Boletín UNAM-DGCS-406
Ciudad Universitaria
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IMPACTAN LOS CAMBIOS TECNOLÓGICOS AL QUEHACER CIENTÍFICO
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Señaló José Arellano Sánchez, académico
de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, al hablar de “Los
esquemas metodológicos para la investigación social”
·
Participaron José María Calderón
Rodríguez, Margarita Santoyo Rodríguez, María Ingrid Alonso Gómez y Alejandro
Labrador Sánchez, todos académicos de la FCPyS
Los nuevos cambios
tecnológicos de los últimos años han tenido mayor impacto en el quehacer
científico. Si bien es cierto que en la investigación cuantitativa se echaba
mano de procesadores, ahora los equipos de cómputo son más complejos y permiten
mayor eficiencia en la sistematización de los datos.
Así lo señaló José Arellano
Sánchez, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de
la UNAM, al hablar de “Los esquemas metodológicos para la investigación
social”, en la Casa de las Humanidades.
Abundó que en las
últimas dos décadas hemos sido testigos de cambios estructurales en la
colectividad, “estamos en los albores de una nueva etapa en el mundo de la
sociedad de la información, que influye en los investigadores”.
Los ordenadores
actuales son apenas “la punta de un alfiler” de lo que serán mañana. No habrá
libretas de campo, sino “palms” conectadas directamente a una computadora vía
inalámbrica. La producción de conocimiento será mayor. Lo que aún es incierto
es sobre si la forma de procesar ese flujo será igual de grande.
Recordó que los científicos
sociales trabajaban literalmente a mano, es decir, tenían que vaciar en papel
casi toda la información recolectada durante su trabajo. Más tarde se apoyaban
en algunos equipos, que permitían hacer conteos; y en software en el que se
introducían datos para hacer cuestionarios semi procesados y codificados, en
donde el registro era más sencillo.
Acompañado por José
María Calderón Rodríguez, Margarita Santoyo Rodríguez, María Ingrid Alonso
Gómez y Alejandro Labrador Sánchez, todos académicos de la FCPyS, apuntó que
los avances de la tecnología han permitido contar con programas mucho más
complejos en la automatización de los datos. Por ejemplo, el Statistical
Package for the Social Sciences (SPSS), que en un inicio servía para vaciar
información y programar la función que se requería, ahora ofrece al usuario
hacer prácticamente todo el proceso.
Sostuvo que la
nueva era en los medios electrónicos también ha permitido a los científicos
sociales elaborar fichas, esquemas, búsquedas de una manera más rápida,
práctica y eficiente. Por ejemplo, los estados del arte los podemos hacer a
través de organizadores de búsqueda por Internet. No sólo limitarnos a un
buscador como Google o Yahoo.
Pero
independientemente de la tecnología, destacó que un buen investigador requiere
saber utilizar los mecanismos de recolección y clasificación, y definir la
estructura adecuada para acomodar los datos.
“Una vez que tú
diseñas los instrumentos, la investigación corre prácticamente sola; lo que
tienes que hacer es dedicarte a buscar información y clasificarla”, por ello
es necesario contar con el apoyo de
libros como el de Los esquemas metodológicos para la investigación social.
Al hablar sobre su
texto, explicó que éste surgió por las dificultades que enfrentan los estudiantes
al momento de comenzar a indagar. “En mi trayectoria de más de 20 años de
profesor me he percatado que la metodología resulta ardua y tediosa para los
alumnos, es decir, existe una gran dificultad para concretar los procesos
metodológicos de una investigación”.
De ahí que en el
trabajo intenté representar gráficamente los procesos de esta actividad, y es
que las formas de inteligencia no son sólo abstractas ni textuales, más bien
son las más usadas, extendidas y dominantes, pero en realidad uno aprende más
con esquemas, colores y figuras.
Arellano Sánchez
explicó que la investigación implica procesos relacionales. Cuando planteamos
algún problema son vinculatorios entre lo cotidianos de una sociedad.
Así, cuando nos
planteamos los estados de arte de la temática nos lleva a la inserción de la
actualidad; y si podemos hacer algunos esquemas –que son mapas mentales y
conceptuales– de interrelación y actualización, los alumnos pueden ver con
claridad por dónde van las tendencias metodológicas, técnicas y teóricas de sus
temas.
A su vez, José
María Calderón Rodríguez, Coordinador del Centro de Estudios Latinoamericanos
(CELA) de la FCPyS, apuntó que la investigación ha dejado de concebirse como
una mera reproducción estática o puramente fotográfica de la realidad, para más
bien entenderla como el resultado de una actividad objetivante, dependiente de
las perspectivas y experiencias de conocimiento y del marco epistémico del
observador.
A partir de este
cambio de óptica se sostiene reiteradamente que la información científica no
puede sustentarse en sujetos neutros de ontologías trascendentales, sino en
percepciones relacionadas con el punto de vista y las posibilidades del
científico y referidas, por lo mismo, a un contexto y a un trasfondo.
Lo anterior lo
señaló para ofrecer un marco donde contextualizar las preocupaciones teóricas y
pedagógicas de José Arellano y poner de relieve la importancia de su obra en
estos momentos de incertidumbre y confusión.
Ofrece una brújula
para sortear mejor las dudas. Sus consejos no coartan la libertad del
investigador, por el contrario, da una guía para ejercerla, dijo Calderón
Rodríguez.
Por su parte,
Margarita Santoyo Rodríguez recordó que en los años setenta hubo un gran auge
del cómo hacer la investigación; en la siguiente década, un decaimiento, y en
los 90 aún más. Podemos decir que casi hay diez años de vacío metodológico,
donde no hay una guía de cómo realizar esos trabajos.
En este sentido, la
obra tiene varias aportaciones: primero, nos habla de una experiencia de 30
años, la cual retoma y hace una nueva forma de ver a la metodología, de
encontrar ese acercamiento entre la realidad y el hacer científico.
Plantea algo
simple: que cuando ya tenemos un cierto bagaje de procedimiento, podemos pensar
en acercarnos, en manejarla. Además, la búsqueda de vínculos, de relaciones a
partir de procesos, de hechos concretos que son parte de la realidad para poder
entenderla y estudiarla. “Nos da la metodología como una llave para descubrir
esas relaciones”.
En su oportunidad,
María Ingrid Alonso Gómez, de la FCPyS, destacó que en el texto los lectores
pueden encontrar una forma clara de poner en orden las ideas, seguir paso a
paso por un camino despejado para construir un trabajo de investigación.
Así, la intención
es llevar de la mano al alumno para que su tránsito de hacer ciencia sea más
amable. Con la ayuda de los esquemas se deja claramente explicado todo el
proceso cuantitativo y cualitativo, así como el procesamiento de datos,
concluyó.
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FOTO 01
Margarita Santoyo
Rodríguez, de la FCPyS de la UNAM, afirmó que hay casi diez años de vacío
metodológico, donde no hay una guía de cómo realizar investigación, en
contraste con los esfuerzos de los años setenta.
FOTO 02
La profesora de
la UNAM María Ingrid Alonso Gómez, habló sobre la intención de llevar de la
mano al alumno para que su tránsito para hacer ciencia sea más amable.
FOTO 03
José Arellano
Sánchez, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, dijo que
los cambios tecnológicos de los últimos años han tenido mayor impacto en el
quehacer científico.
FOTO 04.
Los académicos
José María Calderón Rodríguez, Alejandro Labrador Sánchez y José Arellano
hablaron sobre “Los esquemas metodológicos para la investigación social” en la
FCPyS de la UNAM.