06:00 hrs.  19 de Abril  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-308

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de foto al final del boletín

 

AFECTAN A NIÑOS MALOS HÁBITOS ALIMENTICIOS

 

·        Junto con la obesidad pueden ocasionar daño a los riñones, huesos y males cardiacos o ser el detonante de más enfermedades

·        Aseveró Raquel Valenzuela Argüelles, de la Dirección de Medicina del Deporte de la UNAM

·        Para mejorar su desempeño físico y emocional, precisó, una persona debe cuidar su salud, desarrollar una actividad física y cuidar su dieta

 

Los niños de 7 u 8 años ya registran problemas de colesterol alto y obesidad que pueden ocasionarles alteraciones emocionales, daño a los riñones, huesos y males cardiacos o ser el detonante de muchas otras enfermedades, aseguró Raquel Valenzuela Argüelles, de la Dirección de Medicina del Deporte de la UNAM.

 

En la conferencia “Malos hábitos alimentarios”, efectuada en el Palacio de Minería, señaló que es en la infancia cuando se forman las costumbres de consumo. El resultado es que padecimientos de adultos son hoy de adolescentes e infantes.

 

Los menores consumen grandes cantidades de azúcar. En un solo jugo envasado se toma el equivalente a 6 cucharadas de endulzante. A eso se suman los postres y refrescos. Por ello se presentan hipercolesterolemia o afecciones del corazón, que son silenciosas. “Nos damos cuenta cuando las arterias están tapadas, problema que además, no es operable”, reveló.

 

En la dieta se incluyen más comestibles saturados de dulces simples o grasas de los necesarios. Cada uno, expuso, tiene necesidades específicas de ingesta de acuerdo con la edad, actividad física desempeñada y sexo, las cuales se deben cubrir.

 

A los malos hábitos se suma el tabaquismo, nerviosismo, estrés, sobrealimentación y falta de actividad. La gente es sedentaria, no hace ejercicio, no se mueve, refirió la nutrióloga. A tal panorama se vinculan trastornos como la obesidad. Para remediarla, la gente no quiere comer adecuadamente ni hacer ejercicio, sino usar cremas o tomar pastillas, que pueden poner en riesgo la salud.

 

Además, se presenta el grave problema de la anorexia, propiciado por la moda y las revistas. No lo sufren solamente los artistas o quienes se dedican a actividades donde se requiere una silueta esbelta, sino estudiantes. Para su tratamiento es necesario el apoyo médico, nutricional y psicológico, expresó.

 

Para mejorar su desempeño físico y emocional, precisó, una persona debe cuidar su salud, desarrollar una actividad física y cuidar su dieta. Por ello, la nutrióloga aconsejó asegurar una buena ingesta. Uno de los secretos para lograrlo es combinar tres grupos: frutas y verduras; elementos de origen animal, y cereales.

 

Abundó que todos los manjares contienen hidratos de carbono, proteínas, grasas o lípidos, vitaminas y minerales, y agua. Cada uno de ellos tiene una función. Los primeros proporcionan energía y están presentes en cereales y tubérculos, así como en frutas. Además, en el pan, pastas, papa o camote.

 

Las proteínas se encuentran en alimentos de origen animal, leguminosas y oleaginosas (cacahuates, nueces o pistaches), cuya función es construir y reparar los músculos del cuerpo, piel, uñas y cabello. Están en el huevo, leche o leguminosas como habas o frijoles. Un grupo más es el de las grasas, que aportan energía, por eso es importante no ingerirlas en exceso. Están presentes en la crema, aceite, manteca y oleaginosas, informó.

 

 

En relación con las vitaminas, recordó que facilitan la utilización de otros nutrimentos y están incluidas en frutas y verduras, vísceras, cereales integrales, leche y derivados. A estos se agregan los minerales o elementos inorgánicos, que  forman parte de estructuras como huesos, dientes y sangre, y se encuentran en frutas, verduras, carnes, vísceras, cereales integrales y verduras de hoja verde oscuro.

 

Por último expresó que otra práctica errónea es consumir en una o dos ocasiones todos los alimentos del día. Si la dieta se fracciona en pequeñas raciones se aprovecha mejor. Además, se pasa menos tiempo de ayuno, pues cuando éste es prolongado es causante de alteraciones gástricas y problemas de triglicéridos, los cuales se elevan en la sangre, concluyó.

 

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Es en la infancia cuando se forman las costumbres de consumo. El resultado es que padecimientos de adultos son hoy de adolescentes e infantes, revelaron investigadores de la UNAM.

 

FOTO 2.

Raquel Valenzuela Argüelles, de la Dirección de Medicina del Deporte de la UNAM, dictó la conferencia “Malos hábitos alimentarios”, en donde dijo que los niños de 7 u 8 años ya registran problemas de colesterol alto y obesidad.