Boletín UNAM-DGCS-558
Ciudad Universitaria
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ELABORA LA UNAM LA CARTOGRAFÍA DE ENVEJECIMIENTO EN EL PAÍS
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María Inés Ortiz, del Instituto de Geografía de la UNAM, dijo que en
tres o cuatro décadas nuestro país podría tener 30 o 40 millones de adultos
mayores
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El centro del país tiene una población de ancianos, con excepción del
Estado de México, que registra una inmigración importante
Mientras que el Distrito
Federal, Yucatán, Oaxaca, Michoacán, Zacatecas, Durango y Guanajuato tienen una
gran cantidad de ancianos, esta situación no se presenta en el Estado de
México, debido a la importante migración que registra. Lo anterior queda de
manifiesto en la cartografía sobre el envejecimiento en el país, elaborada por
investigadores de la UNAM.
Este trabajo también muestra
el predominio de adultos mayores en la población que vive en el centro del
país, informó María Inés Ortiz Álvarez, investigadora del Instituto de
Geografía (IGg), quien agregó que de acuerdo con proyecciones del Consejo
Nacional de Población (Conapo), México se convertirá en un país de adultos
mayores en las próximas décadas; por lo cual es importante prever en cuánto
tiempo, dónde, y cómo se dará.
Este fenómeno alcanzará a la
migración, pues en la actualidad expulsa a población económicamente activa. No
obstante, señaló, ello significa una oportunidad para realizar estudios y
establecer índices de edad en todas las entidades, advertir a quienes tienen la
problemática en puerta, y prevenir a otros espacios territoriales.
La integrante del IGg comentó
que los ancianos dependen, en su mayor parte, de la población económicamente
activa, pero si ésta es insuficiente en su número, el panorama no es
prometedor, porque no se les podrá garantizar el apoyo adecuado.
“Por las condiciones del país
mucha gente joven y adulta no tiene empleo, menos los viejos. Esto propicia una
problemática significativa, pues si pierde sus prestaciones de seguridad
social, percibirá pensiones o jubilaciones raquíticas o nulas”, abundó.
De acuerdo con registros del
Conapo, en 1940 había en territorio mexicano cerca de 600 mil personas con más
de 65 años; para el 2000, 5 millones, y en la actualidad suman casi siete. No
obstante, dentro de tres o cuatro décadas habrá de 30 a 40 millones de viejos,
por lo que no se contará con la infraestructura suficiente para atenderlos.
“Si mantenemos el actual ritmo de crecimiento, en unas
décadas estaríamos en los umbrales de una población envejecida, tendremos la
problemática encima, sin haber resuelto otras carencias como el empleo y la
educación para los demás sectores de la sociedad”, alertó.
Ortiz Álvarez explicó que se
deben tomar en cuenta dos parámetros en este proceso: uno tiene que ver con el
control de un segmento en la base de la pirámide de edades, debido a que desde
los años 70 hay planificación familiar. Ello ha marcado que los peldaños de 0 a
4 y 5 a 9 años comiencen con reducciones significativas. El otro indicador es
un incremento de la población mayor de 65 años. Esto se advierte en la cúspide
de la graficación.
Los ancianos siempre han
estado presentes en el país, pero su volumen se ha acentuado por el avance
demográfico. Con la disminución en las cifras de mortalidad y el incremento en
la esperanza de vida, cada vez más personas pueden gozar de una mayor longevidad,
aclaró.
Si bien es cierto que mejoró
su calidad de vida, todavía no es suficiente para la población en general y en
particular para este grupo que comienza a crecer, precisó. Sólo a raíz de las
reuniones internacionales que han advertido sobre este fenómeno, las
autoridades se han abocado a contenerlo, sobre todo en países subdesarrollados.
María Inés Ortiz indicó que
las políticas impulsadas en algunas zonas del país no han sido exitosas, por lo
que aún hay una importante mortalidad en edades jóvenes o adultas. Por ello, es
necesaria una geografía del envejecimiento, para encontrar las razones y cómo
se da este proceso. A veces los censos no son suficientes; se requiere ir a lo
más profundo de las características propias de este sector, cómo vive, cómo se
ha desenvuelto y de qué forma ha llegado a tal situación.
Falta conjuntar análisis
en varios rubros, para dar una pauta. En este sentido, la disciplina a la que
pertenece puede aportar un conocimiento espacial sobre la distribución de la
población, patrones, regionalizaciones y los cambios que pudieran darse,
refirió.
Empero, también se requiere
tratamiento de otros campos, como arquitectura, ingeniería y diversas ramas de
la medicina, dijo. Incluso se carece en el país de médicos geriátricos; además
de una buena ubicación de los existentes, pues muchos de ellos se concentran en
el Distrito Federal. No faltan más instituciones dedicadas a este sector, “lo
que se requiere son estudios que la apoyen y hagan señalamientos peculiares en
aspectos que se deben tomar en cuenta”.
Opinó que se le debe dar
atención a la sociedad en general, con el fin de hacer propuestas a edades
tempranas, para que la gente adquiera una educación y cultura de la vejez en
aspectos como alimentación y cuidados de la salud. Consideró indispensable
promover las redes sociales porque sólo la familia, parientes cercanos y
comunidad en sí, podrían proporcionar apoyos, concluyó.
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María Inés Ortiz
Álvarez, investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM, dijo que si se
mantiene el actual ritmo de crecimiento, en unas décadas estaríamos en los
umbrales de una población envejecida.
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El centro del
país es una población de ancianos, con excepción del Estado de México, que
registra una inmigración importante, destacó la geógrafa universitaria María
Inés Ortiz Álvarez.