06:00 hrs.  12 de Julio de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-531

Ciudad Universitaria

 

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EXPLORAN EN LA FES CUAUTITLÁN NOVEDOSOS MÉTODOS PARA DETECTAR SUSTANCIAS DAÑINAS

 

·        El Laboratorio de Desarrollo de Métodos Analíticos de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán tiene encomendada esta tarea

·        Generan técnicas alternativas de menor costo y con mejores tiempos de análisis, para el control de toxinas en productos agrícolas, como granos y semillas, informó la investigadora Gabriela Vargas Martínez

 

El Laboratorio de Desarrollo de Métodos Analíticos de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán (FESC) de la UNAM, explora novedosas metodologías para el análisis de sustancias en muestras específicas, útiles, entre otras áreas, para productos agrícolas, alimentos y fármacos, dijo la investigadora Gabriela Vargas Martínez.

 

De ese modo, se crean técnicas alternativas a las existentes, de menor costo y con mejores tiempos de análisis, para el control de toxinas dañinas e incluso causantes de cáncer, conocidas como aflatoxinas, producidas por un hongo llamado Aspergillus, en granos y semillas, precisó.

 

Se trata de un microorganismo que crece fácilmente en condiciones de almacenamiento –sin control de humedad y temperatura– en maíz, frutos secos, e, incluso, chiles y condimentos, añadió.

 

La científica refirió que, al respecto, los granos y semillas de importación y exportación deben ser controlados, sin embargo, eso no se hace a pesar de la norma respectiva.

 

Hasta ahora, la presencia de las aflatoxinas se determina mediante el método conocido como espectrofotometría, en el cual se toman las semillas, se disuelven las sustancias de interés y con unos cartuchos especiales se concentra el total de los tóxicos, sólo para saber si la muestra está contaminada, explicó.

 

Luego, debe utilizarse la cromatografía de líquidos de alta resolución, para separar y cuantificar las aflatoxinas. Sin embargo, este método no es seguro debido a que la flourescencia utilizada para detectar las toxinas no es estable, sino que diminuye después del inicio de la reacción. Además, no permite captar cantidades pequeñas, abundó.

 

Por ello, el objetivo de los universitarios es contar con un mejor procedimiento, más barato, rápido y funcional, que permita identificar tales tóxicos en cientos de muestras, así como confirmar de qué tipo se trata y en qué cantidades se encuentran, adelantó.

 

La técnica propuesta consiste en el uso de electrodos selectivos, que funcionarían como tiras de determinación de pH, es decir, mediante una solución de los granos en la cual se introduce el sensor, agregó.

 

Para la confirmación se proponen dos metodologías: una por cromatografía de líquidos, al hacer que las aflatoxinas, que se van a separar y cuantificar se introduzcan en compuestos de moléculas de azúcares, de forma que la fluorescencia se mantenga. O por electroforesis capilar con detección inducida por láser, de forma que se puedan monitorear cantidades más pequeñas del tóxico, señaló.

 

Una vez que se cuente con los procesos validados y se demuestre su mejora, se propondrá a las autoridades su utilización como una alternativa mucho más barata y confiable a las utilizadas actualmente en la norma mexicana. Ello podría ocurrir a la conclusión de este proyecto de investigación, en dos años más, informó.

 

Al hablar del análisis de fármacos, destacó que en el Laboratorio se trabaja de forma estrecha con la industria, ya que para ella se crean métodos de control de calidad.

 

Ejemplo de ello es la colaboración que se tiene con empresas como Bayer o Bristol, que requieren asegurar y validar sus productos, como tabletas, jarabes y efervescentes, lo cual beneficia a la Universidad en forma de becas para estudiantes o compra de equipos, apuntó.

También se labora con fluidos biológicos, como plasma y orina. En el área de análisis veterinarios se determinó cuánto tiempo se puede suministrar medicamentos, como sulfametazina, a borregos enfermos de coccidiasis (mal provocado por un parásito que habita en el estómago de los rumiantes) antes de que sean sacrificados para el consumo de la carne, indicó.

 

La técnica de monitoreo del medicamento en fluidos biológicos del animal, que permite determinar cómo disminuyen sus niveles, fue desarrollada en el Laboratorio de la doctora Vargas Martínez.

 

Asimismo, el grupo de investigación interviene en el problema del uso de fármacos para que los animales ganen masa muscular. Ejemplo de ello es el clenbuterol, que se concentra en el hígado de las reses, y que  produce intoxicaciones en los consumidores.

 

Los métodos que se usan para identificar esa sustancia en la carne son “rústicos” y muchas veces sólo posibles después del sacrificio de los animales, y de nueva cuenta, sólo indican la presencia del “contaminante” sin especificar sus cantidades, mientras que el método oficial de confirmación no es utilizado debido a los altos costos, expresó.

 

Por ello, dijo, los universitarios proponen un sistema alternativo: la electroforesis capilar, mucho más barata y que permite determinar la sustancia en las reses vivas mediante una muestra de orina, así como las cantidades en que se encuentra, hasta en partes por trillón.

 

El Laboratorio es una herramienta para que las investigaciones científicas y la industria, donde se requiere la medición de proteínas, poliaminas, fármacos, etcétera, alcancen sus fines, finalizó Vargas Martínez.

 

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En la FESC de la UNAM se crean técnicas para el control de aflatoxinas que afectan productos agrícolas, como granos y semillas, informó Gabriela Vargas Martínez.

 

FOTO 02.

La científica Gabriela Vargas Martínez señaló que el Laboratorio de Desarrollo de Métodos Analíticos de la FESC de la UNAM trabaja en métodos de control de calidad para las empresas.