06:00 hrs.  24 de Mayo de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-409

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de foto al final de boletín

 

 

 

SUPONE DISPOSICIONES POLÍTICAS, DE COOPERACIÓN Y ECONÓMICAS, EL ACUERDO CON LA UNIÓN EUROPEA

 

 

El acuerdo de México con la Unión Europea (UE) supone más que disposiciones sobre libertad mercantil, porque tiene tres pilares: político, de cooperación y económico, reconoció en la UNAM Phillip Dupuis, primer secretario jefe de la Sección Comercial en la Delegación de la Comisión Europea en México.

 

Al dictar la conferencia El Acuerdo con la Unión Europea: pilar comercial, jurídico, económico y político, en la Facultad de Derecho (FD) de esta casa de estudios, señaló que sus fundamentos son diversos principios democráticos y los derechos humanos.

 

Explicó que el Tratado de Libre Comercio suscrito con Estados Unidos y Canadá es sólo financiero, mas el establecido con Europa también integra los aspectos social y de colaboración.

 

 

 

Reveló que la UE previó destinar 56 millones de euros entre 2002 y 2006 para realizar diversas acciones en ese marco bilateral. Se organizaron actividades concretas, cuyas prioridades eran el desarrollo comunitario, reducción de desigualdades, cooperación científica y tecnológica, consolidación del Estado de derecho, apoyo institucional y asistencia financiera.

 

Por ejemplo, aseguró, se puso en marcha un proyecto de apoyo a la pequeña y mediana empresa (pymes), en cofinanciamiento con el gobierno mexicano. La Unión aportó 12 millones de euros y la Secretaría de Economía 12 millones más. El objetivo es ayudarlas a aprovechar la liberalización del Tratado de Libre Comercio Unión Europea-México (TLCUEM), y fortalecer las exportaciones mexicanas.

 

Asimismo, abundó, “preparamos un programa que pretende facilitar la implementación de la parte comercial del TLCUEM. Queremos fomentar los contactos entre los funcionarios de ambas partes, para que entiendan las motivaciones del otro”.

 

Phillip Dupuis comentó que entre las dos entidades también se ha estructurado un proyecto de consolidación del Estado de derecho por 15 millones de euros, así como otro en desarrollo social para Chiapas, y se prepara uno más en ciencia y tecnología. Las exportaciones mexicanas a la UE están por completo liberalizadas desde el primero de enero de 2003. Es decir, todos los productos industriales nacionales entran a esa zona libres de arancel.

 

En cambio, refirió, se ha dado circulación franca a 58 por ciento de los productos europeos por nuestro suelo. Este fue elemento de negociación, pues México argumentó que su industria está menos avanzada y requiere mayor tiempo para enfrentar la apertura comercial. Pero a partir del primero de enero de 2007 las transacciones se darán en las mismas condiciones. Los sectores que quedaron excluidos fueron los sensibles, como audiovisuales, servicios aéreos y cabotaje marítimo.

 

El funcionario europeo dijo que a partir del primero de marzo de este año se iniciaron pláticas para abrir lo más posible. No obstante, hay rubros donde será difícil la situación, como servicios energéticos para México, telecomunicaciones y telefonía fija.

Tenemos limitaciones en cuanto a educación pública y salud, que requieren ser asegurados por el Estado y no se deben dejar a empresas privadas. “Aún queda mucho espacio para negociar y acordar calendarios concretos en otros sectores”, reiteró.

 

Recordó que en 1997 se firmó el acuerdo global, y al mismo tiempo se signó uno interino que entró en vigor el primero de julio de 1998 y el 9 de noviembre del mismo año iniciaron las negociaciones comerciales, que concluyeron un año después. Finalmente el primero de octubre de 2000 empezó el acuerdo global.

 

Por su parte, Alfonso Muñoz de Cote Otero, académico de la FD, destacó que México no sólo suscribió el acuerdo con la UE; fue a cada uno de los Estados que la componen para la confirmación del mismo. En noviembre de 1999, nuestro país emitió una tesis jurisprudencial mediante la cual colocó a los tratados internacionales por encima de las constituciones estatales y de las leyes federales.

 

Lo importante con Europa no sólo es el pacto, sino también los aspectos político y de cooperación. Incluso, añadió, el proceso democrático se vio abierto en la república por una gran reflexión e influencia, sobretodo del viejo continente, para seguir el proceso.

 

En su turno, Carlos Reyes, catedrático de la misma Facultad, explicó que desde la celebración del primer arreglo comercial con Canadá y EU en nuestro país se ha utilizado un lenguaje maniqueo. Empero, son herramientas útiles para cada país y gobierno en su propio beneficio.

 

Concluyó que el propósito de estos protocolos es darle una oportunidad a los Estados para participar en el mercado global. Sin embargo, en nuestro país no se han aprovechado adecuadamente las transacciones comerciales.

 

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PIES DE FOTO

 

 

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Phillip Dupuis, de la Delegación de la Comisión Europea en México, reconoció en la UNAM que el acuerdo de México con la Unión Europea tiene tres pilares: político, de cooperación y económico.

 

 

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Alfonso Muñoz de Cote Otero, académico de la Facultad de Derecho de la UNAM, destacó que México fue a cada uno de los Estados que la componen la Unión Europea para la confirmación de su acuerdo.

 

 

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Carlos Reyes, de la FD de la UNAM, explicó que se ha utilizado un lenguaje maniqueo para referirse a los tratados comerciales, que son herramientas útiles para cada país y gobierno en su propio beneficio.