06:00 hrs.  17 de Mayo de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-385

Ciudad Universitaria

 

Pie de foto al final del boletín

 

PROPONEN UNA REFORMA DEL SISTEMA DE RESERVAS INTERNACIONALES

 

·        Debe crearse una divisa global, planteó en la Facultad de Economía de la UNAM el representante de la ONU Pingfan Hong

·        La paradoja del nuevo modelo de desarrollo latinoamericano es el contraste entre inserción internacional e incapacidad para generar crecimiento: José Antonio Ocampo, de la ONU

·        Participaron en la Conferencia Link 2005. Discutiendo el mundo para el futuro

 

Es necesaria una reforma del sistema de reservas internacionales, con el objetivo de crear una divisa global, planteó Pingfan Hong, de la Organización de las Naciones Unidas, al participar en los trabajos de la Conferencia Link 2005. Discutiendo el mundo para el futuro, efectuada en la Facultad de Economía de la UNAM.

 

Al participar en la discusión del tema “Desequilibrios económicos globales”, subrayó que con una moneda mundial ningún país tendría beneficios exclusivos; habría desajustes menos crónicos y las rectificaciones serían de menor severidad, pues dichos fenómenos están enraizados en los sistemas de reservas y monetario internacionales.

 

Apuntó que Norteamérica puede pagar por sus transacciones en el globo con el uso de una sola divisa y no tiene necesidad de provisiones de tipo de cambio, mientras que los demás Estados deben usar el dólar y no su moneda nacional, al tiempo que deben acumular ese dinero para facilitar el desarrollo de su sector externo.

 

“Estados Unidos se beneficia de los ingresos por el papel que juega como el ‘banquero mundial’. Tiene muchas reservas acumuladas a costa  de otros países”, expresó.

 

El privilegio que vive la Unión Americana debía equipararse a las responsabilidades para mantener el valor estable del dólar, y para hacerlo, esa nación debe evitar el déficit interno y externo para equilibrar la economía mundial. De lo contrario, el sistema financiero planetario con el tiempo enfrentaría un gran ajuste, argumentó.

 

Reconoció que la idea de una divisa mundial ha estado vigente por más de un siglo, aunque sigue siendo una utopía. Sin embargo, destacó el éxito del euro, el cual representa una manifestación extraordinaria de un valor de cambio supranacional que “está acercándose a esta meta”.

 

Indicó que en el corto plazo, Norteamérica se verá precisada a asumir mayores obligaciones, mantener constante del dólar y consolidar su política  fiscal.

 

Por su parte, los países europeos y Asia requieren de una estrategia más  expansionista para estimular la demanda nacional. Al mismo tiempo, de manera gradual, es urgente una diversificación de las reservas internacionales, partiendo del dólar como activo o alguna otra divisa, puntualizó.

 

Esto, dijo, significaría un gran esfuerzo de los sectores que utilizan en su economía el euro para ajustarlo como una moneda más fuerte.

 

 

En este panel estuvieron también presentes Thomas Helbling, de la Fundación Monetaria Internacional, quien trató el tema Desequilibrios globales, y Ray Barrel, del Instituto Nacional para los Estudios Económicos y Sociales (NIESR), de Londres, quien abordó Dólares y déficit: El déficit en cuenta corriente de los EU y sus consecuencias para el tipo de cambio. Moderó Julio Andujar, presidente del departamento de Economía del Instituto Tecnológico de Santo Domingo.

 

En su oportunidad, José Antonio Ocampo, secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Económicos y Sociales, dictó la conferencia “La liberalización económica de América Latina en retrospectiva” –en donde estuvo acompañado por Roberto Escalante Semerena, director de la Facultad de Economía–.

 

Aseveró que la gran paradoja del nuevo modelo de desarrollo latinoamericano es el contraste entre una inserción internacional relativamente exitosa –mucho mejor que la obtenida en el periodo de industrialización dirigida por el Estado–, y su incapacidad para crear crecimiento económico

 

Refirió que para explicar tal paradoja se puede hablar de factores relacionados con la conexión entre los sectores dinámicos y el conjunto del aparato productivo. Los primeros se caracterizan por “su alta integración a la economía mundial y su débil relación con las economías donde se establecen”.

 

El experto expuso que cuando la economía se recuperó de la crisis de los años ochenta, de 1991 a 1997 tuvo niveles de financiamiento similares a los 20 años antes. El mercado no es capaz de crecer sino con financiamiento elevado, pero éste resulta volátil.

 

El 2004 es el primer año en medio siglo que América Latina es capaz de progresar con superávit comerciales, historia radicalmente distinta a la de países asiáticos, que crecen así normalmente. “Habrá que esperar para saber si se trata de un quiebre estructural en las tendencias de Latinoamérica o es meramente un fenómeno coyuntural”, advirtió.

 

 

 

Al hablar de las relaciones entre desarrollo económico y social, explicó que según estudios de la Comisión Económica para América Latina, el avance de la democracia desde mediados de los 80 se refleja en un aumento del gasto público y expansión de los servicios sociales del Estado.

 

El problema principal, señaló, “no se da en lo que va de lo social a lo económico sino viceversa”. Se ha experimentado un deterioro distributivo adicional en la región, los niveles de segmentación comunitaria son elevados, y la desigualdad sigue fuera de agenda.

 

Para ir hacia delante, opinó Ocampo, es necesario hacer un mayor énfasis en las variables reales en el manejo macroeconómico, como crecimiento y estabilidad; que los encadenamientos entre los sectores que se integran al mundo y el resto de las naciones tengan políticas específicas, que no se dejen meramente al mercado;  y continuar con el énfasis en inversión social.

 

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FOTO 01

El funcionario de la ONU José Antonio Ocampo participó en la Conferencia Link 2005, efectuada en la UNAM, donde dictó la conferencia “La liberalización económica de América Latina en retrospectiva”.

 

 

FOTO 02.

Pingfan Hong, de las ONU, participó en la Conferencia Link 2005, efectuada en la Facultad de Economía de la UNAM, donde planteó la necesidad de una moneda global.