Boletín UNAM-DGCS-385
Ciudad Universitaria
Pie de foto al final del boletín
PROPONEN UNA REFORMA DEL SISTEMA DE RESERVAS INTERNACIONALES
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Debe crearse una divisa global, planteó
en la Facultad de Economía de la UNAM el representante de la ONU Pingfan Hong
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La paradoja del nuevo modelo de
desarrollo latinoamericano es el contraste entre inserción internacional e
incapacidad para generar crecimiento: José Antonio Ocampo, de la ONU
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Participaron
en la Conferencia Link 2005. Discutiendo el mundo para el futuro
Es
necesaria una reforma del sistema de reservas internacionales, con el objetivo
de crear una divisa global, planteó Pingfan Hong, de la Organización de las
Naciones Unidas, al participar en los trabajos de la Conferencia Link 2005.
Discutiendo el mundo para el futuro, efectuada en la Facultad de Economía de la
UNAM.
Al
participar en la discusión del tema “Desequilibrios económicos globales”,
subrayó que con una moneda mundial ningún país tendría beneficios exclusivos;
habría desajustes menos crónicos y las rectificaciones serían de menor
severidad, pues dichos fenómenos están enraizados en los sistemas de reservas y
monetario internacionales.
Apuntó
que Norteamérica puede pagar por sus transacciones en el globo con el uso de
una sola divisa y no tiene necesidad de provisiones de tipo de cambio, mientras
que los demás Estados deben usar el dólar y no su moneda nacional, al tiempo
que deben acumular ese dinero para facilitar el desarrollo de su sector
externo.
“Estados
Unidos se beneficia de los ingresos por el papel que juega como el ‘banquero
mundial’. Tiene muchas reservas acumuladas a costa de otros países”, expresó.
El
privilegio que vive la Unión Americana debía equipararse a las
responsabilidades para mantener el valor estable del dólar, y para hacerlo, esa
nación debe evitar el déficit interno y externo para equilibrar la economía
mundial. De lo contrario, el sistema financiero planetario con el tiempo
enfrentaría un gran ajuste, argumentó.
Reconoció
que la idea de una divisa mundial ha estado vigente por más de un siglo, aunque
sigue siendo una utopía. Sin embargo, destacó el éxito del euro, el cual
representa una manifestación extraordinaria de un valor de cambio supranacional
que “está acercándose a esta meta”.
Indicó
que en el corto plazo, Norteamérica se verá precisada a asumir mayores
obligaciones, mantener constante del dólar y consolidar su política fiscal.
Por
su parte, los países europeos y Asia requieren de una estrategia más expansionista para estimular la demanda
nacional. Al mismo tiempo, de manera gradual, es urgente una diversificación de
las reservas internacionales, partiendo del dólar como activo o alguna otra
divisa, puntualizó.
Esto,
dijo, significaría un gran esfuerzo de los sectores que utilizan en su economía
el euro para ajustarlo como una moneda más fuerte.
En
este panel estuvieron también presentes Thomas Helbling, de la Fundación
Monetaria Internacional, quien trató el tema Desequilibrios globales, y Ray
Barrel, del Instituto Nacional para los Estudios Económicos y Sociales (NIESR),
de Londres, quien abordó Dólares y déficit: El déficit en cuenta corriente de
los EU y sus consecuencias para el tipo de cambio. Moderó Julio Andujar,
presidente del departamento de Economía del Instituto Tecnológico de Santo
Domingo.
En
su oportunidad, José Antonio Ocampo, secretario general adjunto de la ONU para
Asuntos Económicos y Sociales, dictó la conferencia “La liberalización
económica de América Latina en retrospectiva” –en donde estuvo acompañado por
Roberto Escalante Semerena, director de la Facultad de Economía–.
Aseveró
que la gran paradoja del nuevo modelo de desarrollo latinoamericano es el
contraste entre una inserción internacional relativamente exitosa –mucho mejor
que la obtenida en el periodo de industrialización dirigida por el Estado–, y
su incapacidad para crear crecimiento económico
Refirió que para explicar tal paradoja se
puede hablar de factores relacionados con la conexión entre los sectores
dinámicos y el conjunto del aparato productivo. Los primeros se caracterizan
por “su alta integración a la economía mundial y su débil relación con las
economías donde se establecen”.
El experto expuso que cuando la economía se
recuperó de la crisis de los años ochenta, de 1991 a 1997 tuvo niveles de
financiamiento similares a los 20 años antes. El mercado no es capaz de crecer
sino con financiamiento elevado, pero éste resulta volátil.
El 2004 es el primer año en medio siglo que
América Latina es capaz de progresar con superávit comerciales, historia
radicalmente distinta a la de países asiáticos, que crecen así normalmente.
“Habrá que esperar para saber si se trata de un quiebre estructural en las
tendencias de Latinoamérica o es meramente un fenómeno coyuntural”, advirtió.
Al
hablar de las relaciones entre desarrollo económico y social, explicó que según
estudios de la Comisión Económica para América Latina, el avance de la
democracia desde mediados de los 80 se refleja en un aumento del gasto público
y expansión de los servicios sociales del Estado.
El
problema principal, señaló, “no se da en lo que va de lo social a lo económico
sino viceversa”. Se ha experimentado un deterioro distributivo adicional en la
región, los niveles de segmentación comunitaria son elevados, y la desigualdad
sigue fuera de agenda.
Para
ir hacia delante, opinó Ocampo, es necesario hacer un mayor énfasis en las
variables reales en el manejo macroeconómico, como crecimiento y estabilidad;
que los encadenamientos entre los sectores que se integran al mundo y el resto
de las naciones tengan políticas específicas, que no se dejen meramente al
mercado; y continuar con el énfasis en
inversión social.
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FOTO 01
El funcionario de la ONU José Antonio Ocampo participó en la Conferencia
Link 2005, efectuada en la UNAM, donde dictó la conferencia “La liberalización
económica de América Latina en retrospectiva”.
FOTO 02.
Pingfan Hong, de
las ONU, participó en la Conferencia Link 2005, efectuada en la Facultad de
Economía de la UNAM, donde planteó la necesidad de una moneda global.