11:00 hrs.  10 de Mayo de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-367

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de foto al final del boletín

 

 

REQUIERE MÉXICO UNA NUEVA CLASE POLÍTICA

 

·        Ulises Lara, de la FCPyS de la UNAM, dijo que se necesitan autoridades comprometidas, con capacidad para generar acuerdos

·        A pesar de que en el rubro de derechos e igualdad el mundo actual es superior a cualquier otro tipo de sociedad, es cuando peor nos sentimos y más angustia nos acosa: Jorge Márquez, de la ENTS

·        Participaron en el panel de conferencias sobre “Envidia y gobierno en México hacia el 2006”

 

México necesita una nueva clase política, autoridades comprometidas que generen acuerdos contra el autoritarismo que ha caracterizado a nuestra sociedad, reconoció Ulises Lara, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.

 

Al participar en el panel de conferencias sobre “Envidia y gobierno en México hacia el 2006”, organizado por la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), indicó que el nuevo presidente de nuestro país deberá tener capacidad de manejarse en público, porque “hoy nadie puede pensar que un gobernante va a estar en todas las giras, tendrá que salir en los medios de comunicación”.

 

Sin embargo, añadió, también requiere ser tolerante para escuchar la crítica de los auditorios, y permitir que haya voces con esa capacidad. Se precisaría de un control importante de las decisiones internas; no como suele ocurrir.

 

Además, señaló, deberá ser generador de políticas públicas, incluso de aquellas no necesariamente cercanas a su posición. Para ello necesitará conformar grupos de pensadores de diversas tendencias que resolviesen en una y otra dimensión, las carencias y aspiraciones de la gente.

 

Sería bueno contar con un presidente y un primer ministro, o un parlamento en donde los diputados se hiciesen cargo de asuntos ejecutivos. Asimismo, planteó que hubiera “candados” legislativos para impedir aprobar leyes por “mayoreo” y permitiesen ayudar a hacer otras efectivas y claras. Pensar en consensos, mayorías y acuerdos, y hablar de un sistema de instituciones más complejo.

 

Para tener buenos gobernantes es indispensable una sociedad que haga de ello una realidad, consideró. Tendrá la palabra no sólo con su voto sino con sus acciones. “Construyamos un nuevo diseño, una nueva visión del país, con el fin de discutir la nación que queremos. Si no lo hacemos ahora tal vez sea una de las pocas posibilidades de que México pueda convertirse en una patria generosa”.

 

Explicó que se debe reconocer la diversidad, porque no puede haber una dirección única, general y estatista que lo resuelva todo, sino diversas, focalizadas, especializadas para cada grupo, actor, sector o entidad. Si se quiere aspirar a ello debe existir “una clase política distinta, con calidad y ética política diferentes, y que estuviera dispuesta a dar un servicio público hacia los ciudadanos”.

 

Advirtió que nuestro país tiene una crisis de partidos, casi nadie cree en ellos; un asunto es el candidato y otra la institución, mucha gente no quiere ni siquiera afiliarse. Lo más preocupante es que el resto de las entidades, como los poderes Ejecutivo y Legislativo, también han perdido credibilidad; y ahora el Judicial registra una crisis de representación y confianza.

 

Por su parte, Jorge Márquez, profesor de la ENTS, comentó que las distancias sociales, las que crea la cultura para jerarquizar a la colectividad, han quedado rotas; aquellas que generaron las castas, tanto simbólicas como físicas, ya no existen, porque se parte de un valor esencial: la igualdad del género humano, ganada de forma progresiva.

Aseveró que a pesar de que en el rubro de derechos e igualdad el mundo actual es superior a cualquier otro tipo de sociedad o momento de la civilización, es cuando peor nos sentimos y más angustia nos acosa.

 

Frente al hecho de ser iguales, “nos indigna ver que hay alguien que tiene más que nosotros, las sociedades ya no son jerarquizadas como antes, ya no hay una religión que nos explique por qué somos distintos y que justifique nuestro lugar en el mundo, por qué somos pobres o ricos”, argumentó.

 

Apuntó que el orbe moderno desestructura las culturas tradicionales, los estratos y desata las ambiciones. La sociología ha demostrado que lo imposible para el amor lo logra el odio. No sólo se necesita un mártir para reunir a mucha gente. “El problema de las pasiones es el de la política”.

 

Por último, Pedro de la Cruz, académico de la misma Escuela, concluyó que la política tiene que ver con los proyectos, está sustentada en una lucha encarnizada por el poder, por una distribución de beneficios, y por el manejo de las esperanzas sociales.

 

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FOTO 1.

Los profesores de la UNAM Ulises Lara y Jorge Márquez hablaron sobre la necesidad de que México cuente con una nueva clase política, en el panel de conferencias sobre “Envidia y gobierno en México hacia el 2006”.

 

FOTO 2

Alumnos de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM escuchan atentos las intervenciones de los ponentes del panel de conferencias sobre “Envidia y gobierno en México hacia el 2006”.