Boletín UNAM-DGCS-551
Ciudad Universitaria
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final del boletín
LAS INNOVACIONES
TECNOLÓGICAS CONTRIBUIRÍAN A MANEJAR LA BASURA DE LA ZONA METROPOLITANA
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Para minimizar su impacto ambiental, social y sanitario, señaló Tomás
González, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM
·
Este fenómeno representa uno de los grandes problemas ambientales, dadas
las implicaciones de salubridad para los pobladores, consideró
Las innovaciones tecnológicas
son la vía para minimizar el impacto ambiental, social y sanitario ocasionados
por las alrededor de 21 mil toneladas de basura que por día se producen en la
Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM), señaló Tomás González,
investigador del Departamento de Recursos Naturales del Instituto de Geofísica
(IGf) de la UNAM.
Se requieren metodologías más
eficientes para la reducción de estos grandes volúmenes de desperdicios, que
representan 20 por ciento de lo generado en todo el país, y encontrar sitios
donde las condiciones geológicas e hidrogeológicas sean más óptimas para su
procesamiento, añadió.
Aunque hay clara conciencia
del cierre de tiraderos en la urbe, que alberga a más de 18 millones de
personas, así como por la búsqueda de espacios que cumplan con los requisitos
impuestos por las normas ecológicas vigentes, este fenómeno representa uno de
los grandes problemas ambientales, dadas las implicaciones de salubridad para
los pobladores, consideró.
Por ejemplo, refirió Tomás
González, el sureste (que entre otros estados incluye a Campeche, Chiapas,
Oaxaca y Quintana Roo) genera en promedio seis millones de toneladas de
residuos municipales por año. En tanto que la parte Norte (Coahuila, Sonora y
Zacatecas, entre otras) está en el mismo orden.
En el aspecto ambiental hay un
deterioro generalizado de recursos naturales por la mala disposición de la
basura, principalmente agua superficial y subterránea, suelo, aire y
alteraciones a flora y fauna. “Este es el problema fundamental de una gestión
ineficaz tanto institucional como técnica y operacionalmente”, indicó.
Hay una potencialización en
daños por la presencia de desechos peligrosos que empiezan a afectar la calidad
de vida de la población. Este panorama se debe enfrentar desde diversos puntos
de vista; por ello, es importante la interacción de grupos con diferentes posturas,
subrayó.
En ese contexto, dijo, la
geofísica es una herramienta para entender el comportamiento del subsuelo,
sobre todo por la aplicación de métodos electromagnéticos, abundó. Es
importante que en estos programas participen instituciones científicas
nacionales.
“Nos han invitado, por
ejemplo, a cooperar en proyectos de normas. Hemos intervenido en comités,
asesorado empresas con el fin de que se realicen estudios con el mayor cuidado
y detalle, porque el problema esencial de la Ciudad de México y su área
conurbada, es que partió de un conjunto de lugares de disposición que no
cumplían con las condiciones sanitarias”, reveló.
Tras recordar que corresponde
al Instituto Nacional de Ecología (INE) de la Secretaría de Medio Ambiente y
Recursos Naturales, y a la Dirección General de Servicios Urbanos del Distrito
Federal, regular a los prestadores de servicio de limpia y recolección, el
investigador del IGf aseguró que esta situación involucra también a los
gobiernos federal, estatal y municipal.
Asimismo, precisó, debe
cooperar el usuario, la sociedad, el sector privado, el informal, las
organizaciones no gubernamentales, órganos colegiados, asociaciones
profesionales y la propia industria.
El propósito de las leyes
ambientales, reglamentos estatales, municipales y las normas particulares, es
revisar los requisitos que deben de cumplir los sitios para disposición final
de la basura, así como las especificaciones de diseño, construcción, operación
y clausura de ellos, adujo.
La principal falla asociada a
la gestión del control y manejo de los residuos sólidos es que se considera
solamente como un servicio. Se han olvidado los componentes ambientales,
sociales, políticos y de las repercusiones en la salud, concluyó.
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El investigador
del IGf de la UNAM, Tomás González, aseguró que deben buscarse metodologías más
eficientes para la reducción de los grandes volúmenes de basura que produce la
ZMCM.
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Los residuos peligrosos representan uno de los grandes problemas ambientales, dadas las implicaciones de salubridad para los pobladores, señaló Tomás González, del Instituto de Geofísica de la UNAM.