06:00 hrs.  29 de Mayo de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-423

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de foto al final del boletín

 

 

DEBE MÉXICO DIVERSIFICAR FUENTES RENOVABLES DE ENERGÍA Y NO DEPENDER DE HIDROCARBUROS

 

·        Reanudar el crecimiento de la petroquímica implica reducir las compras de gas natural y de productos finales: Antonio Gershenson, de la FC de la UNAM

·        Son conocidos los aprietos petroleros de Estados Unidos, la declinación sobre todo en la producción, señaló la especialista Rosío Vargas Suárez

·        Participaron en el Seminario “Alternativas energéticas México-Estados Unidos para el siglo XXI”, en el CISAN de la UNAM

 

Es indispensable que México diversifique sus fuentes renovables de energía y no dependa de forma exclusiva de los hidrocarburos, reconocieron los participantes en la mesa La problemática energética nacional y la integración, organizada por el Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM.

 

En el Seminario “Alternativas energéticas México-Estados Unidos para el siglo XXI”, Antonio Gershenson, profesor de la Facultad de Ciencias (FC), advirtió que desde 1985 el monto del petróleo descubierto es menor que el extraído. El caso del gas es similar, pues la mayor parte del que se produce está asociado al crudo. Se calcula que en el norte hay reservas para siete años, 12 para la sur y siete para las marinas.

 

El académico indicó que 38 por ciento de ese consumo es importado; por lo que es una situación grave, y en buena medida se debe a la tendencia de contar con un mayor número de plantas de ciclo combinado.

 

No obstante, en el noroeste la situación es más delicada, porque no hay gas nacional y este recurso ha sustituido a los demás combustibles, al combustóleo casi en todos los casos para generar electricidad; se ha cambiado al de pipa o en tanque por natural. Una de las razones es que es más barato, reconoció.

 

Por ello, recomendó diversificar las fuentes, pues algunas como el agua y el viento no tienen riesgos asociados a los precios o a la escasez, así como aumentar la capacidad de procesamiento y, por lo tanto, a no tener que importar y gastar una parte importante de lo obtenido por la venta de crudo con la introducción de gasolina, refinados y gas natural

 

Reanudar el crecimiento de la petroquímica implica planear desde las materias primas hasta las cadenas productivas, y reducir hasta su eliminación las compras de gas natural y de productos finales, continuó.

 

En tanto, Rosío Vargas Suárez, investigadora del CISAN, señaló que América del Norte no está en su mejor momento, porque de sus tres integrantes, Canadá es el que posee las reservas más limitadas, con unos 4.5 miles de millones de barriles de petróleo.

 

Por su parte, en México el nivel de su acopio ha bajado y según diversas estimaciones, rondan los 13 mil millones de barriles, aunque las mayores posibilidades a futuro están en aguas profundas y a costos más elevados, precisó.

 

Son conocidos los aprietos petroleros de Estados Unidos, la declinación sobre todo en la producción, sus reservas se han mantenido gracias al volumen de importaciones. La perspectiva no es alentadora, porque su generación tocó máximo en los años 70 y ha caído cada año, recordó.

 

Al hablar de la crisis energética que California vivió entre 200 y 2001, Rafael Friedmann, consultor independiente en Berkeley, aseguró que la eficiencia fue lo que los salvó del colapso, y tendrá un rol crucial en el futuro desarrollo del sector.

 

En ese sentido, opinó que nuestro país debería incrementar los recursos destinados a conseguir este factor para aprovechar al máximo la infraestructura y obtener todos sus beneficios. México corre el riesgo de abusos de mercado si no diversifica sus opciones. No obstante, si se reestructura el sector es indispensable asegurar la continua vigilancia del Estado por el bien común.

 

En su oportunidad, Rubén Dorantes, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, subrayó que nuestro país sigue con su dependencia del sistema actual, pues según datos de 2003, 81.9 por ciento de su energía proviene de los hidrocarburos, y en menor cantidad de la nucleoeléctrica, hidroeléctrica, eólica y biomasa.

 

Sin embargo, dijo, estos recursos primarios no le sirven al país si no lleva a cabo procesos de transformación, para obtener elementos accesibles como combustóleo, gasolinas y gas natural.

 

Indicó que para hacer uso de los secundarios se requiere hacer cada vez más importaciones, sobre todo diesel, gas natural, combustóleo, gasolinas, gas licuado y carbón. Más de 10 mil 500 millones de dólares se le escapan al país por estas compras.

 

Por ello, advirtió que es de primordial importancia que en los próximos 10 años la nación desarrolle diversos proyectos en energía renovable. El mundo avanza de manera rápida hacia estas nuevas fuentes. Por ejemplo, es elevado el crecimiento de las industrias eólica y fotovoltaica.

 

Explicó que en el caso de la electricidad la base en el largo plazo es con las plantas de ciclo combinado; lo peor es que se apuesta a una sola tecnología, pero hay que diversificarlas. Las reticencias se deben a que persiste una gran ignorancia sobre lo que son y representan estas alternativas para México.

 

Además, este sistema nacional es exageradamente conservador y no se quiere arriesgar con nuevos desafíos. Son muchas las dificultades que se le pone al desarrollo de este nuevo tipo de energéticos, concluyó.

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PIES DE FOTO

 

 

FOTO 01

 

Antonio Gershenson, Rafael Friedmann y Rubén Dorantes, previo a su participación en el Seminario “Alternativas energéticas México-Estados Unidos para el siglo XXI”, organizado por el CISAN de la UNAM.

 

 

FOTO 02

 

Rosío Vargas Suárez, del CISAN de la UNAM, participó en la mesa “La problemática energética nacional y la integración” del Seminario “Alternativas energéticas México-Estados Unidos para el siglo XXI”.