06:00 hrs.  30 de Julio de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-579

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

ANOREXIA, BULIMIA Y OBESIDAD SE DEBEN A CONFLICTOS DE RELACIÓN

 

·        Son conflictos de relación entre los individuos y los alimentos, señaló María Luisa Murga Meler, profesora de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM

·        Tiene que ver con el proceso de constitución psíquica de cada sujeto en particular, explicó la también catedrática de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala

 

Trastornos alimenticios como la anorexia, bulimia y obesidad no pertenecen al ámbito de la nutrición, sino a conflictos de relación establecidos entre los individuos y los alimentos desde los primeros vínculos con la madre y los objetos de amor de la infancia, señaló María Luisa Murga Meler, profesora de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM.

 

Estos temas deben separarse de dicho espacio, pues pertenecen a la forma cómo el sujeto se integra con los objetos, sean comestibles, afectivos, o aquello a lo que se aficiona, añadió.

 

La nutrición constituye la necesidad primaria de todo organismo y es observable en la base de la pirámide alimenticia. Es decir, explicó, se refiere a los aportes de proteínas, vitaminas y minerales. Sin embargo, puede asumirse que en la actualidad el sustento ya no es percibido y consumido sólo a partir de esta primera acepción.

 

 

Lo mismo sucede con las adicciones, que como en el caso de los trastornos antes mencionados, se refiere a la constitución psíquica de cada sujeto en particular, dijo la también catedrática de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala.

 

Son desórdenes graves que afectan a las mujeres mucho más que a los hombres, se presentan en mayor medida en las jóvenes y adolescentes, siendo más frecuentes en las sociedades desarrolladas, donde existe abundancia de productos y en donde la cultura enfatiza la delgadez, explicó.

 

La también consultora ambiental de la UNAM, reconoció que interfieren en el funcionamiento normal de la vida social, de trabajo y estudio. En el orden de lo colectivo no se trata únicamente de las exigencias de un cierto modelo estético para las niñas, porque históricamente siempre ha habido pretensiones de este talante.

 

Ser delgado o gordo ha pasado como ideales de belleza. Pero no se trata sólo de ceder a las exigencias del padrón, sino también al ámbito psicológico y biológico, indicó la maestra en psicología social de la ENTS.

 

En ese “enganche” es en donde debe reconocerse la problemática de la anorexia, bulimia y obesidad. Un ejemplo es que la actual preferencia social por un físico famélico es producto de la correspondiente preocupación social por la dieta y pérdida de peso, abundó.

 

La extensión de esta angustia ha sido tal, que ahora se observa a la ingesta y mentalidad asociada como normativa, tanto descriptiva como prescriptivamente. Ha sido referida como factor predisponente en los desórdenes alimentarios y se ha dicho que puede ser el eslabón para iniciar otras conductas dañinas.

 

Murga Meler explicó que a estas afecciones la Organización Mundial de la Salud las tiene clasificadas como “trastornos de la alimentación” y hay pocas estadísticas para saber cuántas jóvenes mueren debido a ellas. Por lo general, todas las consecuencias derivadas de la misma se enmascaran por las secuelas que generan, y la causa última no se refleja en los indicadores.

Por la línea de formación que se sigue en la ENTS, el profesional de esta área se ubica en el proceso de canalización y promoción de un posible tratamiento y apoyo, en términos de que el trabajador social opera no solamente para dar información, sino para auxiliar en estos casos y, como consultor, asesorar en las fases del mismo a la familia y sociedad.

 

Cuesta reconocer a estos desórdenes como problemas psíquicos que deben atenderse dentro de este campo. Por eso, la catedrática universitaria consideró que bulimia y anorexia tienen un nexo con el orden social; es decir, quienes lo padecen huyen o se abstienen de comer en público.

 

Si al suicidio se le ve como un acto eminentemente societario, aunque sea individual, es porque no funcionó el vínculo gregario. En ese mismo nivel, falló al no reconocer el llamado angustioso de quien padece estos males y, de alguna forma, tratar de paliar su enfermedad.

 

Quienes tienen alguna de estas aflicciones sufren. No importa de qué clase social sean, por lo que merecen atención, concluyó la psicóloga.

 

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FOTO 01

La psicóloga María Luisa Murga Meler, de la ENTS de la UNAM, aseguró que los trastornos alimenticios como la anorexia, bulimia y obesidad no pertenecen al ámbito nutricional.

 

FOTO 02.

Los desórdenes alimenticios expresan problema en cómo el sujeto se relaciona con los objetos o comida, admitió la psicóloga María Luisa Murga Meler, de la FES Iztacala de la UNAM.