Boletín UNAM-DGCS-531
Ciudad Universitaria
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final del boletín
EXPLORAN EN LA
FES CUAUTITLÁN NOVEDOSOS MÉTODOS PARA DETECTAR SUSTANCIAS DAÑINAS
·
El Laboratorio de Desarrollo de Métodos Analíticos de la Facultad de
Estudios Superiores Cuautitlán tiene encomendada esta tarea
·
Generan técnicas alternativas de menor costo y con mejores tiempos de
análisis, para el control de toxinas en productos agrícolas, como granos y
semillas, informó la investigadora Gabriela Vargas Martínez
El Laboratorio de Desarrollo
de Métodos Analíticos de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán (FESC)
de la UNAM, explora novedosas metodologías para el análisis de sustancias en
muestras específicas, útiles, entre otras áreas, para productos agrícolas,
alimentos y fármacos, dijo la investigadora Gabriela Vargas Martínez.
De ese modo, se crean técnicas
alternativas a las existentes, de menor costo y con mejores tiempos de
análisis, para el control de toxinas dañinas e incluso causantes de cáncer,
conocidas como aflatoxinas, producidas por un hongo llamado Aspergillus, en
granos y semillas, precisó.
Se trata de un microorganismo
que crece fácilmente en condiciones de almacenamiento –sin control de humedad y
temperatura– en maíz, frutos secos, e, incluso, chiles y condimentos, añadió.
La científica refirió que, al
respecto, los granos y semillas de importación y exportación deben ser
controlados, sin embargo, eso no se hace a pesar de la norma respectiva.
Hasta ahora, la presencia de
las aflatoxinas se determina mediante el método conocido como
espectrofotometría, en el cual se toman las semillas, se disuelven las
sustancias de interés y con unos cartuchos especiales se concentra el total de
los tóxicos, sólo para saber si la muestra está contaminada, explicó.
Luego, debe utilizarse la cromatografía
de líquidos de alta resolución, para separar y cuantificar las aflatoxinas. Sin
embargo, este método no es seguro debido a que la flourescencia utilizada para
detectar las toxinas no es estable, sino que diminuye después del inicio de la
reacción. Además, no permite captar cantidades pequeñas, abundó.
Por ello, el objetivo de los
universitarios es contar con un mejor procedimiento, más barato, rápido y
funcional, que permita identificar tales tóxicos en cientos de muestras, así
como confirmar de qué tipo se trata y en qué cantidades se encuentran,
adelantó.
La técnica propuesta consiste
en el uso de electrodos selectivos, que funcionarían como tiras de
determinación de pH, es decir, mediante una solución de los granos en la cual
se introduce el sensor, agregó.
Para la confirmación se
proponen dos metodologías: una por cromatografía de líquidos, al hacer que las
aflatoxinas, que se van a separar y cuantificar se introduzcan en compuestos de
moléculas de azúcares, de forma que la fluorescencia se mantenga. O por
electroforesis capilar con detección inducida por láser, de forma que se puedan
monitorear cantidades más pequeñas del tóxico, señaló.
Una vez que se cuente con los
procesos validados y se demuestre su mejora, se propondrá a las autoridades su
utilización como una alternativa mucho más barata y confiable a las utilizadas
actualmente en la norma mexicana. Ello podría ocurrir a la conclusión de este
proyecto de investigación, en dos años más, informó.
Al hablar del análisis de
fármacos, destacó que en el Laboratorio se trabaja de forma estrecha con la
industria, ya que para ella se crean métodos de control de calidad.
Ejemplo de ello es la
colaboración que se tiene con empresas como Bayer o Bristol, que requieren
asegurar y validar sus productos, como tabletas, jarabes y efervescentes, lo
cual beneficia a la Universidad en forma de becas para estudiantes o compra de
equipos, apuntó.
También se labora con fluidos
biológicos, como plasma y orina. En el área de análisis veterinarios se
determinó cuánto tiempo se puede suministrar medicamentos, como sulfametazina,
a borregos enfermos de coccidiasis (mal provocado por un parásito que habita en
el estómago de los rumiantes) antes de que sean sacrificados para el consumo de
la carne, indicó.
La técnica de monitoreo del medicamento en fluidos
biológicos del animal, que permite determinar cómo disminuyen sus niveles, fue
desarrollada en el Laboratorio de la doctora Vargas Martínez.
Asimismo, el grupo de investigación interviene en el
problema del uso de fármacos para que los animales ganen masa muscular. Ejemplo
de ello es el clenbuterol, que se concentra en el hígado de las reses, y
que produce intoxicaciones en los
consumidores.
Los métodos que se usan para identificar esa sustancia en
la carne son “rústicos” y muchas veces sólo posibles después del sacrificio de
los animales, y de nueva cuenta, sólo indican la presencia del “contaminante”
sin especificar sus cantidades, mientras que el método oficial de confirmación
no es utilizado debido a los altos costos, expresó.
Por ello, dijo, los universitarios proponen un sistema
alternativo: la electroforesis capilar, mucho más barata y que permite
determinar la sustancia en las reses vivas mediante una muestra de orina, así
como las cantidades en que se encuentra, hasta en partes por trillón.
El Laboratorio es una herramienta para que las
investigaciones científicas y la industria, donde se requiere la medición de
proteínas, poliaminas, fármacos, etcétera, alcancen sus fines, finalizó Vargas
Martínez.
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En la FESC de la
UNAM se crean técnicas para el control de aflatoxinas que afectan productos
agrícolas, como granos y semillas, informó Gabriela Vargas Martínez.
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La científica
Gabriela Vargas Martínez señaló que el Laboratorio de Desarrollo de Métodos
Analíticos de la FESC de la UNAM trabaja en métodos de control de calidad para
las empresas.