Boletín UNAM-DGCS-398
Ciudad Universitaria
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final del boletín
PODRÍA GENERAR
TRASTORNOS SOCIALES PRIVATIZACIÓN DE
MONOPOLIOS NATURALES
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Hans Timmer, del Banco Mundial (BM), señaló
que si se privatiza un sector de este tipo, sin regular el mercado, mucha de la
riqueza podría ir a unas cuantas manos
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De privatizar Pemex, cualquier empresa nueva
tendría que incrementar los precios en el mundo, lo que generaría trastornos
sociales: Robert Kaufmann, Universidad de Toronto
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Peter Pauly, de la Universidad de Toronto,
coincidió en que en los últimos 10 o 20 años los países en desarrollo y los de
bajos ingresos se han beneficiado de las reformas y la globalización
Si se privatizan
los monopolios naturales, como Petróleos Mexicanos, o los mercados que no
tienen muchos proveedores, sin asegurar competencias suficientes y una
regulación, podrían generarse trastornos sociales, reconocieron en la UNAM los
especialistas Hans Timmer, Robert Kaufmann y Peter Pauly.
En el marco de la
Conferencia Link 2005. Discutiendo el mundo para el futuro, en la Facultad de
Economía (FE), Hans Timmer, del Banco Mundial (BM), explicó que si se oferta un
sector de este tipo, sin garantizar un control del mercado, podría generarse
una situación en la que mucha riqueza pase a unos cuantos.
Por ello, es
importante asegurar competencia suficiente, lo cual se puede lograr mediante la
apertura de las fronteras, al permitir la afluencia extranjera y que el país se
beneficie de la tecnología que use el comercio, o a través de un mecanismo que
ajuste los precios.
Para Robert
Kaufmann, de la Universidad de Toronto, si Petróleos Mexicanos fuera
privatizado, cualquier empresa nueva tendría que incrementar los costos en el
ámbito mundial, lo cual generaría trastornos sociales.
Indicó que el
principal asunto no es pasarlo a particulares, sino las repercusiones para los
consumidores, la eliminación o no de su regulación, y si es necesario un
periodo de transición; habría enormes implicaciones porque el hidrocarburo
repercute en todos los aspectos de la vida cotidiana, desde la agricultura
hasta el transporte.
Reveló que la mayor
parte del petróleo es consumida por los países industrializados, pero en la
última década el crecimiento de la demanda –que empujó los precios a la baja a
finales de los 90 y hacia arriba en los primeros cinco años de este milenio–
fue motivado por los avances financieros en las naciones en desarrollo.
Hans Timmer
reconoció que hay elementos que demuestran que la economía mexicana está más
sana que en el pasado, pero con muchas tensiones en los mercados; por ejemplo,
se tienen reservas por lo menos para seis meses.
Además, aseguró, no
sólo hay crecimiento en el Producto Interno Bruto, también se ve en las
exportaciones, que en 2004 se incrementaron más de 14 por ciento, y si bien
este periodo bajaron, se espera llegue a 6 por ciento.
Aseveró que en los
últimos años uno de los sucesos más sorprendentes de la economía global es que
los países en desarrollo han sido más exitosos que los de altos ingresos:
crecieron más de 6.5 por ciento, dos veces más que la tasa registrada por los
segundos. Ello tiene que ver con cambios internos, reformas estructurales y que
se integran a la economía global.
Para el caso de
México, subrayó que se han registrado altas tasas de progreso después de la
apertura al mercado estadounidense, sobre todo en el sector de exportaciones.
Calificó de falsas
las estimaciones sobre un mayor empobrecimiento de las personas; por el
contrario, el avance en la disminución de la miseria es más rápido de lo
pronosticado. La balanza es positiva en términos de globalización y apertura
del continente, así como de la privatización e introducción de mecanismos de
mercado.
El funcionario del
BM dijo que hay problemas serios en América Latina y en México, “pero no hay
más pobreza”. Además, el sistema educativo ha mejorado de forma significativa:
más niños asisten a la escuela. Empero, en esta región se registra la mayor
disparidad en distribución del ingreso en el mundo.
En su oportunidad,
Peter Pauly, de la Universidad de Toronto, coincidió en que en los últimos 10 o
20 años las desigualdades han disminuido, los países en desarrollo y los de
bajos ingresos se han beneficiado de las adecuaciones y la globalización.
Refirió que las
naciones y mercados emergentes se han favorecido de la internacionalización y
expansión de mercados. Al mismo tiempo, hay Estados que enfrentan desafíos
específicos. La economía mexicana, en particular, se ha visto afectada con el
nacimiento de China como un exportador dominante en el mundo textil.
De hecho, en los
últimos años algunas de las reformas estructurales necesarias para México se
han estancado y hay crecimiento lento. Por ello, precisó, hay que buscar las
áreas de producción de bienes y servicios donde se puede ser competitivo en el
ámbito mundial, lo cual significa desarrollar aptitudes y posibilidades para
tener éxito
Robert Kaufmann,
por su parte, señaló que para cumplir las ambiciosas metas de crecimiento para
América Latina, la infraestructura es de suma importancia. Para disminuir la
pobreza, incorporar más personas al bienestar e integrar zonas rurales, se
necesitan instalaciones, mantenimiento y expansión.
Por último, el
especialista de la Universidad de Boston advirtió que las bondades de la
apertura del mercado y de las reformas, se han repartido dentro de la economía
nacional de forma irregular.
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FOTO 01
Peter Pauly, de la Universidad de Toronto, reconoció
en la UNAM que los países en desarrollo y los mercados emergentes se han
favorecido de la globalización y la expansión de los mercados.
FOTO 02.
En la Facultad de Economía de la UNAM, los
especialistas Hans Timmer, Robert Kaufmann y Peter Pauly hablaron de las
perspectivas económicas para México y América Latina. Participaron en la
Conferencia Link 2005.