Boletín UNAM-DGCS-409
Ciudad Universitaria
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SUPONE DISPOSICIONES POLÍTICAS, DE COOPERACIÓN Y ECONÓMICAS, EL ACUERDO CON LA UNIÓN EUROPEA
El acuerdo de México con la
Unión Europea (UE) supone más que disposiciones sobre libertad mercantil,
porque tiene tres pilares: político, de cooperación y económico, reconoció en
la UNAM Phillip Dupuis, primer secretario jefe de la Sección Comercial en la
Delegación de la Comisión Europea en México.
Al dictar la conferencia El
Acuerdo con la Unión Europea: pilar comercial, jurídico, económico y político,
en la Facultad de Derecho (FD) de esta casa de estudios, señaló que sus
fundamentos son diversos principios democráticos y los derechos humanos.
Explicó que el Tratado de
Libre Comercio suscrito con Estados Unidos y Canadá es sólo financiero, mas el
establecido con Europa también integra los aspectos social y de colaboración.
Reveló que la UE previó
destinar 56 millones de euros entre 2002 y 2006 para realizar diversas acciones
en ese marco bilateral. Se organizaron actividades concretas, cuyas prioridades
eran el desarrollo comunitario, reducción de desigualdades, cooperación
científica y tecnológica, consolidación del Estado de derecho, apoyo
institucional y asistencia financiera.
Por ejemplo, aseguró, se puso
en marcha un proyecto de apoyo a la pequeña y mediana empresa (pymes), en
cofinanciamiento con el gobierno mexicano. La Unión aportó 12 millones de euros
y la Secretaría de Economía 12 millones más. El objetivo es ayudarlas a
aprovechar la liberalización del Tratado de Libre Comercio Unión Europea-México
(TLCUEM), y fortalecer las exportaciones mexicanas.
Asimismo, abundó, “preparamos
un programa que pretende facilitar la implementación de la parte comercial del
TLCUEM. Queremos fomentar los contactos entre los funcionarios de ambas partes,
para que entiendan las motivaciones del otro”.
Phillip Dupuis comentó que
entre las dos entidades también se ha estructurado un proyecto de consolidación
del Estado de derecho por 15 millones de euros, así como otro en desarrollo
social para Chiapas, y se prepara uno más en ciencia y tecnología. Las
exportaciones mexicanas a la UE están por completo liberalizadas desde el
primero de enero de 2003. Es decir, todos los productos industriales nacionales
entran a esa zona libres de arancel.
En cambio, refirió, se ha dado
circulación franca a 58 por ciento de los productos europeos por nuestro suelo.
Este fue elemento de negociación, pues México argumentó que su industria está
menos avanzada y requiere mayor tiempo para enfrentar la apertura comercial.
Pero a partir del primero de enero de 2007 las transacciones se darán en las
mismas condiciones. Los sectores que quedaron excluidos fueron los sensibles,
como audiovisuales, servicios aéreos y cabotaje marítimo.
El funcionario europeo dijo
que a partir del primero de marzo de este año se iniciaron pláticas para abrir lo
más posible. No obstante, hay rubros donde será difícil la situación, como
servicios energéticos para México, telecomunicaciones y telefonía fija.
Tenemos limitaciones en cuanto
a educación pública y salud, que requieren ser asegurados por el Estado y no se
deben dejar a empresas privadas. “Aún queda mucho espacio para negociar y
acordar calendarios concretos en otros sectores”, reiteró.
Recordó que en 1997 se firmó
el acuerdo global, y al mismo tiempo se signó uno interino que entró en vigor
el primero de julio de 1998 y el 9 de noviembre del mismo año iniciaron las
negociaciones comerciales, que concluyeron un año después. Finalmente el
primero de octubre de 2000 empezó el acuerdo global.
Por su parte, Alfonso Muñoz de
Cote Otero, académico de la FD, destacó que México no sólo suscribió el acuerdo
con la UE; fue a cada uno de los Estados que la componen para la confirmación
del mismo. En noviembre de 1999, nuestro país emitió una tesis jurisprudencial
mediante la cual colocó a los tratados internacionales por encima de las
constituciones estatales y de las leyes federales.
Lo importante con Europa no
sólo es el pacto, sino también los aspectos político y de cooperación. Incluso,
añadió, el proceso democrático se vio abierto en la república por una gran
reflexión e influencia, sobretodo del viejo continente, para seguir el proceso.
En su turno, Carlos Reyes,
catedrático de la misma Facultad, explicó que desde la celebración del primer
arreglo comercial con Canadá y EU en nuestro país se ha utilizado un lenguaje
maniqueo. Empero, son herramientas útiles para cada país y gobierno en su
propio beneficio.
Concluyó que el propósito de
estos protocolos es darle una oportunidad a los Estados para participar en el
mercado global. Sin embargo, en nuestro país no se han aprovechado
adecuadamente las transacciones comerciales.
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PIES DE FOTO
FOTO 01
Phillip Dupuis,
de la Delegación de la Comisión Europea en México, reconoció en la UNAM que el
acuerdo de México con la Unión Europea tiene tres pilares: político, de
cooperación y económico.
FOTO 02
Alfonso Muñoz de
Cote Otero, académico de la Facultad de Derecho de la UNAM, destacó que México
fue a cada uno de los Estados que la componen la Unión Europea para la
confirmación de su acuerdo.
FOTO 03
Carlos Reyes, de
la FD de la UNAM, explicó que se ha utilizado un lenguaje maniqueo para
referirse a los tratados comerciales, que son herramientas útiles para cada
país y gobierno en su propio beneficio.