Boletín UNAM-DGCS-334
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al final del boletín
NO ES EFICIENTE EL CONTROL DE MATERIAL PARA FABRICAR ARMAS NUCLEARES: MOHAMED ELBARADEI
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Dijo que las reglas del Tratado de no
Proliferación de Armas Nucleares requieren ajustes
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En visita a la UNAM dictó la conferencia
magistral Nuclear Non Proliferation Challenges and Opportunities
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El rector Juan Ramón de la Fuente aseveró
que “la ciencia y la tecnología son nuestras aliadas, no nuestras adversarias”,
por lo que se deben defender ambos campos
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La científica universitaria, directora
Adjunta de la Agencia, Ana María Cetto, destacó el relevante papel de México en
la lucha a favor del desarme y su tradición pacifista
El director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica,
Mohamed ElBaradei, advirtió que el control de los materiales que se requieren
para la fabricación de armas, como el uranio enriquecido y el plutonio, que se
tenía en el pasado no es ya lo más eficiente. En tanto que las reglas escritas
en el Tratado de no Proliferación de Armas Nucleares, no están acordes a la
realidad moderna y necesitan ajustes.
Ante ello, sostuvo, los nuevos desafíos surgen porque la tecnología
nuclear se diseminó, se incrementó el interés de los terroristas por
adquirirla, y “un mayor número de países están intentando trabajar
subrepticiamente en su adquisición a través del tráfico ilícito” de los
materiales.
En una visita a la UNAM, dictó la conferencia magistral Nuclear Non
Proliferation Challenges and Opportunities, ante el rector Juan Ramón de la
Fuente. Ahí, resaltó que ante ello en los últimos años la situación en materia
de armamento nuclear se volvió más problemática.
Se necesita, afirmó, lograr el equilibrio correcto entre el desarrollo
y la seguridad. De eso se trata la energía nuclear, por una parte cómo
asegurarnos que esta fuente de energía continúe siendo disponible para usos
pacíficos y, al tiempo protegernos contra la destrucción por causas nucleares.
En el acto, en el que participó la investigadora universitaria y
directora Adjunta de la Agencia, Ana María Cetto, el rector Juan Ramón de la
Fuente aseveró que estos complejos problemas sólo podrán encontrar una mayor
estabilidad en la medida en que se fortalezca el multilateralismo.
Por ello, manifestó la necesidad de robustecer el sistema de Naciones
Unidas y a organizaciones como la de Energía Atómica, a fin de que se
conviertan en el foro donde se discutan, diriman y resuelvan estos grandes
conflictos.
En el auditorio de la Coordinación de Humanidades, al que asistieron su
titular, Mari Carmen Serra Puche, así como el coordinador de la Investigación
Científica, René Drucker; la embajadora de México en Austria, Patricia
Espinosa, y la secretaria de Cultura del Distrito Federal, Raquel Sosa, el
rector de la UNAM dejó en claro que la ciencia y la tecnología “son nuestras
aliadas, no nuestras adversarias”.
Lo que se requiere, coincidió con Mohamed ElBaradei y Ana María Cetto,
es encontrar los mecanismos que permitan regular mejor el uso de su
conocimiento, cuyos efectos benéficos han sido fundamentales en rubros como la
salud y la agricultura, como ha sucedido con la buena utilización de la energía
atómica.
Ante esto, consideró importante mantener la defensa de ambos campos
como dos aliados para el desarrollo de las sociedades y, a través de organismos
como la Agencia Internacional de Energía Atómica, que se definan y establezcan
los mecanismos que impidan y limiten la creación de instrumentos con fines
destructivos.
Luego de presentar al ponente egipcio, Ana María Cetto destacó el
relevante papel que ha tenido México en la lucha a favor del desarme y su
tradición pacifista, como un valioso elemento en su política internacional. En
el futuro, planteó, “hay mucho por hacer”, lo que requiere gente joven con
pensamientos nuevos.
El proceso que culminó con el Tratado de Tlatelolco o de Zona Libre de
Armas Nucleares, primero en el mundo, recordó, fue un acontecimiento largo que
se firmó en 1968 con la adhesión de países de América Latina y el Caribe. Con
el tiempo se unieron otras naciones y en fechas recientes Argentina, Brasil y
Cuba.
Se trata, recalcó, de un acuerdo en vigor que ha servido de modelo y
acicate para la creación de otras áreas libres de armas nucleares, como el
Tratado de Rarotonga en el Pacífico, otro en Asia y está en gestión uno en África.
Insistió en que hay nueve países que desarrollan oficialmente o no
estos instrumentos bélicos, por lo que se requiere un gran esfuerzo para
asegurar al mundo.
Antes, al dictar su conferencia magistral, Mohamed ElBaradei reflexionó
sobre Los desafíos para la no proliferación de armas nucleares y las
oportunidades, al recordar que este problema tomó mayor fuerza luego de la
aparición de la bomba atómica en 1945.
