Boletín UNAM-DGCS-304
Ciudad Universitaria
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final del boletín
OTORGAN A MIGUEL LEÓN-PORTILLA EL PREMIO TLAMATINI
El Investigador emérito de la
UNAM, Miguel León-Portilla, recibió el Premio Tlamatini que otorga la
Universidad Iberoamericana (UIA), campus Ciudad de México, a las personas que
con su voluntad, quehacer y talento hacen aportaciones importantes a la
educación en nuestro país.
Al recibir el reconocimiento,
León-Portilla expuso que la formación es la clave para el desarrollo de los
pueblos y la que puede salvar a nuestra nación, heredera de la estirpe
mediterránea y mesoamericana.
Sin embargo, advirtió, el país
se ha ido entrampando, y hoy está inmerso en el caos. Los partidos políticos y
las cámaras no logran consensos y tal parece que lo único que les interesa es
su conveniencia y no el bien nacional, expresó.
Ante el rector de la UIA, José
Morales Orozco, el historiador aseveró que estos actores políticos tampoco han
sido capaces de resolver el problema indígena.
El pueblo, dijo, debe reaccionar frente a los partidos y tratar de
obligarlos a reflexionar y asumir su papel.
El profesor por casi cincuenta
años en la Universidad Nacional proclamó que pertenece al “partido de la UNAM”,
pues no desea estar fragmentado, “quiero ser mexicano íntegro. Ojalá que
encontremos un camino para que el funcionamiento político no sea un caos,
pleitos constantes y se legisle para bien de México”.
Señaló que esta casa de
estudios es el gran baluarte de la nación, donde está lo “más fino de las
neuronas del país. Allí es donde se forma la gente que va a dirigir a nuestra
sociedad; está el hervidero de las ideas; donde se desarrolla la más amplia y
honda investigación”.
Manifestó pesar por las vejaciones que
sufren los compatriotas que radican en Estados Unidos, quienes envían miles de
millones de dólares, y preguntó al público asistente en la sede de la UIA si es
nuestro destino ser vendedores de mano de obra barata o herederos de esas dos
grandes raíces de las cuales viene el ser de México.
León-Portilla resaltó el hecho
de que una universidad privada reconozca su labor de docencia con este premio y
como una situación curiosa narró que en su tesis de doctorado estudió la figura
de Tlamatini: “el que sabe” en los textos en náhuatl, por lo que fue él quien
la dio a conocer.
Consideró que un investigador
debe impartir clases, pues necesita estar en contacto con la gente joven,
estimularse con las preguntas que le hacen, e ir al día en los avances en la
materia que se ocupa
El director de Cooperación
Académica de la Universidad Iberoamericana, Luis Núñez Gornés, presentó el
currículo de León Portilla, quien más allá de sus estudios universitarios en
Ciencias Sociales, Historia y Filosofía en México y en el extranjero, se ha
significado por su entrega a la defensa de las comunidades indígenas y de la
cultura de las mismas, no sólo en el ámbito nacional, sino internacional.
Sus trabajos, se reseñó, han
permitido a los mexicanos y al mundo entero conocer de cerca la vida de
nuestros antepasados, sus lenguas, sus tradiciones y costumbres, lo que le ha
llevado a merecer el reconocimiento de diversas universidades de México y el
extranjero que le han otorgado el Doctorado Honoris Causa.
Cincuenta años de
investigación incansable lo han llevado a una rica producción editorial. Son
muestra de ello los más de 80 libros especializados de los que es autor,
algunos de ellos leídos por millones de personas y traducidos a más de 15
lenguas, entre las que se incluye el polaco, serbocroata, sueco, húngaro,
japonés y hebreo, como es el caso de su obra cumbre: “Visión de los Vencidos.
Relaciones Indígenas de la Conquista”.
Su tesis doctoral “La
filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes”, ha tenido repetidas ediciones y ha
sido traducida al inglés, francés, alemán y ruso.
Se ha destacado en la academia
formando generaciones de mexicanos y extranjeros en las lenguas y culturas de
México. Es profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM desde 1957;
investigador emérito y director del Instituto de Investigaciones Históricas de
la misma Universidad; investigador emérito del Sistema Nacional de
Investigadores desde 1996 y ha sido profesor de historia y antropología en la
Universidad Iberoamericana.
Cuenta entre los múltiples
premios, reconocimientos y homenajes, por mencionar sólo algunos de los más de
50 que ha recibido, con diversas becas –como la Guggenheim y la Fullbright–, el
Premio Nacional de Historia, Filosofía y Ciencias Sociales; Cronista de la
Ciudad de México; Commendatore de la República Italiana, y miembro de honor ad
vitam de la American Historical Association.
También obtuvo el Premio
Universidad Nacional; Premio Elías Sourasky, de la Secretaría de Educación
Pública; la Presea Manuel Gamio al Mérito Indigenista; Medalla Belisario
Domínguez concedida por el Senado de la República; el Premio Bartolomé de las
Casas, otorgado por el Príncipe de Asturias, España, y la imposición del nombre
Miguel León-Portilla a la cátedra de estudios mexicanistas de la Universidad de
Amberes, Bélgica.
El doctor León-Portilla es
además miembro de más de 30 importantes instituciones académicas, entre las que
destacan el Colegio Nacional, la Academia Mexicana de la Lengua, la Real
Academia Española, la National Academy of Sciences de Estados Unidos y la
Academia Mexicana de Historia de la que fue director. También sirvió a México
como embajador ante la UNESCO.
El reconocimiento Tlamatini,
“el que sabe” en náhuatl, es una obra
original realizada a mano en cristal y diseñada por el arquitecto Pedro
Ramírez Vázquez.
El Fomento de Investigación y
Cultura Superior A.C. (FICSAC), que es el Patronato de la Universidad
Iberoamericana, instituyó este premio desde 1996.
Otras personalidades a las que
se ha otorgado el galardón son: Adolfo Patrón Luján, Guillermo Soberón
Acevedo, Lorenzo Servitje Sendra,
Manuel Ignacio Pérez Alonso, Ángel Losada Gómez, Antonio Fernández Rodríguez y
Sylvia Irene Schmelkes del Valle.
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PIES DE FOTO
FOTO 01
El Investigador
emérito de la UNAM, Miguel León-Portilla, recibió –de manos de Clemente Serna Alvear, presidente de FICSAC– el Premio Tlamatini
que otorga la Universidad Iberoamericana (UIA), por sus aportaciones a la
educación en nuestro país.
FOTO 02
La formación es la clave para el desarrollo de los pueblos y la que puede salvar a nuestra nación, heredera de la estirpe mediterránea y mesoamericana, refirió el investigador emérito de la UNAM, Miguel León-Portilla.