06:00 hrs.  29 de Julio de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-576

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

INVESTIGADORES DE BIOMÉDICAS BUSCAN UN FÁRMACO PARA ATENDER A ENFERMOS DE ALZHEIMER

 

·        Informó Goar Gevorgyan, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM

·        Reportaron la posibilidad de desarrollar fármacos basados en moléculas para contrarrestar los efectos de este mal en etapas tempranas, señaló

·        Comprobaron que los péptidos derivados de una región específica de los anticuerpos antibamiloide, son neuroprotectores

 

Investigadores de la UNAM han obtenido resultados alentadores para prevenir o tratar la enfermedad de Alzheimer, la forma más común de demencia en las personas de edad avanzada, informó Goar Gevorgyan, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm).

 

Agregó que sus estudios son los primeros, y únicos hasta ahora, que reportan la posibilidad de desarrollar fármacos basados en moléculas para contrarrestar los efectos de este mal en etapas tempranas. En células de cerebro de rata in vitro comprobaron que los péptidos derivados de una región específica de los anticuerpos antibamiloide,  son neuroprotectores.

 

En esta investigación, que iniciaron en 2002, financiada por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos y por la Dirección General de Asuntos del Personal Académico de la UNAM, participan también Karen Manucharyan, del IIB, y Lourdes Massieu, del Instituto de Fisiología Celular de esta casa de estudios.

 

Señaló que en Estados Unidos ese mal afecta a cuatro millones de personas y para 2050 ese número se elevará al triple, porque la esperanza de vida va en aumento; la tienen tres por ciento de hombres y mujeres entre 65 y 74 años, y después de 85 años casi la mitad puede presentarla.

 

Es una patología descubierta en 1906 por el médico alemán Alois Alzheimer, quien encontró en el cerebro de una mujer fallecida agregados anormales, ahora llamados placas amiloide, y una masa confusa de fibras, denominada enredo de neurofibrillas. Ambas forman el sello característico de la enfermedad.

 

Los trabajos, indicó Goar Gevorgyan, se enfocaron a las placas amiloide, de las cuales se sabe que su componente principal es un fragmento de 39 a 42 aminoácidos, derivados de la proteína APP: el péptido bamiloide.

 

Esa proteína, dijo, es constitutiva. “Todos –afirmó– la tenemos y, por tanto, también el péptido bamiloide”. Por qué a unas personas les da la enfermedad y a otras no, todavía no se sabe; “hay quien la comienza a padecer a los 65 años o a los 80, mientras que otros  tienen una buena memoria hasta su muerte después de 90 años”.

 

A nivel mundial, aseguró, se están analizando factores ambientales, genéticos, educativos y relacionados con la actividad física; sin embargo, todavía no se establece una correlación del cien por ciento entre todos ellos.

 

La especialista agregó que quienes tienen algunas mutaciones en la proteína APP les da el padecimiento antes de los 40 años. “Pero representan menos del uno por ciento de los enfermos”. 

 

Se sabe que las placas amiloide provocan la muerte de células neuronales. Por tanto, si se previene que se formen se podría evitar la enfermedad, igual que si se ataca su componente principal en etapas tempranas del padecimiento.

 

Así, recalcó, “lo que pretendemos es combatir las placas con anticuerpos específicos que se unan al péptido bamiloide”. Se trata, precisó, de inhibir el agregado de esa parte de la proteína APP o también, si es posible, desagregar lo formado.

 

En cuanto a la forma de hacerlo, sostuvo que hay dos tipos de inmunizaciones: la activa (cuyo agente induce la formación de anticuerpos protectores y la activación de células T) y la pasiva (donde los anticuerpos no los forma el organismo del individuo, sino que le son administrados, por lo que su sistema inmune no tiene que empezar a trabajar).

 

Como después de los 65 años ya es difícil inducir una respuesta protectora en las personas –“a ellos es mejor proporcionarles las moléculas protectoras listas”–, para combatir la enfermedad de Alzheimer, por ello “vamos a preparar fragmentos de anticuerpos que sí pueden inhibir formación de placas o desagregar las ya existentes, sin provocar la respuesta de células T”, mediante la inmunización pasiva, abundó.

 

Además, se sabe que la molécula de inmunoglobulina tiene dos regiones: unas que se unen a los antígenos –en este caso el bamiloide– y otras constantes, llamadas Fc, que se pegan a los macrófagos del cerebro (microglias) y que si se administra un anticuerpo completo, las Fc pueden provocar neuroinflamación. De ahí que, “proponemos no usar la molécula de anticuerpo completa, sino únicamente el fragmento que se pega al péptido bamiloide”, apuntó.

 

Otros investigadores ya probaron en ratones la inmunización pasiva con anticuerpos completos y sí disminuye la carga de placas de bamiloide. “Pero lo novedoso de nuestro estudio son los fragmentos que utilizamos; tenemos un conjunto de ellos, y de ahí se selecciona cuáles son mejores”, expresó la investigadora del IIBm.

 

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FOTO J12

Goar Gevorgyan, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM, y su grupo han obtenido resultados prometedores en cuanto al trabajo que realizan relacionado con la enfermedad de Alzheimer.

 

FOTO J08 portal

Experimentos llevados a cabo por Goar Gevorgyan, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM, abren la posibilidad de desarrollar fármacos para prevenir o tratar en las etapas tempranas de la enfermedad de Alzheimer.