06:00 hrs.  12 de Julio de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-532

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

PARTICIPA LA UNIVERSIDAD NACIONAL EN EL RESCATE  ECOLÓGICO DE LOS CUERPOS DE AGUA DE VALLE DE BRAVO

 

·        Investigadores del ICMyL colaboran con autoridades de este municipio para recuperar la calidad del agua de su laguna

·        El equipo de científicos se ocupa de examinar la alteración del entorno y conservación de las especies

·        El investigador universitario Martín Merino informó que 12 por ciento del líquido potable destinado al DF proviene de Valle de Bravo

 

El Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM trabaja en forma conjunta con autoridades del municipio de Valle de Bravo, Estado de México, para recuperar la calidad ecológica de los cuerpos de agua de su laguna.

 

En este proyecto, el equipo de científicos universitarios –integrado por Jorge Ramírez, Mónica Olson, Gloria Vilaclara y Martín Merino– se ocupa de examinar la alteración del entorno y conservación de las especies. Intenta equilibrar la explotación pesquera y mantener la condición del líquido para consumo humano.

 

“Empezamos a estudiar el caso de Valle de Bravo desde 2001 con presupuesto de la UNAM. A partir del año pasado, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales nos ofrece un financiamiento”, explicó Martín Merino, estudioso de los procesos y parámetros que regulan la producción primaria en los sistemas acuáticos.

 

El investigador del ICMyL precisó que de la presa de esa localidad se obtiene 12 por ciento del agua potable destinada a los habitantes del Distrito Federal. Junto  con el sistema Cutzamala distribuye más de 50 por ciento del torrente a la Ciudad de México y su área metropolitana.

 

No obstante, dijo, las continuas descargas de residuos industriales y domésticos están sobre-fertilizando la laguna –un proceso denominado eutroficación–. Cuando ello sucede cambian las comunidades vegetales y hay problemas de alteración ecológica y de uso de recursos.

 

Ese fenómeno transforma el estado trófico de un sistema acuático a uno más rico y productivo. Esto en general suena bien, sin embargo, tiene problemas. Cuando acaece en un cuerpo de agua inicia el desarrollo desproporcionado de algas, hay descomposición de organismos, se observa el agua verde y mueren los peces, alertó.

 

Comienzan a medrar especies tóxicas y, en ocasiones, neurotóxicas o hepatotóxicas (que afectan al sistema nervioso y hepático del individuo). Se busca entender qué factores inciden en su aparición y se monitorea en tiempo real cuánto se agrega de nutrientes al lago y cómo se refleja en los crecimientos de los hongos, indicó.

 

En el caso de Valle de Bravo al estar estos elementos en el agua se convierten en un riesgo para los usuarios: bañistas y veleristas; pero también para quienes beben su contenido. Las consecuencias locales son importantes, advirtió. De hecho, “ya hay problemas de dermatitis entre la gente que utiliza el lago. Entre los pobladores locales que la ingieren también hay dificultades de toxicidad” en hígado y órganos locomotores.

 

Estos organismos, aclaró Martín Merino, están presentes en todos los sistemas. Forman parte del ecosistema. Son especímenes microscópicos, unicelulares, fitoplancton. Pero no son abundantes y, repentinamente, tienen un florecimiento masivo.

 

Es como la marea roja en el mar; no son muchos, pero de súbito se dan condiciones para incrementar su número y crecen las algas tóxicas; en el caso marino se transmite a través de la cadena trófica a los peces y, de forma eventual, a los humanos, explicó.

Con este trabajo se busca desarrollar, en el corto plazo, un modelo para predecir dicho fenómeno y, al mismo tiempo, asesorar a las autoridades para evitar el surgimiento de plantas acuáticas nocivas a futuro, toda vez que por descargar de forma continua residuos, los reservorios hídricos están en riesgo de ser afectados, refirió.

 

El especialista afirmó que ese proceso ocurre en casi todos los veneros costeros y volúmenes continentales. Lo que controla al sistema ecológico es la competencia. “Al existir mayor cantidad de nutrientes en un cuerpo de agua empieza el desarrollo de organismos tóxicos para sobresalir entre ellos. Esto es lo que sucede en muchos de los lagos y presas, como es el caso de Valle de Bravo”.

 

Por ello es que se monitorea en forma detallada esta presa para identificar lo que se arroja en ella, ya que la eutroficación se provoca por el enriquecimiento de nutrientes y materia orgánica; es decir, por las descargas humanas de desechos, principalmente urbanos e industriales, reiteró.

 

Es una cuestión que habrá de resolverse a futuro, pues va ligado a la búsqueda de mayor calidad. Su atención es urgente porque en algunas décadas México tendrá problemas tanto de escasez como en condiciones para consumo humano y utilización recreativa y pesquera, adelantó.

 

Es un asunto que se puede enfrentar con la participación conjunta de científicos, universidades, sociedad y estructuras gubernamentales. Por ello, el equipo del ICMyL estudia, desde hace cinco años, el problema de eutroficación en sistemas particulares del Valle de Bravo, para generar herramientas para su diagnóstico y solución, concluyó.

 

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FOTO 01

Un equipo de científicos de la UNAM estudia el problema de la alteración ecológica y la conservación de las especies en Valle de Bravo, para remediar la contaminación de los cuerpos de agua.

 

FOTO 02

El científico de la UNAM, Martín Merino, informó que de la presa de Valle de Bravo se obtiene 12 por ciento del agua potable destinada al Distrito Federal, y cualquier afectación afectaría a los humanos.