Boletín UNAM-DGCS-579
Ciudad Universitaria
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ANOREXIA, BULIMIA Y OBESIDAD SE DEBEN A CONFLICTOS DE RELACIÓN
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Son conflictos de relación entre los
individuos y los alimentos, señaló María Luisa Murga Meler, profesora de la
Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM
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Tiene que ver con el proceso de constitución
psíquica de cada sujeto en particular, explicó la también catedrática de la
Facultad de Estudios Superiores Iztacala
Trastornos
alimenticios como la anorexia, bulimia y obesidad no pertenecen al ámbito de la
nutrición, sino a conflictos de relación establecidos entre los individuos y
los alimentos desde los primeros vínculos con la madre y los objetos de amor de
la infancia, señaló María Luisa Murga Meler, profesora de la Escuela Nacional de
Trabajo Social (ENTS) de la UNAM.
Estos
temas deben separarse de dicho espacio, pues pertenecen a la forma cómo el
sujeto se integra con los objetos, sean comestibles, afectivos, o aquello a lo
que se aficiona, añadió.
La
nutrición constituye la necesidad primaria de todo organismo y es observable en
la base de la pirámide alimenticia. Es decir, explicó, se refiere a los aportes
de proteínas, vitaminas y minerales. Sin embargo, puede asumirse que en la
actualidad el sustento ya no es percibido y consumido sólo a partir de esta
primera acepción.
Lo
mismo sucede con las adicciones, que como en el caso de los trastornos antes
mencionados, se refiere a la constitución psíquica de cada sujeto en
particular, dijo la también catedrática de la Facultad de Estudios Superiores
(FES) Iztacala.
Son
desórdenes graves que afectan a las mujeres mucho más que a los hombres, se
presentan en mayor medida en las jóvenes y adolescentes, siendo más frecuentes
en las sociedades desarrolladas, donde existe abundancia de productos y en
donde la cultura enfatiza la delgadez, explicó.
La
también consultora ambiental de la UNAM, reconoció que interfieren en el
funcionamiento normal de la vida social, de trabajo y estudio. En el orden de
lo colectivo no se trata únicamente de las exigencias de un cierto modelo
estético para las niñas, porque históricamente siempre ha habido pretensiones
de este talante.
Ser
delgado o gordo ha pasado como ideales de belleza. Pero no se trata sólo de
ceder a las exigencias del padrón, sino también al ámbito psicológico y
biológico, indicó la maestra en psicología social de la ENTS.
En
ese “enganche” es en donde debe reconocerse la problemática de la anorexia,
bulimia y obesidad. Un ejemplo es que la actual preferencia social por un
físico famélico es producto de la correspondiente preocupación social por la
dieta y pérdida de peso, abundó.
La
extensión de esta angustia ha sido tal, que ahora se observa a la ingesta y
mentalidad asociada como normativa, tanto descriptiva como prescriptivamente.
Ha sido referida como factor predisponente en los desórdenes alimentarios y se
ha dicho que puede ser el eslabón para iniciar otras conductas dañinas.
Murga
Meler explicó que a estas afecciones la Organización Mundial de la Salud las
tiene clasificadas como “trastornos de la alimentación” y hay pocas
estadísticas para saber cuántas jóvenes mueren debido a ellas. Por lo general,
todas las consecuencias derivadas de la misma se enmascaran por las secuelas
que generan, y la causa última no se refleja en los indicadores.
Por
la línea de formación que se sigue en la ENTS, el profesional de esta área se
ubica en el proceso de canalización y promoción de un posible tratamiento y
apoyo, en términos de que el trabajador social opera no solamente para dar
información, sino para auxiliar en estos casos y, como consultor, asesorar en
las fases del mismo a la familia y sociedad.
Cuesta
reconocer a estos desórdenes como problemas psíquicos que deben atenderse
dentro de este campo. Por eso, la catedrática universitaria consideró que
bulimia y anorexia tienen un nexo con el orden social; es decir, quienes lo
padecen huyen o se abstienen de comer en público.
Si
al suicidio se le ve como un acto eminentemente societario, aunque sea
individual, es porque no funcionó el vínculo gregario. En ese mismo nivel,
falló al no reconocer el llamado angustioso de quien padece estos males y, de
alguna forma, tratar de paliar su enfermedad.
Quienes
tienen alguna de estas aflicciones sufren. No importa de qué clase social sean,
por lo que merecen atención, concluyó la psicóloga.
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FOTO 01
La psicóloga
María Luisa Murga Meler, de la ENTS de la UNAM, aseguró que los trastornos
alimenticios como la anorexia, bulimia y obesidad no pertenecen al ámbito nutricional.
FOTO 02.
Los desórdenes
alimenticios expresan problema en cómo el sujeto se relaciona con los objetos o
comida, admitió la psicóloga María Luisa Murga Meler, de la FES Iztacala de la
UNAM.