Boletín UNAM-DGCS-426
Ciudad Universitaria
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final del boletín
VISITA LA UNAM WILLIAM D. PHILLIPS, PREMIO NOBEL DE FÍSICA 1997
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Afirmó que para que una nación sea líder en
un área de la ciencia o en una nueva tecnología, debe invertir en investigación
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La física es tan interesante como lo era
hace un siglo: dijo
·
Resaltó el trabajo que se hace en la UNAM,
en particular el estudio de la Pirámide del Sol en Teotihuacan
El doctor William D. Phillips,
ganador del Premio Nobel de Física en 1997, visitó la UNAM, donde afirmó que
para que una nación sea líder en un área de la ciencia o en una nueva
tecnología debe invertir recursos necesarios para la investigación.
Sin embargo, “esto no quiere
decir que todas las naciones deban seguir el mismo modelo, o que todos los
países se deben concentrar en las mismas áreas del conocimiento”, precisó.
En conferencia de prensa
realizada en la Sala “Juárez” del Museo de las Ciencias Universum, explicó que
su presencia en México se debe a la conmemoración del Año Internacional de la
Física 2005, con el cual se celebran los 100 años de la publicación de los
trabajos fundamentales de Albert Einstein.
Pero “aún es más importante
celebrar el hecho de que la física hoy en día es tan interesante y apasionante
como lo era hace un siglo”, sostuvo.
También opinó que la física
que se hace en la UNAM es interesante, en particular el estudio de la Pirámide
del Sol en Teotihuacan, donde se usan técnicas de partículas (detección de
muones) para tratar de localizar cámaras ocultas en su estructura. “Encuentro
realmente atractivo este matrimonio entre la física y la arqueología”.
En cuanto a los avances
tecnológicos y científicos, consideró que el presente siglo será igual de
importante que el XX, sobre todo en áreas de
la cosmología y en otras, donde la física colabora con disciplinas como
la biología y la química.
Es importante para todas las
personas apreciar qué pasa con esta disciplina, y aún más, que sea gente joven
quien reconozca cuán interesante y apasionante es este campo, y que, incluso,
se vean atraídos a elegirla como carrera en el futuro, indicó.
Asimismo, William D. Phillips
destacó la importancia de que países industrializados apoyen y hagan lo posible
para incrementar el desarrollo de las naciones con menor crecimiento.
Expuso: “Trato de ayudar
abriendo mi laboratorio a estudiantes de todo el mundo, como a Eduardo Gómez,
egresado de la UNAM; ir a otros lugares para encontrarme con alumnos,
profesores e investigadores; enseñar en escuelas internacionales de verano y
hacer lo que pueda para incrementar la divulgación del conocimiento científico”.
Señaló que según su
experiencia, los estudiantes mexicanos tienen excelente preparación. No
obstante, los apoyos para hacer investigación son mucho mayores en un país como
Estados Unidos, que en otro como México.
Sin embargo, afirmó, “creo en
la posibilidad de que México produzca un premio Nobel, es cosa de suerte y de
tener los recursos para realizar investigación”.
Al referirse a tres áreas de
la física a desarrollarse en los próximos años, apuntó que serán la cosmología
o el entendimiento de la materia y energía oscuras; la unificación de las
teorías de las fuerzas de la naturaleza (fuerte, débil, electromagnética y
gravedad) en la llamada Teoría de Todo, y, por último, la información cuántica,
cuya comprensión podría cambiar la manera fundamental en que pensamos y
entendemos el mundo microscópico.
Respecto a la investigación
que lo hizo merecedor del Premio Nobel en 1997, junto con Steven Chu y Clauden
Cohen, expuso que se refiere al desarrollo de métodos para enfriar y atrapar
átomos con luz láser.
“Mis colegas y yo aprendimos a
enfriar gases y volverlos lo más frío posible mediante iluminación con un rayo
láser. Los hemos logrado enfriar tanto que hemos creado la materia más fría que
probablemente exista en el universo”, aseveró.
Con ello, abundó, hemos
conseguido hacer los mejores relojes atómicos, tan buenos que sólo se adelantan
o atrasan un segundo cada cuarenta millones de años. Estos son los instrumentos
más precisos para medir el tiempo que jamás se hayan fabricado y son herramientas
esenciales para actividades de la vida moderna, como la sincronización de
comunicaciones a alta velocidad y para la operación de los Sistemas de
Posicionamiento Global, los cuales guían aeronaves, automóviles o barcos.
Esto también nos ha llevado a
otras áreas de investigación altamente productivas, refirió. Por ejemplo,
“basándose en nuestros descubrimientos, otros científicos lograron obtener la
condensación de Bose-Einstein”, nuevo estado de la materia donde los átomos
alcanzan su condición base, es decir, se enfrían tanto que su energía es cero.
Además, hemos descubierto que
hay muchos usos interesantes para estos gases superfríos, añadió. Pueden ser
usados en forma analógica para el estudio del comportamiento de los electrones
en cristales sólidos, sumamente importantes para los aparatos electrónicos. Ese
conocimiento podría dar nuevas ideas para el desarrollo de nuevos equipos.
Sus investigaciones también
son útiles para la información cuántica. La normal, en nuestras computadoras,
se guarda y manipula como bits; la cuántica utilizaría átomos individuales que
han sido atrapados y enfriados con láser.
Señaló que los beneficios de
la computación cuántica se verán reflejados en la solución de problemas tan
difíciles, que no pueden ser resueltos en ninguna computadora actual.
Además, nuestro mundo es
mecánico cuántico, y si queremos entender cómo funciona debemos hacer cálculos
al respecto; sólo una computadora del mismo tipo lo logrará.
William D. Phillips estuvo
acompañado por Julia Tagüeña, directora general de Divulgación de la Ciencia;
Rocío Jáuregui, investigadora del Instituto de Física de la UNAM, y Luis
Orozco, científico mexicano y cercano colaborador del Nobel en la Universidad
de Maryland, Estados Unidos.
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Foto 1
De vista en la
UNAM, el Premio Nobel de Física 1997, doctor William D. Phillips, hizo levitar
un pequeño trompo mediante el uso de imanes para mostrar que esa disciplina
puede ser divertida e interesante.
Foto 2.
El Premio Nobel de Física (1997), William D. Phillips,
visitó la sala Expo Q (referida a la mecánica cuántica) del Museo de las
Ciencias Universum.