Boletín UNAM-DGCS-539
Ciudad Universitaria
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final del boletín
DEBE MÉXICO
DIVERSIFICAR SU OFERTA TURÍSTICA
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Los sitios tradicionalmente promovidos podrían volverse obsoletos,
reconoció Álvaro Sánchez Crispín, del Instituto de Geografía de la UNAM
·
El principal reto para nuestro país es superar la competencia por el
turismo internacional, consideró
·
Una de las ventajas más importantes para la nación es la
infraestructura, tanto hotelera como de servicios, que es de excelente calidad,
aseguró
Es necesario que México diversifique
su oferta turística y con ello hacer sostenible esta actividad y evitar se
vuelvan obsoletas las regiones tradicionalmente promovidas, afirmó Álvaro
Sánchez Crispín, investigador del Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM.
Recordó que es amplio el
potencial del país en este ámbito; no obstante, el principal reto que afronta
es que el escenario turístico internacional está competido y cada nación quiere
sacar su mejor carta para afianzarse en el mercado y verse favorecido con la
derrama económica que ello genera.
El investigador universitario,
quien desarrolla el proyecto “Geografía del turismo en México”, en colaboración
con Álvaro López y Enrique Propín, técnicos académicos y becarios de posgrado,
indicó que una de las ventajas locales más importantes es la infraestructura,
tanto la hotelera como la de servicios, que es de excelente calidad.
Reveló que sobre la presencia
de las cadenas hoteleras internacionales en América Latina, México está por
encima de naciones como Brasil, Argentina y el resto de la región. Ello se
asocia, en buena medida, con el hecho de que capta 50 por ciento de los
viajeros que arriban a Latinoamérica cada año; es decir, de 40 millones de
visitantes, a nuestro territorio llegan 20, el resto se distribuye en América
Central, el Caribe y Sudamérica.
No obstante, México “no debe
confiarse, es necesario tomar medidas y ver cuáles son las nuevas formas de
entretenimiento, encontrar y aplicar otras medidas para atraer al turista y
seguir las reglas del juego que marca el mercado internacional”, expuso.
El geógrafo consideró que otra
de las opciones es reestructurar aquellos sitios tradicionales o maduros, como
Acapulco. Se requiere repensar el lugar, porque siempre se consideró la playa,
palmera y mar tropicales como elementos suficientes para una buena oferta
turística.
Pero ya no basta con ello, es
indispensable ofertar algo más, otros productos en esos lugares, de lo
contrario sucederá lo mismo que en las minas de México que, después de la
bonanza y su explotación, decayeron. Es decir, se debe reinventar el lugar o no
habrá manera de hacerlo atractivo para los ojos del viajero internacional,
alertó.
Sánchez Crispín comentó que
México tiene posibilidades, cuenta con un gran número de sitios arqueológicos,
artesanías en diversas regiones, múltiples grupos étnicos, iglesias, minas y
bosques de todo tipo, lo importante es promover, diversificar, y llamar la
atención del inversionista y del potencial consumidor. A la playa tropical hay
que dejarla con la dinámica que ya tiene para el mercado, tanto externo como
nacional.
Destacó la importancia de que
la Universidad Nacional haga aportaciones al conocimiento de la realidad del
país, a través de estos trabajos. Lamentablemente, no existe una carrera de
turismo en la institución, pero en el Instituto de Geografía, “gracias a la
perspectiva territorial, podemos darnos el privilegio de hacer estudios e
investigaciones en este sentido”.
“Hay que divulgar nuestros
resultados de investigación porque, finalmente, podrían representar otra opción
para la gente, mientras más se difunda cuántos lugares hay y qué posibilidades
de práctica recreativa turística, existirán más ventajas para las diferentes
regiones del país”, aseveró.
Dijo que, al tomar en cuenta
todas estas características, de las que se sabe mediante el estudio de sitios
específicos y las experiencias que el equipo de trabajo ha tenido en distintas
regiones, se han propuesto tipologías de lugares turísticos. Hay artículos
publicados y una regionalización de México, que suscitó interés en la
Secretaría de Turismo.
Lo importante de ello es que
“no se puede gastar un presupuesto en forma indiscriminada, tiene que conocerse
cómo es el espacio nacional y cuáles son las regiones que lo constituyen para
promover las diferentes zonas de la República y aspirar a lograr una cierta
justicia territorial”, abundó.
