Boletín UNAM-DGCS-421
Ciudad Universitaria
Pies de foto al
final del boletín
PARTICIPAN ESTUDIANTES DE LA UNAM EN EL SANEAMIENTO DEL BOSQUE DE CHAPULTEPEC
·
Trabajan en las áreas de control de fauna nociva (aves y mamíferos) y de
resguardo de fauna acuática
·
La idea ha sido recuperar el valor que el
Bosque tuvo en el pasado, como un área de importantes implicaciones biológicas,
de conservación de recursos y de conciencia ambiental para la sociedad
Estudiantes de la UNAM participan en el
Proyecto Integral de Saneamiento del Bosque de Chapultepec, en las áreas de
control de fauna nociva (aves y mamíferos) y de resguardo de fauna acuática
durante la limpieza de los lagos.
Ellos son Dalia Ayala Islas, egresada de la
maestría en ciencias en el Instituto de Biología y quien actualmente trabaja en
proyectos asociados a la Colección Nacional de Aves de la propia entidad; así
como los alumnos de maestría en el Instituto de Ecología, Beatriz Hernández
Meza y Juan Cruzado Cortés, y de licenciatura, Claudia Colón Covarrubias.
La idea, refirieron, ha sido recuperar el valor que el Bosque tuvo en el pasado, no sólo como parque urbano, sino como un área de importantes implicaciones biológicas, de conservación de recursos y de conciencia ambiental para la sociedad.
La gente, explicó Dalia Ayala, debe valorar al Bosque y su biodiversidad, que no es poca. En Estados Unidos y Canadá hay 600 especies de aves; en esta zona de nuestra ciudad existen más de 100 variedades, entre residentes y migratorias.
En cuanto a ejemplares silvestres de mamíferos
se encontraron tlacuaches, atacados por la gente al creer que son ratas
gigantes, cuando en realidad son marsupiales, parientes de los canguros, y cuya
población se ubicó en buen número y estable; y, en especial, cacomixtles,
reportados históricamente en puntos como Tacubaya.
Dentro del Bosque se creía que era una especie
perdida. Sin embargo, pese a la perturbación, visitantes, movimiento y tráfico,
este carnívoro se mantuvo. Su presencia es importante, señaló Beatriz
Hernández, porque forma parte de una cadena alimenticia compleja, que requiere
la preservación de todos sus eslabones.
Los jóvenes recordaron que el Proyecto Integral
de Saneamiento, a cargo del gobierno del DF, las autoridades del Bosque y de la
ciudadanía mediante el Fideicomiso ProBosque, tiene un plan maestro de
desarrollo dividido en tres etapas, una para cada sección.
Parte importante de la primera fase fue el
estudio preliminar para determinar las condiciones de la fauna, trabajo a cargo
de los biólogos universitarios. A partir de los resultados se planteó un
programa para control de animales nocivos.
Dalia Ayala agregó que la presencia desordenada
de vendedores ambulantes, comida, desechos y la mala recolección de basura,
propiciaban plagas de roedores y palomas, así como de ardillas, las cuales,
aunque son nativas, se pueden considerar dañinas para la estructura de los
árboles cuando sus poblaciones son excesivas.
De tal forma, una vez que se aprobó el plan
correspondiente, el primer paso fue contener las especies perjudiciales. Luego
del estudio preliminar, donde se obtuvo un listado y condición de su
existencia, su ubicación y sitios de distribución, así como la identificación
de posibles sitios de muestreo y control, se procedió a la intervención,
indicó.
Para el caso de ratas y ratones se usó un
método letal; para las ardillas, una reubicación de 101 ejemplares en otros
sitios arbolados de la ciudad, que lo aprobó la Secretaría del Medio Ambiente y
Recursos Naturales, y para las aves (palomas, gorriones y zanates) una disminución
de sitios potenciales para anidación, expresó.
Dalia Ayala mencionó que los gorriones,
originarios de Europa, se asocian a centros urbanos y se benefician de la
basura, pero, sobre todo, entran en competencia con las especies nativas.
