10:00 hrs.  19 de Mayo de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-394

Ciudad Universitaria

 

Pie de fotos al final del boletín

 

DONAN A LA BIBLIOTECA NACIONAL EL ARCHIVO LYA Y LUIS CARDOZA Y ARAGÓN

 

·        Lo entregó la Fundación del mismo nombre

·        En esta casa de estudios, añadió, varias e importantes fueron sus contribuciones: Vicente Quirarte, director del IIB

·        Margo Glantz, profesora emérita de la Facultad de Filosofía y Letras y miembro de la Fundación, expuso que la donación “les habría encantado a Luis y Lya, por ello creo que se trata de una justicia poética”

 

La Biblioteca Nacional de México, a cargo del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB) de la UNAM, recibió la donación del Archivo Documental “Lya y Luis Cardoza y Aragón”, por parte de la Fundación del mismo nombre.

 

En la ceremonia, efectuada en el auditorio de la Unidad Bibliográfica, el director del IIB, Vicente Quirarte, aseguró que es un gesto que ennoblece a quien la otorga y responsabiliza a quien la recibe.

 

En presencia de Mari Carmen Serra Puche, coordinadora de Humanidades, refirió que “este día, la Biblioteca Nacional se honra y enriquece con el ingreso” del acervo de dos grandes protagonistas de la historia de Guatemala, de México y el mundo.

 

Ambos caminaron, navegaron, combatieron juntos e hicieron de su vida una lección de congruencia, intensidad y camaradería. Hace años, recordó, México abrió sus puertas a Luis Cardoza, de ocupación viajero, que como otros guatemaltecos entrañables, quiso vivir y trabajar entre nosotros.

 

En nuestra casa de estudios, añadió, varias e importantes fueron sus contribuciones: como profesor en la Facultad de Filosofía y Letras y como autor de obras aparecidas en la imprenta universitaria. Además, en un disco de la colección Voz Viva quedó grabada su voz “doblemente vigorosa”.

 

Todo escritor está obligado a ejercitar la pasión y la inteligencia, aseguró Vicente Quirarte. En pocos de nuestros autores este binomio arde con tanta fuerza como en los Cardoza y Aragón. Por todo ello agradeció a la Fundación por la confianza que han depositado en la Biblioteca Nacional.

 

A su vez, Margo Glantz, profesora emérita de la Facultad de Filosofía y Letras y miembro de la Fundación, expuso que saber que el archivo estará resguardado en la UNAM, en la Biblioteca Nacional, “les habría encantado a Luis y Lya, por ello creo que se trata de una justicia poética”.

 

Es extraordinario tener a disposición para su consulta, este acervo que contiene las cartas que Luis Cardoza intercambió con las personalidades más diversas e importantes del mundo, como los poetas y pintores, Picasso o Neruda.

 

Me congratulo y felicitó a la UNAM y al director del IIB por haber aceptado resguardar en su Fondo Reservado la valiosa colección de documentos de esta pareja extraordinaria.

 

Por su parte, Eugenia Huerta, también integrante de la Fundación, expuso que su amistad “madura” con Luis Cardoza surgió en los años 70. “Estuve junto a él cuando perdió a Lya y lo acompañé en los días de su hospitalización y primeras horas de su muerte. Fueron muchos años de relación intensa, en los cuales aprendí a leer la prosa como poesía, y me enfrenté a una literatura compleja, rica y sugerente”.

 

Unos días después de su fallecimiento, “se nos informó el contenido de su testamento en que asignaba a Fernando Benítez, José Chávez Morado, Tito Monterroso, Gabriel García Márquez, Pablo González Casanova, Vicente Rojo y a mí, entre otros, una tarea: otorgar un premio de ensayo literario hispanoamericano con el nombre de Lya Kostakowsky”.

 

Para ello los facultó a vender todos su bienes y hacer un fondo que hiciera posible la existencia del premio durante muchos años. Así se constituyó la Fundación Cultural “Lya y Luis Cardoza y Aragón”. Este año se entregará el premio por décima ocasión.

 

El comité técnico original se modificó por razones naturales, explicó, y ahora lo conforman Margo Glantz, Rigoberta Menchú, Carlos Payan y Juan Villoro, entre otros.

 

La Fundación tomó la decisión de donar el archivo documental de dichos personajes a la UNAM. “Ambos tuvieron una relación estrecha con la Universidad y nos pareció que el mejor lugar para resguardar esos papeles era este, bajo la custodia del IIB”.

 

Lo hicimos con plena conciencia del tesoro que representa para muchos investigadores de hoy y del futuro. Estamos seguros que la pareja habría aprobado esta decisión, finalizó.

 

En su oportunidad, Carlos Payan sostuvo que en el vasto territorio del patrimonio cultural de la humanidad, los archivos, esos testimonios que constituyen la memoria documental de las personas e instituciones, tienen importancia por ser indispensables para la investigación en perspectiva histórica, pero también porque contienen una dimensión transformadora para la sociedad.

 

Nunca se hace bastante cuando se trata de conservar y difundir documentos, planos, fotografías, imágenes en movimiento, información electrónica, pues es el uso social de estos acervos convierten esa memoria en cultura compartida, puntualizó.

 

En los archivos que reúnen las personas, familias y organizaciones sociales está el registro perenne que permite conocer y estudiar su devenir. Cada vez que alguien decide compartir esos testimonios con la sociedad, ésta se enriquece, de ahí el mérito de la entrega a la UNAM de este material, opinó.

 

Por último, Juan Villoro, mencionó que Cardoza encontró en nuestro país a su Guatemala. Aquí escribió la mayor parte de su obra y encontró un mirador para recuperar su patria de origen a través de la escritura. Además, descubrió un México ignorado por los mexicanos. Con Raquel Tibol se convirtió en el principal intérprete de nuestro arte.

 

Luis y Lya padecieron el exilio. En México recuperaron su tierra y otra tierra para nosotros. Al formar parte de los fondos de la Biblioteca Nacional, “su archivo encuentra una casa abierta a la lectura como arte de la quiromancia. Los papeles de Lya y Luis conforman el oráculo íntimo de dos autores”, expresó.

 

El acto fue acompañado por la inauguración de la exposición “Pasiones y furias y dulzuras”, donde, a decir de Vicente Quirarte, se tiene la oportunidad de examinar los avatares de la aventura espiritual de Luis Cardoza, y el modo en que supo sembrar afectos, despertar vocaciones y hacer de cada palabra un incendio de lucidez apasionada.

 

La muestra, que contiene retratos, fotografías, documentos, cartas y objetos personales de los Cardoza y Aragón, permanecerá abierta hasta el 30 de junio, de lunes a viernes de 9 a 20 horas. La entrada es libre.

 

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FOTO 1

 

Vicente Quirarte y Mari Carmen Serra Puche durante la donación a la Biblioteca Nacional de México, a cargo de la UNAM, del Archivo Documental “Lya y Luis Cardoza y Aragón”.

 

 

FOTO 2

 

Carlos Payán, Margo Glantz, Vicente Quirarte, Mari Carmen Serra. Eugenia Huerta y Juan Villoro durante la donación a la Biblioteca Nacional del Archivo Documental “Lya y Luis Cardoza y Aragón”.

 

 

FOTO 3.

 

Uno de los libros expuestos en la muestra “Pasiones y furias y dulzuras” de la Biblioteca Nacional, donde se pueden admirar objetos personales y cartas del escritor Luis Cardoza y Aragón.