Boletín UNAM-DGCS-517
Ciudad Universitaria
Pie de foto al
final del boletín
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Universitarios,
diputados y senadores resaltaron la importancia de esta figura, en el marco de
la presentación del libro El procedimiento legislativo mexicano
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La obra de Fernando Ortiz Arana y de
Onosandro Trejo Cerda fue reconocida por su calidad didáctica
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El ex legislador Fernando Ortiz Arana se
pronunció por fortalecer y apoyar al Congreso mexicano
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En el Instituto de Investigaciones Jurídicas
presentaron el libro
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Diego Valadés, director del IIJ, dijo que el
veto es una institución propia de los sistemas presidenciales, por lo que no
debe sorprender su ejercicio
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Refieren que es una facultad otorgada por el
Legislativo al Ejecutivo
Académicos universitarios,
diputados y senadores resaltan la importancia de la figura del veto
presidencial y la necesidad de analizarlo, durante la presentación del Libro
“El procedimiento legislativo mexicano”
de Fernando Ortiz Arana y Onosandro Trejo Cerda, en el Instituto de
Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
Al respecto, el ex legislador
Fernando Ortiz Arana, aseguró que las instituciones nacionales son las que han
permitido la alternancia en el poder en nuestro país; de ellas el Congreso mexicano
es el que tiene la mayor responsabilidad y ha permitido el mayor avance
político en México.
Por ello, Ortiz Arana, quien
se ha desempeñado como senador, diputado federal y miembro de la Asamblea
Legislativa del DF –órganos en los que ocupó la presidencia– agregó que es
necesario acordar los cambios requeridos para hacer ágil y eficaz la forma de
operar del Congreso, institución a la que califico como la más importante del
país
Es ahí, añadió, donde está representada la diversidad del
pueblo de México y las aspiraciones de los mexicanos. “Fortalecerlo y apoyarlo
es obligación de todos”.
En el auditorio Héctor
Fix-Zamudio del IIJ, Diego Valadés, director de dicho Instituto, reconoció que
el veto es una institución propia de los sistemas presidenciales, por lo que
nadie debe sentirse sorprendido por su ejercicio, incluso frecuente, ya que
está hecha no para defender las prerrogativas del presidente, sino el
equilibrio en las relaciones entre los órganos del poder.
En Estados Unidos, por
ejemplo, el presidente Franklin D. Roosevelt hizo uso del veto en más de 250
ocasiones. Ello demuestra la importancia que tiene este instrumento y que, por
otra parte, su utilización en forma alguna desnaturalizó el merecido
reconocimiento que tiene como un gran demócrata en el siglo XX.
En ese sentido, Manlio Fabio
Beltrones, presidente de la Cámara de Diputados, consideró que la figura de
veto presidencial, es un acierto del régimen constitucional, por ser
instrumento para la ponderación y el equilibrio en la relación entre poderes.
“A pesar de los excesos en los
que se haya incurrido a lo largo del tiempo, sigue siendo una herramienta útil.
Empero, es una figura que requiere límites y reglas claras para su ejercicio,
los cuales están ausentes de nuestra Carta Magna”, aseveró.
A su vez, el presidente de la
Cámara de Senadores, Diego Fernández de Cevallos, dijo que cuando el presidente
ejerce el “mal llamado veto” lo que hace es cumplir con la voluntad de los
legisladores, porque fueron estos quienes le otorgaron legalmente esa facultad.
Fernández de Cevallos
recomendó a diputados y senadores, así como a quienes pretenden serlo, la
lectura del libro, por su carácter didáctico sobre el procedimiento para
legislar, en este sentido resaltó que
ahora que el Ejecutivo ya no controla al Legislativo, este puede ejercer
plenamente sus facultades.
Al respecto, el integrante del
IIJ, Lorenzo Córdova Vianello, sostuvo que desde hace varios años, las
condiciones políticas del país han colocado al Congreso en una condición de centralidad,
que a lo largo del siglo XX no había tenido.
Dicho fenómeno, refirió, “no
es resultado de una obra de reconstrucción constitucional que haya transformado
los equilibrios institucionales del Estado mexicano ni del tránsito de un
sistema presidencial hacia uno parlamentario, sino de la gradual y creciente
pluralidad política e ideológica que en las últimas décadas ha germinado en el
país y que poco a poco se fue reflejando en los órganos representativos”.
Por ello, Córdova Vianello
sostuvo que “no hay, ni podrá haber gobernabilidad sin negociación. La
negociación, ese concepto tan denostado en nuestro imaginario colectivo,
constituye la piedra de toque del sistema democrático”.
Al referirse al libro, Daniel
Barceló Rojas, investigador del mismo Instituto, comentó que El procedimiento
legislativo mexicano, es una obra bien construida, rica doctrinariamente, y que
tiene una visión desde el interior del Poder Legislativo, lo cual lo enriquece.
Este es un libro que nos servirá a
quienes en esta casa de investigación hacemos análisis sobre derecho público.
Estoy convencido de que también les servirá a otros investigadores de otros
centros de estudio, a los profesores de derecho que tenemos que recomendar
textos didácticos a nuestros alumnos, y también a los diputados y senadores.
Por último, Onosandro Trejo,
coautor de la obra, indicó que este título es leal contribución al esfuerzo que
realizan cotidianamente muchos juristas mexicanos por el engrandecimiento de
nuestra nación. El ejemplo más destacado lo tenemos aquí: el IIJ de la UNAM.
La importancia que le damos al
quehacer de diputados y senadores en la formación de las leyes, como el
ejercicio de las atribuciones de las Cámaras en el cumplimiento de sus
responsabilidades políticas y sociales, ha desembocado en nuestro caso, en un
serio compromiso de estudio, reflexión y análisis de la etapa que hoy vive el
órgano legislativo en México, concluyó.
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Foto 01
Universitarios,
legisladores y ex gobernadores se dieron cita en el Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM para la presentación del libro El
procedimiento legislativo mexicano.
Foto 02
Onosandro Trejo,
coautor de El procedimiento legislativo mexicano, presentó este texto en el
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
Foto 03
El ex legislador Fernando Ortiz
Arana aseguró en la UNAM que las instituciones nacionales son las que han
permitido la alternancia en el poder en nuestro país, y una de ellas es el
Congreso de la Unión.