Además, junto con los zanates, que llegan a
depredar nidos de otros ejemplares, podían impactar a los ahuehuetes, los
árboles más preciados del Bosque. De esa forma, dijo, se decidió disminuir los
sitios potenciales para reducir su número con el tiempo.
También había una población considerable de
patos domésticos, que representaban un riesgo sanitario. Además de ser
agresivos con especies silvestres, su presencia propiciaba que la gente echara
comida a los lagos, advirtió.
“Éstos representan un hábitat ideal para que lleguen
especies de aves acuáticas migratorias o para el establecimiento de las
silvestres. Al buscar que el bosque tuviera un valor biológico, de conservación
y de educación ambiental, se trasladaron las aves domésticas. Desde entonces
han llegado especies silvestres mexicanas protegidas”, puntualizó.
En cuanto a la fauna acuática, Claudia Colón
sostuvo que en los lagos existen especies importantes, tres resguardadas por
las leyes, de las cuales algunas están en peligro de extinción y una bajo
protección especial.
Una de ellas, endémica, es el ajolote, anfibio
de nombre científico Ambystoma mexicanum. A ella se suman el pez mexcalpique (Girardinichthys
viviparus) y la Rana montezumae, también originaria de México, además del pez Goodea
atripinnis. Otra especie presente, sin peligro, es el charal (Chirostoma
jordani) y un crustáceo, el acocil (Cambarellus montezumae), exclusivo de
nuestro país, informó.
Esa es la riqueza que hay en el lago, tanto de
peces, como de crustáceos y anfibios, expuso la alumna. Aunque se intuía su
presencia.
Claudia Colón refirió que el principal problema
de los lagos de Chapultepec era la eutroficación, proceso que consiste
en el enriquecimiento de las aguas con nutrientes a un ritmo tal, que no puede
ser compensado por la mineralización, de manera que la descomposición del
exceso de materia orgánica produce una disminución del oxígeno en sus partes
profundas, a lo cual contribuía la basura y la presencia de patos domésticos.
Para resolver esta cuestión, enfatizó, se
reduce la cantidad de algas y se instalarán fuentes que permitirán que los
recambios de agua sean más frecuentes. Para solucionar la acumulación de
sedimentos, los lagos se dragaron y se extrajeron miles de metros cúbicos de
lodo, con lo cual el tirante fluvial aumentó en beneficio de las poblaciones
faunísticas.
Juan Cruzado Cortés atendió el problema de los
perros y gatos, algunos de los cuales eran salvajes, no acostumbrados al
contacto humano, y otros que fueron abandonados por sus dueños.
La gente cree que con esos felinos se controla
a ratas y ratones. No obstante, para ellos es más fácil y menos riesgoso cazar
un pájaro o una lagartija, por ello vulneran la fauna silvestre, añadió.
Desde el cierre del bosque al público, los animales potencialmente nocivos ya no impactan de la misma forma. Sin embargo, concluyó, es necesario continuar la evaluación una vez que se reabra, de forma que se identifiquen sitios que sean atacados de forma periódica.
Pronto las autoridades decidirán quien se
encargará del monitoreo de la fauna. Mientras tanto, los jóvenes biólogos
consideran que la UNAM podría encargarse de ello e, incluso, de realizar
investigación científica de las especies silvestres. El Instituto de Biología
evalúa las posibilidades de vinculación.
--o0o—
FOTO 01
Los estudiantes
de la UNAM Beatriz Hernández, Dalia Ayala, Juan Cruzado y Claudia Colón,
participan en el Proyecto Integral de Saneamiento del Bosque de Chapultepec.
FOTO 02
Claudia Colón,
Dalia Ayala, Juan Cruzado y Beatriz Hernández, estudiantes de la UNAM,
participan en las áreas de control de fauna nociva (aves y mamíferos) y de
resguardo de fauna acuática durante la limpieza de los lagos de Chapultepec.