15:30 hrs.  19 de Julio de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-550bis

Ciudad Universitaria

 

 

CIUDAD UNIVERSITARIA, OBRA CUMBRE DE LA ARQUITECTURA MEXICANA

 

·        Con ello se reconoce el valor que como conjunto arquitectónico, urbano y pasajístico tiene la CU, afirmó Felipe  Leal, coordinador de Proyectos Especiales de la UNAM

·        La declaratoria incluye lo correspondiente al circuito original universitario inaugurado en 1952, precisó

·        No se trata de una declaratoria que momifica a la CU ni hace de ella un museo, sino le confiere la categoría de monumento artístico, desde una perspectiva dinámica de la preservación, subrayó

 

La declaratoria de la Ciudad Universitaria como Monumento Artístico de la Nación constituye una muestra del valor que como conjunto arquitectónico, urbano y paisajístico tiene el campus universitario, afirmó Felipe  Leal, coordinador de Proyectos Especiales de la UNAM.

 

Al referirse al decreto publicado el pasado 18 de julio en el Diario Oficial de la Federación, donde también se considera que la CU es una obra cumbre de la calidad e innovación de la arquitectura mexicana.

 

La declaratoria incluye, dijo, el primer circuito universitario inaugurado en 1952. Tiene como límites hacia el Oriente, el Estadio Olímpico; al sur, los frontones y las zonas deportivas; al oriente, la Facultad de Medicina, y al norte los edificios de las facultades de Filosofía y Letras, Derecho, Economía y Odontología.

 

Por el momento, precisó, no abarca el área de la Investigación Científica, el Circuito Mario de la Cueva ni el Centro Cultural Universitario.

 

De este modo, la declaratoria reconoce el significado del proyecto original de Ciudad Universitaria, no así las obras posteriores. Este sistema incluye desde las vialidades y su relación con el paisaje; la calidad de los edificios arquitectónicos y los murales, es decir, el universo de todos estos valores que se conjuntaron en la elaboración de CU hace más de 50 años, puntualizó.

 

Con este decreto, subrayó, no sólo se le reconoce su valor artístico, también se garantiza para el país la preservación de la Ciudad Universitaria en su circuito original, es decir, se esencia no va a poder ser afectada con facilidad.

 

Asimismo, abundó, otorga la posibilidad de que organismos nacionales e internacionales contribuyan con recursos y programas específicos a darle a la CU un mantenimiento mayor al actual.

 

El académico de la Facultad de Arquitectura aclaró: “La Universidad es dinámica y viva; en ese sentido, seguirá creciendo sólo que cuando lo haga deberá hacerlo atendiendo la opinión de los expertos y, de este modo, se contribuirá a su preservación”.

 

No se trata de una declaratoria que momifica a la CU ni hace de ella un museo, sino le confiere la categoría de monumento artístico y obliga a la Universidad a tener un plan de manejo más específico, así como a crear conciencia entre la comunidad universitaria sobre el valor de hacer un uso adecuado de dichas instalaciones, subrayó.

 

Preservar, aclaró, no es prohibir sino mantener en buen estado, ser delicado con las intervenciones que se requieran hacer; es mantener mejor los murales y áreas verdes, así como destacar los valores artísticos del conjunto.

 

Con lo anterior, recalcó, se reconoce su valor, pero también se posibilita que a su interior se hagan los ajustes que el tiempo, la tecnología y la propia comunidad universitaria le demande.

 

Destacó que alcanzar el reconocimiento nacional es un logro importante. “En febrero del próximo año se entregará el expediente para solicitar ante la Oficina de Patrimonio Mundial de la UNESCO la inclusión de la CU”, señaló.

 

Ciudad Universitaria también puede merecer tal reconocimiento pues fue pensada en una época en la que el país observó con visión y generosidad a su infraestructura educativa y cultural, y  dio como resultado una obra emblemática de la modernidad en México, sostuvo.

 

Aquí se conjugó el trabajo de los mejores paisajistas, arquitectos, ingenieros, artistas, científicos e intelectuales. Resulta difícil pensar hoy en el sur de la ciudad de México sin la presencia física de la Ciudad Universitaria. El conjunto se inserta atinadamente en el paisaje, en los terrenos y dialoga con él, con la piedra, con sus murales, con sus grandes explanadas y espacios abiertos, edificios armónicamente dispuestos con el entorno. Su calidad es inobjetable, quizá ningún artista, conocedor o usuario pueda negar el valor plástico y artístico de este campus.

 

Es un viejo anhelo de muchos universitarios que la CU, por sus características, fuera considerada monumento artístico nacional. Por fortuna hace dos años se inició la promoción correspondiente para lograr este reconocimiento.

 

Recordó que otras edificaciones como el Palacio de Bellas Artes, el edificio de Correos, el Monumento a la Revolución, la Columna de la Independencia y la Casa de Luis Barragán han merecido este  reconocimiento; sin embargo, son obras aisladas. La Ciudad Universitaria es el primer conjunto declarado como zona de monumentos artísticos del siglo XX.

 

Finalmente consideró que es un orgullo para la UNAM y para la arquitectura moderna de nuestro país que la Ciudad Universitaria sea reconocida como uno de los aportes más significativos del siglo XX por su conjunción arquitectónica con el paisaje y las artes visuales.

 

-o0o-