06:00 hrs.  22 de Julio de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-558

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

ELABORA LA UNAM LA CARTOGRAFÍA DE ENVEJECIMIENTO EN EL PAÍS

 

·        María Inés Ortiz, del Instituto de Geografía de la UNAM, dijo que en tres o cuatro décadas nuestro país podría tener 30 o 40 millones de adultos mayores

·        El centro del país tiene una población de ancianos, con excepción del Estado de México, que registra una inmigración importante

 

Mientras que el Distrito Federal, Yucatán, Oaxaca, Michoacán, Zacatecas, Durango y Guanajuato tienen una gran cantidad de ancianos, esta situación no se presenta en el Estado de México, debido a la importante migración que registra. Lo anterior queda de manifiesto en la cartografía sobre el envejecimiento en el país, elaborada por investigadores de la UNAM.

 

Este trabajo también muestra el predominio de adultos mayores en la población que vive en el centro del país, informó María Inés Ortiz Álvarez, investigadora del Instituto de Geografía (IGg), quien agregó que de acuerdo con proyecciones del Consejo Nacional de Población (Conapo), México se convertirá en un país de adultos mayores en las próximas décadas; por lo cual es importante prever en cuánto tiempo, dónde, y cómo se dará.

 

Este fenómeno alcanzará a la migración, pues en la actualidad expulsa a población económicamente activa. No obstante, señaló, ello significa una oportunidad para realizar estudios y establecer índices de edad en todas las entidades, advertir a quienes tienen la problemática en puerta, y prevenir a otros espacios territoriales.

La integrante del IGg comentó que los ancianos dependen, en su mayor parte, de la población económicamente activa, pero si ésta es insuficiente en su número, el panorama no es prometedor, porque no se les podrá garantizar el apoyo adecuado.

 

“Por las condiciones del país mucha gente joven y adulta no tiene empleo, menos los viejos. Esto propicia una problemática significativa, pues si pierde sus prestaciones de seguridad social, percibirá pensiones o jubilaciones raquíticas o nulas”, abundó.

 

De acuerdo con registros del Conapo, en 1940 había en territorio mexicano cerca de 600 mil personas con más de 65 años; para el 2000, 5 millones, y en la actualidad suman casi siete. No obstante, dentro de tres o cuatro décadas habrá de 30 a 40 millones de viejos, por lo que no se contará con la infraestructura suficiente para atenderlos.

 

“Si mantenemos el actual ritmo de crecimiento, en unas décadas estaríamos en los umbrales de una población envejecida, tendremos la problemática encima, sin haber resuelto otras carencias como el empleo y la educación para los demás sectores de la sociedad”, alertó.

 

Ortiz Álvarez explicó que se deben tomar en cuenta dos parámetros en este proceso: uno tiene que ver con el control de un segmento en la base de la pirámide de edades, debido a que desde los años 70 hay planificación familiar. Ello ha marcado que los peldaños de 0 a 4 y 5 a 9 años comiencen con reducciones significativas. El otro indicador es un incremento de la población mayor de 65 años. Esto se advierte en la cúspide de la graficación.

 

Los ancianos siempre han estado presentes en el país, pero su volumen se ha acentuado por el avance demográfico. Con la disminución en las cifras de mortalidad y el incremento en la esperanza de vida, cada vez más personas pueden gozar de una mayor longevidad, aclaró.

 

Si bien es cierto que mejoró su calidad de vida, todavía no es suficiente para la población en general y en particular para este grupo que comienza a crecer, precisó. Sólo a raíz de las reuniones internacionales que han advertido sobre este fenómeno, las autoridades se han abocado a contenerlo, sobre todo en países subdesarrollados.

 

María Inés Ortiz indicó que las políticas impulsadas en algunas zonas del país no han sido exitosas, por lo que aún hay una importante mortalidad en edades jóvenes o adultas. Por ello, es necesaria una geografía del envejecimiento, para encontrar las razones y cómo se da este proceso. A veces los censos no son suficientes; se requiere ir a lo más profundo de las características propias de este sector, cómo vive, cómo se ha desenvuelto y de qué forma ha llegado a tal situación.

 

Falta conjuntar análisis en varios rubros, para dar una pauta. En este sentido, la disciplina a la que pertenece puede aportar un conocimiento espacial sobre la distribución de la población, patrones, regionalizaciones y los cambios que pudieran darse, refirió.

 

Empero, también se requiere tratamiento de otros campos, como arquitectura, ingeniería y diversas ramas de la medicina, dijo. Incluso se carece en el país de médicos geriátricos; además de una buena ubicación de los existentes, pues muchos de ellos se concentran en el Distrito Federal. No faltan más instituciones dedicadas a este sector, “lo que se requiere son estudios que la apoyen y hagan señalamientos peculiares en aspectos que se deben tomar en cuenta”.

 

Opinó que se le debe dar atención a la sociedad en general, con el fin de hacer propuestas a edades tempranas, para que la gente adquiera una educación y cultura de la vejez en aspectos como alimentación y cuidados de la salud. Consideró indispensable promover las redes sociales porque sólo la familia, parientes cercanos y comunidad en sí, podrían proporcionar apoyos, concluyó.

 

-o0o-

 

 

 

 

FOTO 01

María Inés Ortiz Álvarez, investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM, dijo que si se mantiene el actual ritmo de crecimiento, en unas décadas estaríamos en los umbrales de una población envejecida.

 

 

FOTO 02

El centro del país es una población de ancianos, con excepción del Estado de México, que registra una inmigración importante, destacó la geógrafa universitaria María Inés Ortiz Álvarez.