06:00 hrs.  21 de Julio de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-555

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

BUSCAN UNIVERSITARIOS MEDIDAS PREVENTIVAS DEL  DETERIORO EN XOCHIMILCO Y EN HUMEDALES DE QUINTANA ROO

 

·        Para impulsar medidas preventivas,  afirmó Luis Zambrano, del Instituto de Biología de la UNAM

·        El jefe del Laboratorio de Restauración Ecológica expuso que se incursiona en el manejo hídrico, la red trófica, de contaminantes y nutrientes, y la erosión en chinampas

·        También se trabaja en humedales para determinar su posible afectación, indicó

 

Investigadores del Instituto de Biología de la UNAM trabajan en áreas perturbadas de Xochimilco y en humedales de Quintana Roo, para determinar su deterioro e impulsar medidas preventivas, informó Luis Zambrano, responsable del Laboratorio de Restauración Ecológica de esa entidad.

 

En la zona lacustre del Distrito Federal  se incursiona en el manejo hídrico con base en el funcionamiento natural del sistema de canales (cuándo se inunda y se seca, por ejemplo); de la red trófica (cómo actúa cada elemento de la cadena alimenticia); de contaminantes y nutrientes; y de la erosión en las chinampas debida a múltiples factores, añadió.

 

Los científicos trabajan con autoridades y expertos de los institutos de Ecología, Geografía, Geología, Ingeniería, y otras, nacionales e internacionales, incluida la UNESCO y Darwin Initiative, de Inglaterra, de modo que el problema se ataque desde todos los frentes y de manera coordinada.

El equipo de investigación analiza restaurar las especies nativas de Xochimilco, en especial los ajolotes, anfibios endémicos en peligro de extinción, de importancia biológica y cultural destacada, cuyas poblaciones se redujeron seis veces, informó.

 

Dentro de estas acciones, las autoridades de la delegación se acercaron a los universitarios, para emprender un plan de reducción de peces exóticos, como carpa y tilapia, que se introdujeron hace varios años y cuyo cultivo se intensificó, con lo que se afectó a las poblaciones nativas de ajolote, charal y pescado blanco, recordó.

 

Además, su presencia generó la erosión de las chinampas y  aumentó la turbiedad del agua, junto con el agotamiento del oxígeno, precisó Luis Zambrano. Por ello, se consideró mantener esos cardúmenes "a raya", ante la imposibilidad de erradicarlos del lugar.

 

Los científicos del IB determinaron que las poblaciones de ajolotes se ven afectadas cuando son huevos y larvas, cuya tasa de sobrevivencia es baja: de cada 10 mil se desarrollan tres. Si en esta etapa de su ciclo son vulnerados aumenta la mortalidad. “Si se lograra incrementar esa tasa de tres a 24 comenzarían a recuperarse”, agregó.

 

Su descenso, explicó, podría deberse a que son comidos por las tilapias, y sobre todo por las carpas, como ya se demostró experimentalmente en laboratorio. Otra hipótesis es que la contaminación genera problemas de hongos; la competencia alimenticia, ya que las larvas necesitan comer mucho zooplancton, y éste se ha reducido, por la gran cantidad de peces exóticos.

 

El experto destacó que la contaminación afecta también a las redes tróficas, ya que al aumentar la cantidad de nutrientes el sistema se vuelve más turbio, situación provocada por las carpas. Eso genera problemas de visibilidad, pues depredadores activos, como el ajolote, que debe ver de cerca a su presa, deja de comer. O bien, muchos insectos y peces que son alimento de ese anfibio, podrían estar decreciendo por la presencia de ciertos químicos en las aguas.

 

 

 

En el Laboratorio de Restauración Ecológica del IB no sólo se trabaja en sistemas perturbados, sino en buenas condiciones, como los humedales de Quintana Roo: Sian Ka’an y el Edén, para determinar el potencial deterioro que podrían sufrir e impulsar medidas preventivas, comentó.

 

En un sistema poco perturbado es posible desarrollar teorías ecológicas, de redes tróficas, para entender cómo funcionan los sistemas de lagos y humedales, de modo que se apliquen a otros, dañados, aseguró.

 

Estos últimos forman parte de una reserva de la biosfera de las más importantes del país, que corre peligro por estar cerca de la zona turística de Cancún y aún más del corredor de hoteles que inicia en Tulum. De hecho, en Quintana Roo se registra el mayor crecimiento de residentes del país en la actualidad, precisó.

 

Eso podría generar consecuencias negativas a corto y largo plazos, como ocurrió en los Everglades de la península de Florida, donde desde hace 50 años se comenzó a modificar el ciclo hídrico, debido a la presión poblacional de los alrededores y a la agricultura, rememoró.

 

En esa zona de Quintana Roo –donde hay diferentes tipos de cuerpos de agua interconectados, humedales con grandes pastizales, cenotes con y sin vegetación, y selva–, argumentó el científico, es oportuno realizar una planeación adecuada que permita la preservación de ese ecosistema que, en caso de daño, tendría que recuperarse con la consecuente inversión de recursos.

 

La necesidad de agua de los hoteles puede perjudicar de manera importante a los humedales de Sian Ka’an. Su principal riesgo, junto con El Edén, es el cambio en el ciclo hídrico. Asimismo, apuntó, podría afectar el  ecoturismo, que propicia reducción de especies.

 

Al igual que en el caso de Xochimilco, en Quintana Roo se requiere la participación de todos los involucrados: gobierno, hoteleros, empresarios, campesinos e indígenas para establecer acuerdos y tomar acciones que prevengan la perturbación del área, advirtió.

 

De entrada, sugirió Luis Zambrano, debe modificarse el ciclo hidrológico por medio de barreras de los cauces subterráneos, que eviten que el agua produzca pérdida de especies acuáticas. Asimismo, impedir la generación de programas de introducción de especies exóticas que dañen a las endémicas.

 

Es posible restaurar sistemas dulceacuícolas someros perturbados, a través de la producción de información oportuna y generación de políticas sustentadas académicamente, y con la participación y trabajo de todos los actores involucrados. Sin embargo, nunca tendremos un sitio restaurado al cien por ciento, concluyó.

 

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FOTO 01

Investigadores del Instituto de Biología de la UNAM trabajan en áreas perturbadas de Xochimilco  y en humedales de Quintana Roo, para determinar su deterioro e impulsar medidas preventivas, señaló Luis Zambrano.

 

FOTO 02.

Como parte de la recuperación de Xochimilco, científicos del Instituto de Biología de la UNAM trabajan en la restauración de especies nativas, informó el investigador Luis Zambrano.