En cuanto a la regionalización
que se llevó a cabo en el Instituto de Geografía, primero se hizo la tipología
de los lugares, y de acuerdo con ello, y con los datos existentes sobre
infraestructura y flujos, el territorio se dividió en macrorregiones,
mesorregiones y microrregiones, de manera que esta propuesta fuera útil para
diversos actores sociales y económicos que intervienen en la configuración del
turismo, adelantó.
Álvaro Sánchez advirtió que, de
no ponerse en marcha algunas de estas propuestas, México podría enfrentar
serios problemas en el sector. De hecho, China, que hasta hace unos años no
figuraba en el mapa turístico como uno de los diez principales destinos, hoy
está colocado en el sexto o séptimo lugar, y rebasó a nuestro país, que ocupa
el octavo o noveno sitio.
Por ello, “si no se ponen en
práctica nuevas estrategias para atraer y conservar al turismo internacional,
nuestra nación perdería una buena tajada del mercado”. Se afectaría a muchas
regiones de México que viven exclusivamente de esa actividad. Eso sería grave,
porque si la gente ya no tiene trabajo deberá buscar otras opciones como la
migración o, incluso, una actividad ilegal, argumentó.
En el caso concreto de Cancún,
Quintana Roo, ejemplificó, si no arribara el número de visitantes que lo hace
cada año, sería difícil que sus habitantes pudieran mantenerse, porque no hay
otra actividad económica local de importancia. No habría forma de obtener
ingresos.
No hay que fiarse en que
nuestras playas son atractivas y que sólo viajan los estadounidenses (casi 90
por ciento del total de extranjeros que visitan el país), basados en la
presunta ventaja de la proximidad geográfica. Habrá algunos, sobre todo los de
origen mexicano, que sí lo harán porque mantienen vínculos culturales,
tradicionales o familiares, pero otros, que conforman un conjunto de millones
de consumidores potenciales, preferirán ir a Puerto Rico, República Dominicana,
la Isla Margarita en Venezuela, o Hawai”, reconoció.
Álvaro Sánchez refirió que en
el mercado internacional el turismo de playa tropical está demandado, Malasia
tiene lugares de este tipo, también India, Filipinas y Australia; y en
Latinoamérica, Costa Rica, Guatemala, Brasil y Colombia, entre otras naciones.
Informó que si bien al país
ingresan alrededor de 20 millones de personas al año, lo que gastan los
turistas es poco comparado con lo que suelen dejar en otros países. Es decir,
vienen a alojarse en inmuebles bajo régimen de tiempo compartido, a condominios
o en paquete que ya pagaron en su país, y la derrama es mínima.
Siempre se ha pensado a
nuestro territorio como barato, apreciación errónea, pues la comida y el
transporte son caros, y en las zonas turísticas más, en comparación tanto con
países receptores como de origen de flujos. Pero los datos revelan que las
personas de Europa o Estados Unidos vienen con paquetes pagados y gastan poco.
Admitió que si bien en México
no existe un conocimiento generalizado sobre la actividad turística nacional,
en el exterior sí se sabe del potencial que existe. Por ejemplo, se cree que en
la Comarca Lagunera hay poco que ver; sin embargo, ahí se encuentran sitios
como las dunas Bilbao, el puente de Ojuela, el vetusto mineral de Mapimí o la
Zona del Silencio, que se han
integrado a una economía
turística internacional porque se sabe de ellos en el exterior, en particular
en Estados Unidos y Europa.
“Queremos hacer estudios de
geografía del turismo, primero para divulgar lo que ocurre con todos estos
sitios, sus potencialidades y recursos, y cómo están siendo aprovechados o
utilizados; es decir, cuál es la impronta territorial de esta actividad
económica nacional”, finalizó el geógrafo.
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El geógrafo
universitario Álvaro Sánchez Crispín informó que nuestro país capta 50 por
ciento de los turistas que arriban a Latinoamérica cada año; es decir,
alrededor de 20 millones de personas.
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México debe
encontrar y aplicar otras medidas para atraer turistas al territorio nacional,
de acuerdo con las reglas que establece el mercado, reconoció Álvaro Sánchez
Crispín, investigador del Instituto de Geografía de la UNAM.