06:00 hrs.  16 de Julio de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-542

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

 

FALTA ATENCIÓN ESPECIALIZADA A TRANSTORNOS AFECTIVOS DE PACIENTES CON ENFERMEDADES CRÓNICAS

 

·        Para que puedan continuar con sus actividades de manera normal, sin miedos ni ansiedades, señaló Claudia Fouilloux, de la Facultad de Medicina de la UNAM

·        Cuando estos padecimientos se conjuntan con depresión, debido a alguna relación biológica, circunstancial o de medio ambiente, se habla de comorbilidad, explicó

·        El abatimiento produce baja de la inmunidad; en estas condiciones, el organismo no está preparado para contender con la enfermedad, señaló

 

La atención médica de los trastornos afectivos es indispensable para que los pacientes con enfermedades crónicas, como Sida, diabetes o cáncer, puedan continuar con sus actividades de manera normal, sin miedos ni ansiedades, señaló Claudia Fouilloux, del Departamento de Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

 

Ello porque cuando estos padecimientos se conjuntan con depresión, debido a alguna relación biológica, circunstancial o de medio ambiente, se habla de comorbilidad, añadió, y se han encontrado casos triples o cuádruples.

 

El diagnóstico de esta mixtura es esencial, dado que con frecuencia los afectados presentan resistencias al tratamiento y eso ensombrece los síntomas del abatimiento, es más persistente y en ocasiones no responde a la medicación, refirió.

 

 

Dio como ejemplo a una persona que ha sufrido un infarto al miocardio y por ello tiene tres veces más riesgo de desalentarse. La aparición de un evento coronario agudo puede tener efectos devastadores sobre la rutina de los sujetos, pues a partir de la identificación cambian sus hábitos en forma radical, e inician un nuevo estilo de vida que muchas veces los sobrepasa.

 

A pesar de que la depresión aparece en 30 por ciento de los sujetos que presentaron esta última afección, algunos médicos prefieren no indicar antidepresivos por considerarlos riesgosos, pese a los avances registrados, reveló.

 

El desasosiego produce baja de la inmunidad, aseveró; en estas condiciones, el organismo no está preparado para contender con la enfermedad; hace que las condiciones de defensa y lucha sean deficientes. Si se mejora el estado afectivo el paciente tendrá ganas de vivir, tomará sus medicamentos y afrontará mejor su malestar. Sin el antidepresivo se sentirá como una carga para los demás.

 

Algunas alteraciones sistémicas como las endocrinológicas (diabetes y trastornos de la glándula tiroides: hipo e hipertiroidismo), también se presentan en forma comórbida con depresión. Es probable que en estos casos la misma fisiopatología de los trastornos produzca cambios en los neurotransmisores (serotonina y noradrenalina) involucrados, explicó.

 

De ahí se desprende el que siempre se deban utilizar antidepresivos en estos casos. El galeno debe tener en cuenta las formas en que actúan los medicamentos, pues podrán aumentar o disminuir la acción de otras sustancias, para ajustar las dosis, lo cual en general es un procedimiento sencillo, apuntó.

 

La desesperanza se presenta también en la mitad de los pacientes oncológicos; en muchos casos como falta de energía, mal apetito, alteraciones del sueño y baja de peso, síntomas atribuibles a la propia enfermedad o al tratamiento quimioterapéutico. Se da por hecho que el desgano se debe a la devastadora presencia neoplásica. No se hace el interrogatorio y, por lo tanto, no se descubre la emoción negativa.

 

 

 

Otros pacientes que tienen una situación similar, son los que desarrollan Sida, con falta de vigor y actitudes tendentes al suicidio. Muchos de ellos, por tanto, observan baja adherencia al tratamiento y pocos deseos de continuar su existencia.

 

Además de los fármacos, la intervención psicoterapéutica es importante, pues aparte del efecto psicológico, las investigaciones han mostrado que el “beneficio de la palabra” provoca cambios bioquímicos favorables en el cerebro.

 

Por otro lado, el paciente deprimido con frecuencia se muestra “inadaptado” a su medioambiente y esta técnica tiene como meta el ayudarlo a resolver los problemas cotidianos, sin correr riesgos o tomar decisiones inadecuadas. Otro de sus objetivos es dar información a los familiares, quienes muchas veces no entienden que la misma enfermedad depresiva es la causa de que el internado se abandone. De esta manera, ambas ayudas son complementarias, concluyó.

 

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FOTO 01

La atención médica de los trastornos afectivos es indispensable para que los pacientes crónicos continúen con sus actividades sin miedos ni ansiedades, señaló Claudia Fouilloux, de la Facultad de Medicina de la UNAM.

 

 

FOTO 02.

A decir de la investigadora universitaria Claudia Fouilloux, la mitad de los pacientes con enfermedades oncológicas tienen también trastornos depresivos, lo que se conoce como comorbilidad.