06:00 hrs.  15 de Junio de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-471

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

 

CONTINUA, LA LUCHA DE LA CIENCIA POR REVELAR NUEVOS CONOCIMIENTOS

 

·        Así lo consideró Juliana González, miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM

·        El choque entre visiones conservadoras y las de vanguardia, que implica a la nueva tecnología, es sensible y parece recordar al Renacimiento, afirmó

·        El director de la FFyL, Ambrosio Velasco Gómez, expresó que Juliana González ha luchado por constituir una nueva cultura, unificada, de las ciencias y las humanidades

 

Hoy día se registra una lucha entre los valores, promesas y esfuerzos de la ciencia por revelar nuevos conocimientos y verdades, y las tendencias regresivas y oscurantistas, afirmó Juliana González, miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM.

 

La también profesora emérita de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) refirió que el choque entre visiones religiosas en términos generales, o conservadoras, y las de vanguardia, que implica la nueva tecnología, es sensible y recuerda al Renacimiento.

 

La autora de Genoma humano y dignidad humana expuso que los seres humanos formamos parte de una comunidad, además de genética, llena de percepciones, inquietudes, preocupaciones y valores. De ahí la importancia de que el diálogo entre ciencia y humanidades no deba terminar nunca.

 

Es una relación larga, con fuertes etapas de crisis, en donde en algunos momentos el saber ha estado contra el humano. De hecho, dijo, en sus vertientes tecnocientíficas podría caer en esa postura. No obstante, la más importante promesa es que se recobrará la unidad de ambos campos, con la inclusión de la tecnología, porque no es posible prescindir de la aplicación práctica del conocimiento.

 

El dios romano Jano, bifronte, señaló, da idea de que en su movimiento hacia el futuro se abre un camino de bienestar o infortunio. Lo mismo ocurre ahora, cuando se debe estar atento frente a la gran revolución de las ciencias de la vida, ligada a la ética y ontología. Los humanistas no pueden desconocer qué ocurre en el campo del saber de la vida y su nuevo poder. De ahí la urgencia de tender puentes, de la necesaria conexión.

 

A los científicos, en sus laboratorios, les enfrenta la problemática ética, y ésta no es sólo teórica, sino que afecta decisiones vitales cotidianas. Son cuestiones radicales, cuya problemática es seria. Hoy no se sabe qué es el hombre, la naturaleza, la vida y lo vivo, y qué es el devenir. Por ejemplo, no se ponen de acuerdo si el embrión es o no un ser humano hecho, para discutir si se aprueba o no la clonación terapéutica, refirió.

 

Estas cuestiones afectan a todos, no sólo por razones genómicas que todos comparten, sino sociales e históricas, de nuestro momento, de nuestro umbral jánico en que tenemos que voltear hacia nuestro pasado y mirar a nuestro futuro, reconoció.

 

A su vez, el director de la FFyL, Ambrosio Velasco Gómez, expresó que la doctora Juliana González ha luchado por constituir una nueva cultura, unificada, de las ciencias y las humanidades. Su obra es una de las expresiones más acabadas de esa integración, en particular, entre la filosofía y las ciencias genómicas.

 

Ahí examina con el mejor espíritu de fineza, sobre los retos e implicaciones que plantean a la ética y a la ontología los descubrimientos de la genética, en particular los impresionantes avances en el conocimiento del genoma y sus aplicaciones en biotecnología, especialmente en medicina, recordó.

 

Se trata de un amplio aliento que integra el conocimiento científico, en este caso la genética, con la cavilación y nuevos horizontes de la reflexión filosófica, con señalamientos precautorios al desarrollo tecnocientífico. Ve el futuro de una manera integrada, consideró.

 

Con base en este análisis, Juliana González muestra la urgente pertinencia de integrar la reflexión crítica de la filosofía, particularmente de la ética y de la ontología, a las tecnociencias genómicas, agregó Velasco Gómez.

 

La condición de libertad que constituye la dignidad humana es el rasgo distintivo del hombre y su dignidad. Por ello, para la autora, expresó, los descubrimientos, lejos de volver irrelevante al análisis, particularmente a la bioética y genética, la reclaman indispensable.

 

En el aula magna “Fray Alonso de la Veracruz”, Lizbeth Sagols, profesora de la FFL, expuso que en la bibliografía sobre problemas éticos del genoma, destaca por varias e importantes razones, un enriquecedor encuentro con la filosofía.

 

Advierte, además de un análisis de primer nivel, una exposición del conocimiento biológico sustentada en datos rigurosos y actualizados, y el científico, además de lo propio de su disciplina, los ejes en torno de los problemas éticos y sociales de la genómica y biotecnología. Atiende también al destino del hombre contemporáneo y cómo ha de preservarse la libertad con los avances científicos y tecnológicos, precisó.

 

Frente a las posturas polarizantes, Juliana González propone una vía nueva, donde lo que importa del humanismo, es la permanencia de la dignidad, y lo que interesa de la tecnociencia es el servicio que puede prestar. No se trata de detener el cambio, sino de conducirlo, aseveró.

 

No tiene sentido rechazar la intervención genética en aras de un purismo conservador de la naturaleza humana. Lo que debe guiar es la preservación de la condición indeterminada. Se ha de defender que el ser siga abierto. Así, la autora encuentra que no hay suficientes razones éticas y ontológicas para prohibir la investigación en células madre ni la clonación reproductiva.

 

En su turno, Gerardo Jiménez Sánchez, director del Instituto Nacional de Medicina Genómica, aclaró que el genoma revolucionará la vida de las sociedades humanas. La información arrojada por ese proyecto transformará las ciencias biomédicas, la informática, la práctica de la medicina e incluso, la economía global.

 

Desde su inicio, destinó parte importante de sus recursos al estudio de las implicaciones éticas, legales y sociales del mismo. Hay evidencias en torno a sus implicaciones en la vida de las comunidades. Empero, se reconoce que son escasas las contribuciones académicas de alto rigor científico a escala global en torno a su implicación sobre la dignidad del hombre.

 

En su oportunidad, Carlos Viesca, jefe del departamento de Historia y Filosofía de la Medicina de la Facultad de Medicina, opinó que hacía falta una reflexión en razón de la terrible crisis del humanismo que se ha dado en todos los campos en el siglo XX, para regresar a la pregunta primigenia, ¿qué somos? y su punto central resulta ser el juego de genómica y bioética, dos ciencias en interfaz. La distinción entre ciencia y filosofía es artificial, porque ambos son conocimiento, válido en un determinado momento, sostuvo.

 

Por ultimo, Jorge Linares, profesor de la FFyL, dijo que el texto posee virtudes no comunes en el medio académico: su abundante y bien documentada información científica, que la autora comenta con gran claridad; análisis y diálogo interdisciplinario que logra articular entre genética y ética.

 

Está presente una decidida reafirmación de la dignidad humana y nos conduce a reflexionar sobre el extraordinario viaje que nuestra especie ha emprendido en busca de su propia identidad, concluyó.

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 01

 

Un grupo de destacados intelectuales –en donde sobresalió la presencia del director de la FFyL de la UNAM, Ambrosio Velasco– abordaron la obra de Juliana González, “Genoma humano y dignidad humana”.

 

 

FOTO 02

 

Guillermo Hurtado, Julieta González y Ambrosio Velasco abordaron en la UNAM el texto “Genoma humano y dignidad humana”, obra de la segunda, donde señalaron el vínculo entre humanidades y cie