunque esto se hace en menor medida, porque "nuestra prioridad es la investigación". La científica explicó que la geoquímica isotópica es una herramienta que utiliza las propiedades y principios de la física, combinados con los de la química, para resolver problemas geológicos.

 

Expuso que en la naturaleza existen elementos químicos como el fierro, carbón u oxígeno, con átomos que poseen un núcleo con un número de protones y neutrones; el número de estos últimos varía; no obstante, las propiedades del elemento no cambian, sólo su número de masa, es entonces cuando se habla de isótopos.

 

Son elementos químicos con el mismo número de protones, pero diferente de neutrones, indicó. En el entorno, indicó la investigadora, tienen abundancias diferentes. En el Laboratorio se determina qué tan cuantiosos son, por ejemplo en el estroncio, neodimio o plomo, con dos propósitos geológicos: fechar las rocas y determinar su origen o petrogénesis.

 

Solís Pichardo dijo que algunos isótopos son estables y otros no; dentro de estos últimos están los llamados radioactivos, que al despedir partículas alfa y beta, así como emisiones gama, se convierten en isótopos de otro elemento, proceso conocido como decaimiento, que dura millones de años.

 

Tales transformaciones son medidas para determinar la edad de las rocas. Como en este proceso está involucrado el tiempo, se pueden medir las abundancias, y con esta ecuación calcular la edad, refirió.

 

Las estructuras pétreas, precisó Solís Pichardo, son agregados de minerales entrelazados. De acuerdo con sus proporciones forman cuerpos diferentes. El cuarzo contiene sílice y oxígeno; las plagioclasas además, fierro, magnesio y aluminio. A esos se suman otros elementos, en cantidades más pequeñas, llamados traza, acomodados en una red cristalina compleja.

 

En el LUGIS se trabaja con estos últimos, contenidos en todas las formaciones. Se mide la concentración y las abundancias de sus respectivos isótopos. También se establece la petrogénesis. Cuando cualquier roca se forma, reveló Gabriela Solís, tiene una "firma isotópica", es decir, elementos y abundancias definidos, los cuales cambian con el tiempo. Así es posible conocer su origen.

 

Concluyó que se crean en diferentes ambientes, por  ejemplo, las ígneas provienen de magmas cristalizados; las metamórficas han sufrido procesos de transformación en su historia geológica; y las sedimentarias, como su nombre lo indica, se crean a partir de acumulación de capas en tiempos prolongados.

 

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FOTO 01.

El Laboratorio Universitario de Geoquímica Isotópica de la UNAM, único en el país, es capaz de hacer fechamientos de rocas de hasta miles de millones de años de edad, explicó Gabriela Solís Pichardo.

 

FOTO 02

Gabriela Solís Pichardo, del Laboratorio Universitario de Geoquímica Isotópica, informó que ahí inició el estudio de meteoritos y rocas de diverso origen.