Boletín UNAM-DGCS-534
Ciudad Universitaria
Pies de foto al
final del boletín
PRUEBAN CULTIVO
DE ALGAS PARA LIMPIAR AGUA DE LAGOS
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Son capaces de eliminar
cianobacterias, reveló Singaraju Sri Subrahmanya Sarma, de la FES Iztacala
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Estudian especies de
zooplancton, con el fin de comprobar si han adquirido una resistencia genética
a estos microorganismos, indicó
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Los universitarios hacen
estudios en aguas del Valle de Bravo, ya que 30 por ciento del agua potable que
se consume en la Zona Metropolitana del Valle de México se extrae de ahí, dijo
Académicos de la Facultad de
Estudios Superiores Iztacala (FESI) cultivan algas que podrían eliminar
cianobacterias, presentes en los cuerpos de agua superficiales, las cuales son
causa de daños a la salud y a la piel de los seres humanos.
Así lo informó Singaraju Sri
Subrahmanya Sarma, académico de esa unidad multidisciplinaria de la UNAM, quien
explicó que estudian especies de zooplancton (Daphnia laevis y Scenedesmus
acutus) aisladas en un mismo volumen hídrico, con el fin de comprobar si han
adquirido resistencia genética a estos microorganismos.
En la actualidad, el equipo
universitario realiza estudios en aguas del Valle de Bravo, ya que 30 por
ciento del agua potable que se consume en la Zona Metropolitana del Valle de
México se extrae de ahí; el problema es la presencia de cianobacterias.
Destacó que en ese sitio se
practican diversos deportes y para mantener ciertas zonas en buenas condiciones
se agregan nutrimentos al pasto, que con las lluvias pasan a la presa, lo cual
provoca el incremento del fósforo.
El integrante de la FES
Iztacala dijo que en varios de los trabajos que han realizado se ha advertido
la toxicidad de las cianobacterias y su incidencia. Por ello, “estamos pensando
en dos asuntos: cortar el paso de nutrimentos a los cuerpos de agua o cultivar
algas verdes”.
De acuerdo con sus propios estudios, el agua de esta zona
del Estado de México no está tan contaminada con metales pesados o pesticidas,
porque aún contiene una elevada diversidad de zooplancton, lo que indica que la
calidad del líquido no es tan mala. “Los niveles de contaminación son altos,
pero no alarmantes”, informó.
Sin embargo, aseguró, “es
importante tener evaluaciones cada mes. Tenemos datos de los últimos ocho años,
lo que revela que la cantidad de cianobacterias ha cambiado de un mes a otro,
aunque de forma mínima. Es decir, no es tan problemático como para no tocar el
agua, sino que aún está en buenas condiciones. No obstante, es factible
restaurarla a su calidad de hace 30 años”.
Agregó que una de las
alternativas podría ser cultivar algas verdes en una zona del cuerpo de agua e
introducirlas al resto de la presa para que consuman una parte de las
cianobacterias, y limpiar poco a poco.
Otro método, denominado “top
down process”, permitiría introducir peces piscívoros; es decir, que consumen
especies zooplanctívoras. De esta manera disminuiría la presión que se ejerce
sobre el zooplancton y su abundancia puede reducir la densidad de
microorganismos. Además, estos animales son comestibles para el ser humano,
propuso.
Pese a los estudios,
Subrahmanya Sarma apuntó que aún no se ha implementado este método en Valle de
Bravo, porque antes de introducir cualquier variedad se debe tomar en cuenta el
impacto que puede tener en el medio ambiente. “Estamos evaluando la cantidad de
toxinas que hay en los cuerpos de agua, y a qué especies de zooplancton son
tóxicas las cianobacterias”.
Si bien no es un asunto fácil
de resolver, sí es factible hacerlo. “Es posible llevar a cabo la restauración
del sitio, ello depende del tiempo, apoyo, así como la comprensión y el
entendimiento de la comunidad local, porque si ellos se resisten no podrá
lograrse”, reconoció.
Al explicar este fenómeno, señaló que el exceso de
nutrientes que propicia el incremento de plantas y otros organismos que al
morir se pudren, en un proceso que consume gran cantidad del oxígeno disuelto,
hace que las aguas dejen de ser aptas para la mayor parte de los seres vivos y
favorece el crecimiento masivo de algas y poblaciones de cianobacterias, también
llamadas cianofíceas, capaces de producir potentes toxinas con graves
repercusiones en la salud pública y animal.
Se estima que más del 50 por
ciento de las proliferaciones masivas de de estos microorganismos son dañinas.
Los síntomas producidos por ellas incluyen: dolor abdominal, de garganta y de
cabeza, náuseas, vómitos, diarrea, tos seca, ampollas en la boca, neumonía
atípica y elevado número de enzimas hepáticas en el suero, así como fiebre del
heno, mareos, cansancio e irritaciones de piel y ojos, reveló.
Su facilidad de crecimiento
favorece su aparición tanto en el suelo como en el medio acuático,
preferentemente en los ambientes dulceacuícolas de aguas alcalinas o neutras.
Prefieren una alta concentración de nutrientes, sobre todo nitrógeno y fósforo.
Por ello, la creciente eutrofización de los ambientes hídricos puede favorecer
su proliferación masiva o floración.
El académico universitario
reiteró que uno de los efectos nocivos que se producen como consecuencia del
crecimiento masivo de estas poblaciones, son las alteraciones en la calidad del
agua. Algunas especies generan potentes toxinas, capaces de originar efectos
agudos y crónicos en el hombre, animales y vegetales.
Por lo general, explicó, todo
cuerpo de agua tiene una cadena trófica; es decir, hay fitoplancton o plantas
microscópicas con la capacidad de fotosintetizar y liberar oxígeno; y
zooplancton, animales microscópicos que consumen a estos últimos, y a su vez
son devorados por larvas de peces.
Empero, no todo el zooplancton
es capaz de consumir las cianobacterias, que crecen sin control. De esta manera
la cadena trófica se rompe, y la energía del sol, al quedar atrapada en esas
algas, no es capaz de penetrar a otro nivel de profundidad, añadió.
Las cianobacterias se producen
por dos razones, de manera natural, y de forma antropogénica; es decir, por
influencia del hombre, mediante actividades industriales, agrícolas y
domésticas. Por ejemplo, dijo, las sustancias que se utilizan para limpiar y
lavar ropa contienen fósforo, un macroalimento que provoca el florecimiento de
dichos organismos en el líquido.
Subrahmanya Sarma comentó que
desde hace 15 años desaparecieron los detergentes con fósforo en Europa; sin
embargo, en países tropicales como México todavía son utilizados.
Concluyó que en el caso de las
actividades agrícolas, al utilizar en el campo mayor cantidad de nutrientes,
ricos en ese elemento, con el propósito de cosechar más rápido y mejor durante
la época de lluvia, “estamos dando más de lo necesario, lo cual también pasa a
cuerpos hidrológicos y, por lo general, después llega a las presas”.
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FOTO 01
El investigador
de la UNAM Singaraju Sri Subrahmanya dijo que en Valle de Bravo, de donde
proviene 30 por ciento del agua potable que se consume en el Valle de México,
hay cianobacterias.
FOTO 02.
La mayoría de
cuerpos de agua superficiales de México tienen cianobacterias, lo que puede
ocasionar daños a la salud y a la piel, reveló Singaraju Sri Subrahmanya, de la
FES Iztacala de la UNAM.