15:30 hrs.  13 de Junio de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-466

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

ADECUADO, ENFOCAR A LA CIENCIA COMO PROCESO CULTURAL

 

·        Aseguró Daniel Cazés Menache, director del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM

·        Inauguró el Coloquio “La Ciencia como proceso cultural”

·        Quienes construyen el conocimiento científico forman parte del imaginario en que viven y con esas herramientas lo crean: Gisela Mateos González, integrante de esa entidad

 

Es adecuado enfocar a la ciencia como proceso cultural; por ello, es necesario reflexionar, ampliar los conocimientos, debatir sobre la transformación de la cultura en todos los ámbitos sociales, en este caso, sobre la ciencia, rubro de donde surge todo adelanto, aseveró Daniel Cazés Menache, director del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM.

 

Al inaugurar el Coloquio “La ciencia como proceso cultural”, el director del CEIICH, opinó que se ha querido ver a esta actividad con exclusividad, como aquella que permite el desarrollo tecnológico, pero no tiene este destino de manera particular, sobre todo en México, donde su progreso no ha sido propiciado por el apoyo a la investigación científica.

 

Las ciencias sociales, destacó, también son ciencia y constituyen el espacio de la toma de decisiones, pero también se aplican a las “tecnologías” de las relaciones comunitarias, como los programas educativos, que son un proceso cultural, el cual abarca a la mayor población en el país.

 

También están en la base de los procesos legislativos; de la mercadotecnia, y de las decisiones fundamentales. “Tienen poco financiamiento, pero son las que mayor aplicación cotidiana tienen”, refirió.

 

Así, sin los conocimientos producidos por las ciencias sociales no habría mercadotecnia y no se venderían en la televisión “pastas de dientes, alcoholes y precandidatos”, consideró.

 

Agregó que en el discurso generalmente parece que estas disciplinas son inferiores o secundarias, y es todo lo contrario. 

 

A su vez, Gisela Mateos González, integrante del CEIICH, coincidió en que la ciencia es un proceso cultural; quienes la construyen forman parte del imaginario en que viven y con esas herramientas la crean.

 

Así, explicó, esta actividad no puede aislarse de la cultura, pues a la vez es un proceso donde confluyen elementos sociales para su construcción. Ello, puntualizó, desde la perspectiva de la cognición, ya que el sujeto conoce con los instrumentos que posee. 

 

Mateos González aclaró que ese desarrollo tiene que ver tanto con elementos conceptuales como materiales y con una práctica científica. “Todo esto se reúne, permite la elaboración de teorías a nivel cognoscitivo y, con ello, la construcción  del conocimiento”.

 

Durante el Coloquio, realizado en el marco del Programa de Investigación en Ciencia y Tecnología del CEIICH, resaltó el surgimiento de una discusión multidisciplinaria que confluye de las ciencias de cómo se aprehende la realidad. Se trata, dijo, de entender, desde esa perspectiva, de qué manera se construye la ciencia; cómo se forman las teorías en el cerebro y qué implica su elaboración.

 

Concluyó que otro de los objetivos es comprender cómo, a través de esta manera de adquirir saberes, se crean los paradigmas y  si un cambio de concepto implica o no su modificación. Ello porque se ha argumentado en la filosofía de la ciencia, sobre todo en la vieja escuela, que un cambio en este sentido significa el abandono de un cuerpo explicativo.

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PIES DE FOTO

 

 

FOTO 01

 

Daniel Cazés Menache y Gisela Mateos durante la inauguración del Coloquio “La ciencia como proceso cultural”, en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM.

 

 

FOTO 02

 

Gisela Mateos, integrante del CEIICH, afirmó que la ciencia es un proceso cultural; quienes la construyen forman parte del imaginario en que viven y con esas herramientas la crean.