Pese a que el átomo y la energía nuclear “pueden ser maravillosos”
porque generan, por ejemplo, energía, o pueden ser benéficos en diversas ramas
como la agricultura, el medio ambiente y la industria, subrayó, a partir de ese
año se comprobó que también puede ser un instrumento destructivo en el ámbito
mundial.
Ante esto, se creó la Agencia Internacional de Energía Atómica, la cual
ha trabajado porque este elemento se utilice para beneficio de los pueblos y a
fin de controlar la diseminación de productos nocivos. Incluso se creó el
Tratado de no Proliferación de Armas
Nucleares, conformado por 188 países.
Dijo que aun con la existencia del protocolo, hay nueve naciones con
este tipo de armamento. Corea del Norte se retiró de él, pero antes ya habían
desarrollado su arsenal: Rusia en 1948; Gran Bretaña, en 1952; Francia, en
1958, y China, en 1964.
Al referirse a los desafíos, el director general de la Agencia explicó
que la tecnología nuclear se ha diseminado. Más naciones avanzaron en cuanto a
su infraestructura industrial y la tecnología que en el pasado era disponible
para unos cuantos, ya lo es para cualquier país con infraestructura industrial,
y si lo decide puede desarrollar armas nucleares. Es decir, materiales
nucleares que se requieren para la fabricación de armas, es decir, el uranio
enriquecido o plutonio.
El control de estos materiales que se tenía en el pasado no es ya la
manera más eficiente de hacer las cosas.
El segundo desafío, abundó, es el tráfico ilícito de elementos
nucleares, lo cual es similar a lo que sucede con el crimen organizado. Se
vende materia prima y equipo de manera ilegal entre los diferentes países. Así
elaboran armas. Ese fue el caso de Irán, donde durante muchos años trabajó y
enriqueció el uranio; recientemente Libia, donde se utilizaba la misma red de
suministro de estos insumos, explicó.
Cuando se han diseminado estas redes, indicó, alrededor de 30 países
están involucrados en este delito, algunas veces con o sin el conocimiento de
los gobiernos de esas naciones. Ello, representa un problema importante que se
confronta.
El crimen organizado de comercio y tecnología nuclear, planteó, es importante.
Otro desafío, abundó, es el interés de los terroristas por adquirir
explosivos, dispositivos o armas nucleares. En el caso de Al Qaeda en
Afganistán, buscaban medios para poseer estos productos.
Algunos de estos grupos, sostuvo, han adquirido un relevante grado de
sofisticación y precisión en sus operaciones, por lo que se debe considerar
“esa amenaza muy seriamente”. Ejemplo de esto fueron los atentados del 11 de
septiembre en Estados Unidos.
ElBaradei reconoció que la negociación realizada en los años 70
requiere ajustes. Las reglas escritas en el Tratado de no Proliferación de
Armas Nucleares, ya no están acordes a la realidad moderna.
La próxima semana, informó, habrá una revisión sobre este acuerdo –se
efectúa cada cinco años–, para estudiar la forma de fortalecer e impulsar el
desarme.
Expresó la necesidad de contar con un mejor sistema de verificación,
con un régimen de inspección más robusta a través del cual se tenga una
advertencia temprana, cuando una nación desarrolle armas nucleares, pues en
1990 Irak pudo ocultar su programa de armamento, sin que nadie más lo
conociera.
También, expuso que es indispensable elaborar un protocolo adicional,
que se aplique en forma universal para el sistema actual, que daría mejores
herramientas con las cuales trabajar para tener respuestas correctas y acudir a
los sitios adecuados.
Mohamed ElBaradei anotó que se
necesita reconsiderar que cada nación tenga derecho de desarrollar su propio
ciclo completo de combustibles, en referencia al enriquecimiento del uranio y
del desecho del plutón, entre otros. Es decir, controlar la creación de armas
nucleares es hacerlo con los materiales utilizados para ello.
Si en realidad se quiere cuidar la no proliferación y que 30 ó 40
países con capacidad para armarse de esta manera en breve tiempo, sean
controlados, es indispensable evitar el acceso a los materiales y contar con un
mecanismo de cumplimiento de los compromisos adquiridos, pues todavía hay 27 mil
cabezas nucleares en el mundo.
Concluyó que la causa por las que las naciones se dotan de estos
artefactos es por su seguridad, pues muchos se sienten desprotegidos, por lo
tanto ese sistema debe ser incluyente y equitativo, cuyo efecto se haga sentir.
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Foto 01
Mohamed
ElBaradei, director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica,
ofreció en la UNAM la conferencia Nuclear non proliferation challenges and
opportunities.
Foto 02.
En su visita a la UNAM Mohamed
ElBaradei, director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica, fue
cuestionado por académicos y alumnos.