14:30 hrs.  19 de Abril  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-310

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de foto al final del boletín

 

 

URGENTE, IMPULSAR UNA POLÍTICA DE FOMENTO PARA LA INVERSIÓN DE CAPITAL DE RIESGO

 

·        Reconocieron en la UNAM los participantes en el Foro de Competitividad de la Empresa. Desarrollo y Competitividad, organizado por la Facultad de Economía

·        Federico Patiño, de Nafinsa, dijo que sólo uno por ciento de las empresas de nueva creación reciben apoyo de la banca comercial en México

·        Para Rafael Yhip Ocaña, del banco HSBC, México requiere que la cultura empresarial se desarrolle y tenga carácter profesional

·        Sin los consorcios una nación no puede desarrollarse: Arturo Ortiz Hidalgo, ex director de Nafinsa

·        Intervinieron también, José Carlos Ávila, de Banca Santander, y Lorenzo Soler Ibáñez, de BBVA Bancomer

 

En México sólo uno por ciento de las empresas de nueva creación reciben apoyo de la banca comercial, por lo que es urgente instrumentar una política de fomento para la inversión de capital de riesgo, reconocieron los participantes en el Foro de Competitividad de la Empresa. Desarrollo y Competitividad, organizado por la Facultad de Economía (FE) de la UNAM.

 

En este marco, Federico Patiño Márquez, director general de la Banca de Inversión de Nacional Financiera (Nafinsa), advirtió que en nuestro país no hay directrices que faciliten inyectar recursos, se cuenta con un marco jurídico inadecuado y faltan estímulos fiscales para inversionistas de largo plazo.

 

En la mesa Capital de riesgo y fondo de inversión, dijo que también hay un reducido número de participantes institucionales, se carece de una cultura empresarial en esta área, y los industriales no cuentan con un esquema de salida. Por ello, “hay que cambiar la regulación y dotar de más flujos al sector”.

 

Destacó que el capital de riesgo es fundamental en el mundo ya que, por ejemplo, 90 por ciento de las industrias que nacen “apalancadas” mueren a los tres años; es decir, el capital es básico para impulsar la creación de nuevas firmas. Se estima que dos terceras partes están concentrados en EU, América Latina sólo tiene el 1 por ciento mundial, y de éste, México cuenta con el 10 por ciento, una tercera parte de Brasil o de Argentina.

 

Para Rafael Yhip Ocaña, director adjunto de Banca de Inversión HSBC, “México requiere que la cultura empresarial, ahora basada en lo familiar, se desarrolle y se vuelva en una de carácter profesional. Es preciso modificar aspectos regulatorios (legales, fiscales y laborales), porque si no los solucionamos seguiremos deteniendo el desarrollo económico e industrial”.

 

Esta situación, abundó, nos da un riesgo-país, el cual se califica en el ámbito mundial y tiene una tasa de interés, lo que a su vez incide en las empresas. En ese sentido, se trata de círculos negativos que es preciso eliminar.

 

Es necesario resolver nuestros problemas internos y ponernos a trabajar de forma eficiente e inteligente; por ello, a las nuevas generaciones les toca llevar a nuestro país a ser competitivo internacionalmente.

 

Por su parte, Arturo Ortiz Hidalgo, ex director de Nafinsa, refirió que por lo general el financiamiento al que recurren los consorcios es al de los bancos, y estos han tenido una atención importante hacia los grandes, pero los pequeños y medianos no han recibido recursos o han sido escasos.

 

Además, “la mayoría de las instituciones crediticias siguen compitiendo por los mismos corporativos, y se ha descuidado a las de menor tamaño”.

 

Indicó que el tema empresarial es fundamental porque sin él una nación no puede progresar. Por ello, tiene que contar con grandes, medianas y pequeñas firmas para formar la base productiva del país.

 

Algunos de los problemas a los que se enfrentan son: la falta de conocimiento de los trámites bancarios y de los productos crediticios; no cuentan con garantías suficientes que les permitan acceder a ellos; no reciben asesoría económica, financiera y legal adecuada, y se enfrentan a costos altos de intermediación para recibir apoyo de la banca.

 

En tanto, José Carlos Ávila, director de Crédito de Banca Santander, sostuvo que las industrias mexicanas hoy cuentan con similares oportunidades y financiaciones que las del resto del mundo.

 

Las fuentes que poseen estas organizaciones son las mismas que operan en el ámbito internacional, es decir, montos propios y externos; así como los obtenidos vía intergrupo y por proveedores, precisó.

 

Si bien estas formas de obtener recursos no han cambiado, sí han evolucionado en productos más competitivos y sofisticados que se van adecuando de mejor manera a las necesidades de cada empresa o sector económico, destacó.

 

Por último, Lorenzo Soler Ibáñez, director de Operaciones de proyectos empresariales en México de BBVA Bancomer, consideró que el capital de riesgo debería ser de confianza porque son recursos que se están invirtiendo en proyectos de empresas, especiales, particulares, y están confiando su capital.

 

Se otorga porque los bancos u otras instituciones pueden financiar las necesidades de otros empresarios a unos retornos inferiores, pero cobran con algún tipo de garantía. Los inversionistas de este tipo de operaciones sólo reciben a cambio acciones y la esperanza de obtener una potencial plusvalía.

 

 

Comentó que en la dirección a su cargo cuentan con 190 millones de dólares. El objetivo es participar en el capital de empresas para obtener ganancias. “Participamos a partir de cinco millones de dólares, y el tipo de actividades son ventas privadas, asociaciones públicas o privadas, de capitalizaciones, y cualquier tipo de trámite”, concluyó.

 

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PIES DE FOTO

 

 

Foto  01

 

José Carlos Ávila, Lorenzo Soler Ibáñez y Rafael Yhip Ocaña en el Foro de Competitividad de la Empresa. Desarrollo y Competitividad, organizado por la Facultad de Economía de la UNAM.

 

 

Foto 02

 

En la UNAM, Arturo Ortiz Hidalgo y Federico Patiño destacaron la necesidad de impulsar en nuestro país una política de fomento para la inversión de capital de riesgo y el apoyo a las pequeñas y medianas empresas.