06:00 hrs.  30 de Abril  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-342

Ciudad Universitaria

 

Pie de foto al final del boletín

 

JOSÉ MARTÍ INICIÓ LAS GRANDES LUCHAS SOCIALES POR LA SOBERANÍA CUBANA: JORGE BOLAÑOS

 

·        Con él empezó la vida republicana en la isla, sostuvo el embajador de ese país en México

·        Su apertura de pensamiento ha propiciado su estudio desde diferentes perspectivas y una de ellas puede ser la mexicana, consideró Estela Morales, directora del CCYDEL

·        Participaron en la mesa redonda México, un lugar para Martí (a 130 años de su llegada a México), efectuada en la UNAM

 

José Martí fue el iniciador de las grandes luchas sociales por la soberanía e independencia de Cuba; con él comenzó la vida republicana en la isla, afirmó en la UNAM Jorge Bolaños Suárez, embajador de ese país en México.

 

Al participar en la inauguración de la mesa redonda México, un lugar para Martí (a 130 años de su llegada a México), efectuada en la Sala de Seminarios del Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos (CCYDEL) –donde estuvo presente Mari Carmen Serra Puche, coordinadora de Humanidades–, consideró que este pensador fue el más mexicano de todos los cubanos, pues parte importante de su pensamiento lo desarrolló en esta nación.

 

Recordó que el prócer se relacionó con los grandes intelectuales de aquella época y se embebió y digirió la historia mexicana. Fue aquí donde hizo sus primeros ensayos sobre el continente.

 

En su oportunidad, Estela Morales Campos, directora del CCYDEL, refirió que la obra de José Martí es rica en temas y trascendencia en el mundo, especialmente en América Latina. Fue político, poeta, orador, periodista y ensayista; esa apertura de pensamiento propició el estudio desde diferentes perspectivas y una de ellas puede ser la mexicana.

 

Su actuación en la vida nacional durante el último cuarto del siglo XIX puede ser vista tanto por su producción como por las repercusiones de la misma, comentó. Particularmente destaca su vocación periodística en relación con las polémicas del conflicto estudiantil de 1875, cuando buscaba una universidad libre, idea precursora de la autonomía.

 

En opinión de Beatriz Colombi, académica de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, el cubano fue una figura emblemática de la condición migrante. “Sufrió el exilio y su peregrinación lo llevó por España, México, Francia, Guatemala, Venezuela y Estados Unidos”.

 

Los testimonios de su permanente desarraigo son por demás elocuentes, bastaría revisar su poesía, donde muchas veces el sujeto lírico se presenta desmembrado y disgregado de sí mismo, abundó. Sin embargo, no asumió la actitud distante del exiliado, resistente a la integración; al contrario, se comprometió profunda y conflictivamente con los espacios donde desplegó su itinerancia. 

 

Así, ejemplificó, para llegar a la idea de una América heterogénea,  su permanencia en México fue un paso definitorio. “Este país fue el taller de ensayo de su pensamiento, el lugar de conformación y afirmación de sus convicciones”. En su estadía de dos años (1875-1876) se afinó su percepción de los problemas sociales. Desde su columna en la revista Universal tomó posiciones en la escena política.

 

A su vez, Margarita Ruiz, consejera cultural de la Embajada de México en Cuba, subrayó que para este personaje nuestro país significó la compresión de la América española. “Las nuevas vivencias unidas a las de Cuba le hicieron tomar conciencia de los problemas latinoamericanos. Su realidad indígena y mestiza, sus peligros y sus asechanzas”.

 

 

 

Comprendió por sí mismo y por sus contactos con los pensadores y artistas mexicanos de la época que era un mundo que necesitaba sus propias soluciones y empezó a descubrir el motor de su vida: la lucha antiimperialista, destacó.

 

Asimismo, descubrió al indio, raza exterminada en Cuba; escuchó las voces de Ignacio Ramírez, Ignacio Manuel Altamirano y Sánchez Solís, y entendió que aquellos hombres tienen los pies descalzos y la armonía en el corazón, aseveró.

 

En su oportunidad, Adalberto Santana, investigador del CCYDEL, expresó que Martí hizo cuatro viajes a México; sin embargo, el que más destaca es el primero porque duró dos años. “En esa época de exilio intensificó su apostolado. Junto a las grandes figuras de la Reforma desarrolló una intensa actividad literaria y periodística”.

 

Esta primera experiencia le posibilitó ejercer el periodismo. Sí como licenciado en derecho y aficionado a las artes y las letras valoró la difícil marcha de la democracia mexicana y el desarrollo cultural, como político se preocupó por la suerte tanto de la nación como de sus sectores rurales, comentó.

 

Finalmente Joaquín Santana, catedrático de la Universidad de La Habana, habló de la vida de José Martí en Cuba, desde sus primeros años de escuela hasta su exilio.

 

José Martí aprendió en su hogar el amor filial y la sencillez como virtudes. Asimismo, la formación que recibió de sus maestros fue decisiva en la conformación de su ideario, concluyó.

 

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Mari Carmen Serra Puche, Estela Morales y Jorge Bolaños durante la inauguración de la mesa redonda México, un lugar para Martí (a 130 años de su llegada a México), efectuada en el CCYDEL de la UNAM.

 

FOTO 02.

Mari Carmen Serra Puche y Jorge Bolaños luego de inaugurar, en el CCYDEL de la UNAM, una mesa redonda en donde analizaron la trascendencia del legado del prócer cubano José Martí.

 

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Beatriz Colombi, académica de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, señaló en la UNAM que José Martí fue una figura emblemática de la condición migrante, pero dispuesto a integrarse.

 

FOTO 04

Joaquín Santana, profesor de la Universidad de La Habana, Cuba, habló sobre los años de escuela de José Martí en su país de origen hasta el exilio forzado, y subrayó la importancia de sus maestros.

 

FOTO 05

Margarita Ruiz, consejera cultural de la Embajada de México en Cuba, aseveró en la UNAM que residir en México le significó a José Martí comprender el carácter de la América española.

 

FOTO 06

Adalberto Santana, investigador del CCYDEL de la UNAM, expresó que José Martí realizó cuatro viajes a México, pero el más destacado fue el primero, porque duró dos años, los que ocupó en el periodismo y la política.