20:00 hrs.  19 de Mayo de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-398

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

PODRÍA GENERAR TRASTORNOS SOCIALES  PRIVATIZACIÓN DE MONOPOLIOS NATURALES

 

·        Hans Timmer, del Banco Mundial (BM), señaló que si se privatiza un sector de este tipo, sin regular el mercado, mucha de la riqueza podría ir a unas cuantas manos

·        De privatizar Pemex, cualquier empresa nueva tendría que incrementar los precios en el mundo, lo que generaría trastornos sociales: Robert Kaufmann, Universidad de Toronto

·        Peter Pauly, de la Universidad de Toronto, coincidió en que en los últimos 10 o 20 años los países en desarrollo y los de bajos ingresos se han beneficiado de las reformas y la globalización

 

Si se privatizan los monopolios naturales, como Petróleos Mexicanos, o los mercados que no tienen muchos proveedores, sin asegurar competencias suficientes y una regulación, podrían generarse trastornos sociales, reconocieron en la UNAM los especialistas Hans Timmer, Robert Kaufmann y Peter Pauly.

 

En el marco de la Conferencia Link 2005. Discutiendo el mundo para el futuro, en la Facultad de Economía (FE), Hans Timmer, del Banco Mundial (BM), explicó que si se oferta un sector de este tipo, sin garantizar un control del mercado, podría generarse una situación en la que mucha riqueza pase a unos cuantos.

 

Por ello, es importante asegurar competencia suficiente, lo cual se puede lograr mediante la apertura de las fronteras, al permitir la afluencia extranjera y que el país se beneficie de la tecnología que use el comercio, o a través de un mecanismo que ajuste los precios.

 

Para Robert Kaufmann, de la Universidad de Toronto, si Petróleos Mexicanos fuera privatizado, cualquier empresa nueva tendría que incrementar los costos en el ámbito mundial, lo cual generaría trastornos sociales.

 

Indicó que el principal asunto no es pasarlo a particulares, sino las repercusiones para los consumidores, la eliminación o no de su regulación, y si es necesario un periodo de transición; habría enormes implicaciones porque el hidrocarburo repercute en todos los aspectos de la vida cotidiana, desde la agricultura hasta el transporte.

 

Reveló que la mayor parte del petróleo es consumida por los países industrializados, pero en la última década el crecimiento de la demanda –que empujó los precios a la baja a finales de los 90 y hacia arriba en los primeros cinco años de este milenio– fue motivado por los avances financieros en las naciones en desarrollo.

 

Hans Timmer reconoció que hay elementos que demuestran que la economía mexicana está más sana que en el pasado, pero con muchas tensiones en los mercados; por ejemplo, se tienen reservas por lo menos para seis meses.

 

Además, aseguró, no sólo hay crecimiento en el Producto Interno Bruto, también se ve en las exportaciones, que en 2004 se incrementaron más de 14 por ciento, y si bien este periodo bajaron, se espera llegue a 6 por ciento.

 

Aseveró que en los últimos años uno de los sucesos más sorprendentes de la economía global es que los países en desarrollo han sido más exitosos que los de altos ingresos: crecieron más de 6.5 por ciento, dos veces más que la tasa registrada por los segundos. Ello tiene que ver con cambios internos, reformas estructurales y que se integran a la economía global.

 

Para el caso de México, subrayó que se han registrado altas tasas de progreso después de la apertura al mercado estadounidense, sobre todo en el sector de exportaciones.

 

 

Calificó de falsas las estimaciones sobre un mayor empobrecimiento de las personas; por el contrario, el avance en la disminución de la miseria es más rápido de lo pronosticado. La balanza es positiva en términos de globalización y apertura del continente, así como de la privatización e introducción de mecanismos de mercado.

 

El funcionario del BM dijo que hay problemas serios en América Latina y en México, “pero no hay más pobreza”. Además, el sistema educativo ha mejorado de forma significativa: más niños asisten a la escuela. Empero, en esta región se registra la mayor disparidad en distribución del ingreso en el mundo.

 

En su oportunidad, Peter Pauly, de la Universidad de Toronto, coincidió en que en los últimos 10 o 20 años las desigualdades han disminuido, los países en desarrollo y los de bajos ingresos se han beneficiado de las adecuaciones y la globalización.

 

Refirió que las naciones y mercados emergentes se han favorecido de la internacionalización y expansión de mercados. Al mismo tiempo, hay Estados que enfrentan desafíos específicos. La economía mexicana, en particular, se ha visto afectada con el nacimiento de China como un exportador dominante en el mundo textil.

 

De hecho, en los últimos años algunas de las reformas estructurales necesarias para México se han estancado y hay crecimiento lento. Por ello, precisó, hay que buscar las áreas de producción de bienes y servicios donde se puede ser competitivo en el ámbito mundial, lo cual significa desarrollar aptitudes y posibilidades para tener éxito

 

Robert Kaufmann, por su parte, señaló que para cumplir las ambiciosas metas de crecimiento para América Latina, la infraestructura es de suma importancia. Para disminuir la pobreza, incorporar más personas al bienestar e integrar zonas rurales, se necesitan instalaciones, mantenimiento y expansión.

 

Por último, el especialista de la Universidad de Boston advirtió que las bondades de la apertura del mercado y de las reformas, se han repartido dentro de la economía nacional de forma irregular.

 

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FOTO 01

Peter Pauly, de la Universidad de Toronto, reconoció en la UNAM que los países en desarrollo y los mercados emergentes se han favorecido de la globalización y la expansión de los mercados.

 

FOTO 02.

En la Facultad de Economía de la UNAM, los especialistas Hans Timmer, Robert Kaufmann y Peter Pauly hablaron de las perspectivas económicas para México y América Latina. Participaron en la Conferencia Link 2005.