Boletín UNAM-DGCS-348
Ciudad Universitaria
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final del boletín
CONMEMORA LA FFYL DE LA UNAM LOS 400 AÑOS DEL QUIJOTE
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Al inaugurar el Coloquio El que a buen árbol
se arrima… Horizonte cultural del Quijote, el director de esa entidad, Ambrosio
Velasco, destacó que ésta es una forma de reivindicar la importancia de la
lectura y la escritura
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Don Quijote es un personaje que refrenda
valores fundamentales del humanismo, sostuvo
· En esta obra, el cambio del nombre del protagonista está asociado al tema de la locura–cordura, aseveró Margit Frenk, profesora emérita de la UNAM
En un sitio como la Facultad de Filosofía y
Letras (FFyL) debe reivindicarse la importancia de la escritura y la lectura
como una forma de vida; como una manera de interpretar y recrear el mundo; de
cuestionarlo, criticarlo y verlo desde una perspectiva de valores humanos
fundamentales, afirmó el director de esta entidad de la UNAM, Ambrosio Velasco
Gómez.
Al inaugurar el Coloquio El que a buen árbol se
arrima… Horizonte cultural del Quijote, efectuado en el Aula Magna “Fray Alonso
de la Veracruz” de esa instancia el funcionario consideró que El Quijote es una
obra señera de nuestra lengua, no sólo de nuestra literatura sino también de la
forma que tenemos de ver el mundo desde el castellano.
En ese sentido, constituye una revaloración de
nuestra lengua y de la importancia de redactar y leer para vivir y observar la
realidad de manera distinta, recalcó en el evento donde también estuvieron
presentes Nair Anaya, coordinadora del programa de maestría y doctorado en
Letras de la Facultad; Axayácatl Campos, coordinador de Letras Hispánicas de la
FFyL, y María Stoopen, coordinadora del Coloquio.
Don Quijote es un personaje que refrenda
valores esenciales del humanismo y en mucho nos previene de los “monstruos” que
ha logrado construir la modernidad y, al mismo tiempo, nos alienta contra las
virtudes que ella misma puede producir, aseveró.
Principios como la dignidad de las personas; la
autonomía del individuo; la solidaridad y la compasión; la libertad de
expresión y acción, y la congruencia con uno mismo, son expresados en la obra
de Miguel de Cervantes y resultan relevantes en nuestro tiempo, destacó.
Por ello, subrayó, este Coloquio ha de servir
no sólo como una actividad académica sino también como un acto cultural y
político, pues busca rescatar el castellano y dichos valores humanos.
En la mesa Don Quijote y Sancho personajes,
Margit Frenk, profesora emérita de la FFyL, presentó la ponencia “¿Alonso
Quijano?”, en la cual señaló: “Entre los muchísimos que han escrito sobre el
Quijote pocos son quienes no han identificado a su protagonista como Alonso
Quijano”.
Ellos, abundó, parten de la convicción general
de que ese era el nombre original del personaje antes de que adquiriera otros
con apellidos como Quijada, Quezada y Quijana.
Sin embargo, Quijano es uno de los que más se
le adjudican al ingenioso Hidalgo, el cual aparece al inicio de la novela y no
vuelve a presentarse sino hasta cerca del final de la obra, precisó.
A esta situación se le atribuyen varias causas,
dijo, una de ellas es que se ve como la solución que da Cervantes para sanar de
su locura a don Quijote.
Otros autores, mencionó, consideran que cada
uno de los nombres representa una reorientación vital del protagonista, quien
al final de su vida, al seguir la usanza de los antiguos andantes, adopta el de
Alonso Quijano “el bueno”.
Sin duda, aseguró, el cambio de apellido está
asociado al tema de la locura–cordura, porque a don Quijote le interesa
declararse cuerdo al final de su vida para tener una muerte cristiana y formal.
En su oportunidad, Leonor Fernández, profesora
de posgrado de la FFyL, habló sobre La sordera de don Quijote, y destacó que en
algún pasaje del libro la impresión olfativa del caballero andante es tan real
que dejará una huella indeleble en su mundo.
“Este episodio marca una nueva fase en la
locura del personaje, pues empieza a ver la realidad tal cual es y serán
aquellos que lo circundan quienes le
crearán un mundo de fantasía, en el cual las imágenes, sonidos, colores y
sabores serán tal y como su mente quiera que sean”, indicó.
Una lectura atenta del funcionamiento de los
sentidos del protagonista, me ha revelado que es el sentido del oído el que
ofrece más posibilidades para explorar la compleja y cambiante personalidad del
caballero, precisó.
Así es cómo las diferentes maneras como su oído
capta los sonidos y las palabras muestran las diversas facetas por las cuales
pasa su estado mental, qué obsesiones dominan su imaginación, qué ideas ocupan
su juicio y qué emociones sujetan su espíritu en diferentes momentos de la
historia, acotó.
En ese sentido, subrayó, el sensible sentido
musical de don Quijote funciona de manera diferente en algunas situaciones.
Muchas veces las palabras de algunos personajes que interactúan con él penetran
por esta vía pero no las escucha, es decir, percibe sus sonidos, pero no les
presta atención.
En muchas ocasiones esas frases son verdaderos
ataques a sus convicciones y a su conducta, ofensas a su investidura, agravios
contra su honra de Hidalgo e injurias contras sus más preciados ideales y él no
se da por enterado, comentó.
Por su parte, Verónica Nájera, alumna de la
FFyL, se refirió a El Sancho Panza de 1615 y dijo que fue en El Quijote de 1605
donde se delinearon los rasgos esenciales de la caracterización del escudero.
Ahí, su naturaleza habla de un ser ambiguo y contradictorio.
De hecho, añadió, de acuerdo con algunos
autores hispanistas, este personaje surge de un erigido de contradicciones:
materialista en un sentido, soñador y abnegado, por el otro.
No obstante, concluyó, a las simplicidades,
gracias, malicias, credibilidad e incredulidad de Sancho Panza, el lector habrá
que agregar un elemento esencial, que se le sumó al de 1615: su protagonismo y
capacidad de inventar historias, pues es en esta versión donde cobra
importancia en varios capítulos del relato y además se destaca por sus
narraciones.
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FOTO 01
María Stoopen,
Ambrosio Velasco, Nair Anaya y Axayácatl Campos durante la inauguración del
Coloquio El que a buen árbol se arrima… Horizonte cultural del Quijote,
efectuado en la FFyL de la UNAM.
FOTO 02
En El Quijote el
cambio del nombre del protagonista está asociado al tema de la locura–cordura,
aseveró Margit Frenk, profesora emérita de la Facultad de Filosofía y Letras de
la UNAM.
FOTO 03
El sentido del
oído de don Quijote es el que ofrece más posibilidades para explorar la
compleja y cambiante personalidad del caballero, aseveró Leonor Fernández,
profesora de posgrado de la UNAM.
FOTO 04
En El Quijote de 1605 se delinearon los rasgos esenciales de la personalidad de Sancho Panza, señaló Verónica Nájera, al participar en el Coloquio El que a buen árbol se arrima… Horizonte cultural del Quijote, efectuado en la FFyL de la UNAM.