06:00 hrs.  13 de Julio de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-534

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

PRUEBAN CULTIVO DE ALGAS PARA LIMPIAR AGUA DE  LAGOS

 

·        Son capaces de eliminar cianobacterias, reveló Singaraju Sri Subrahmanya Sarma, de la FES Iztacala

·        Estudian especies de zooplancton, con el fin de comprobar si han adquirido una resistencia genética a estos microorganismos, indicó

·        Los universitarios hacen estudios en aguas del Valle de Bravo, ya que 30 por ciento del agua potable que se consume en la Zona Metropolitana del Valle de México se extrae de ahí, dijo

 

Académicos de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala (FESI) cultivan algas que podrían eliminar cianobacterias, presentes en los cuerpos de agua superficiales, las cuales son causa de daños a la salud y a la piel de los seres humanos.

 

Así lo informó Singaraju Sri Subrahmanya Sarma, académico de esa unidad multidisciplinaria de la UNAM, quien explicó que estudian especies de zooplancton (Daphnia laevis y Scenedesmus acutus) aisladas en un mismo volumen hídrico, con el fin de comprobar si han adquirido resistencia genética a estos microorganismos. 

 

En la actualidad, el equipo universitario realiza estudios en aguas del Valle de Bravo, ya que 30 por ciento del agua potable que se consume en la Zona Metropolitana del Valle de México se extrae de ahí; el problema es la presencia de cianobacterias.

 

 

Destacó que en ese sitio se practican diversos deportes y para mantener ciertas zonas en buenas condiciones se agregan nutrimentos al pasto, que con las lluvias pasan a la presa, lo cual provoca el incremento del fósforo.

 

El integrante de la FES Iztacala dijo que en varios de los trabajos que han realizado se ha advertido la toxicidad de las cianobacterias y su incidencia. Por ello, “estamos pensando en dos asuntos: cortar el paso de nutrimentos a los cuerpos de agua o cultivar algas verdes”.

 

De acuerdo con sus propios estudios, el agua de esta zona del Estado de México no está tan contaminada con metales pesados o pesticidas, porque aún contiene una elevada diversidad de zooplancton, lo que indica que la calidad del líquido no es tan mala. “Los niveles de contaminación son altos, pero no alarmantes”, informó.

 

Sin embargo, aseguró, “es importante tener evaluaciones cada mes. Tenemos datos de los últimos ocho años, lo que revela que la cantidad de cianobacterias ha cambiado de un mes a otro, aunque de forma mínima. Es decir, no es tan problemático como para no tocar el agua, sino que aún está en buenas condiciones. No obstante, es factible restaurarla a su calidad de hace 30 años”.

 

Agregó que una de las alternativas podría ser cultivar algas verdes en una zona del cuerpo de agua e introducirlas al resto de la presa para que consuman una parte de las cianobacterias, y limpiar poco a poco.

 

Otro método, denominado “top down process”, permitiría introducir peces piscívoros; es decir, que consumen especies zooplanctívoras. De esta manera disminuiría la presión que se ejerce sobre el zooplancton y su abundancia puede reducir la densidad de microorganismos. Además, estos animales son comestibles para el ser humano, propuso.

 

Pese a los estudios, Subrahmanya Sarma apuntó que aún no se ha implementado este método en Valle de Bravo, porque antes de introducir cualquier variedad se debe tomar en cuenta el impacto que puede tener en el medio ambiente. “Estamos evaluando la cantidad de toxinas que hay en los cuerpos de agua, y a qué especies de zooplancton son tóxicas las cianobacterias”.

Si bien no es un asunto fácil de resolver, sí es factible hacerlo. “Es posible llevar a cabo la restauración del sitio, ello depende del tiempo, apoyo, así como la comprensión y el entendimiento de la comunidad local, porque si ellos se resisten no podrá lograrse”, reconoció.

 

Al explicar este fenómeno, señaló que el exceso de nutrientes que propicia el incremento de plantas y otros organismos que al morir se pudren, en un proceso que consume gran cantidad del oxígeno disuelto, hace que las aguas dejen de ser aptas para la mayor parte de los seres vivos y favorece el crecimiento masivo de algas y poblaciones de cianobacterias, también llamadas cianofíceas, capaces de producir potentes toxinas con graves repercusiones en la salud pública y animal.

 

Se estima que más del 50 por ciento de las proliferaciones masivas de de estos microorganismos son dañinas. Los síntomas producidos por ellas incluyen: dolor abdominal, de garganta y de cabeza, náuseas, vómitos, diarrea, tos seca, ampollas en la boca, neumonía atípica y elevado número de enzimas hepáticas en el suero, así como fiebre del heno, mareos, cansancio e irritaciones de piel y ojos, reveló.

 

Su facilidad de crecimiento favorece su aparición tanto en el suelo como en el medio acuático, preferentemente en los ambientes dulceacuícolas de aguas alcalinas o neutras. Prefieren una alta concentración de nutrientes, sobre todo nitrógeno y fósforo. Por ello, la creciente eutrofización de los ambientes hídricos puede favorecer su proliferación masiva o floración.

 

El académico universitario reiteró que uno de los efectos nocivos que se producen como consecuencia del crecimiento masivo de estas poblaciones, son las alteraciones en la calidad del agua. Algunas especies generan potentes toxinas, capaces de originar efectos agudos y crónicos en el hombre, animales y vegetales.

 

Por lo general, explicó, todo cuerpo de agua tiene una cadena trófica; es decir, hay fitoplancton o plantas microscópicas con la capacidad de fotosintetizar y liberar oxígeno; y zooplancton, animales microscópicos que consumen a estos últimos, y a su vez son devorados por larvas de peces.

 

Empero, no todo el zooplancton es capaz de consumir las cianobacterias, que crecen sin control. De esta manera la cadena trófica se rompe, y la energía del sol, al quedar atrapada en esas algas, no es capaz de penetrar a otro nivel de profundidad, añadió.

 

Las cianobacterias se producen por dos razones, de manera natural, y de forma antropogénica; es decir, por influencia del hombre, mediante actividades industriales, agrícolas y domésticas. Por ejemplo, dijo, las sustancias que se utilizan para limpiar y lavar ropa contienen fósforo, un macroalimento que provoca el florecimiento de dichos organismos en el líquido.

 

Subrahmanya Sarma comentó que desde hace 15 años desaparecieron los detergentes con fósforo en Europa; sin embargo, en países tropicales como México todavía son utilizados.

 

Concluyó que en el caso de las actividades agrícolas, al utilizar en el campo mayor cantidad de nutrientes, ricos en ese elemento, con el propósito de cosechar más rápido y mejor durante la época de lluvia, “estamos dando más de lo necesario, lo cual también pasa a cuerpos hidrológicos y, por lo general, después llega a las presas”.

 

 

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FOTO 01

El investigador de la UNAM Singaraju Sri Subrahmanya dijo que en Valle de Bravo, de donde proviene 30 por ciento del agua potable que se consume en el Valle de México, hay cianobacterias.

 

FOTO 02.

La mayoría de cuerpos de agua superficiales de México tienen cianobacterias, lo que puede ocasionar daños a la salud y a la piel, reveló Singaraju Sri Subrahmanya, de la FES Iztacala de la UNAM.