11:00 hrs.  14 de Abril  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-297

Ciudad Universitaria

Pies de foto al final del boletín

 

 

OBLIGATORIO, PENSAR SOBRE LOS PENDIENTES DE LA DEMOCRACIA: JOSÉ WOLDENBERG

 

·        Algunos de los problemas que debe enfrentar en AL y México son: la pobreza y desigualdad; el Estado de derecho; la ciudadanía y cultura política; la responsabilidad de los partidos, y los medios de comunicación

·        Dictó la conferencia Los retos de la democracia en México, en el marco de la Primera Semana de la Administración Pública de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

·        La cual fue inaugurada por Fernando Pérez Correa, director de esa entidad, quien aseguró que este encuentro hace posible el examen y discusión de asuntos actuales

 

En México y América Latina se hace obligatorio pensar seriamente sobre los pendientes de la democracia, a fin de hacerla cada vez más pertinente y eficaz, y menos frágil y vulnerable, afirmó José Woldenberg, académico de la UNAM y ex presidente del Instituto Federal Electoral (IFE).

 

Al dictar la conferencia “Los retos de la democracia en México”, realizada en el marco de la Primera Semana de la Administración Pública de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), añadió que estamos obligados a consolidar las prácticas políticas ciudadanas recientemente adquiridas, sin dejar de impulsar la modernización económica de nuestros países, poniendo un dique al crecimiento de las cifras dramáticas de la pobreza que nos hunden en la injusticia, irritación y desánimo.

 

A su vez, Fernando Pérez Correa, director de la FCPyS, al inaugurar este encuentro, organizado a iniciativa de los estudiantes de la entidad, aseguró que ello hace posible el examen y discusión de asuntos actuales de esa disciplina y la ciencia política.

 

Expuso que se atraviesa un proceso de evaluación del plan de estudios y en ese ámbito uno de los elementos claves planteados es pensar cada carrera desde una perspectiva flexible, con una formación básica sólida, al tiempo de abrir un abanico de alternativas de formación complementaria.

 

“Nos acercamos a una profundización en la instrucción común entre ciencia política y administración pública, de forma que en vez de vislumbrarse la separación entre ambas disciplinas se repunta el reforzamiento de las coincidencias”, expresó.

 

Al retomar su exposición, José Woldenberg dijo que la fortaleza de la democracia depende del poder de la población, entendida ésta como la capacidad real de la sociedad para ejercer el conjunto de sus derechos políticos, civiles y sociales.

 

Expuso que algunos de los campos problemáticos que debe enfrentar ese régimen en la región latinoamericana son: la miseria y la desigualdad; el Estado de derecho; la ciudadanía y cultura política; la responsabilidad de los partidos, y la de los medios de comunicación.

 

Recordó que en la región, mientras los índices de participación electoral se encuentran entre los de Estados Unidos, por debajo de la media latinoamericana, y los de Europa, por encima, el porcentaje de menos favorecidos es superior entre nosotros: 42.2 contra 15 por ciento en el viejo continente y 11.7 en la Unión Americana.

 

Así, por primera vez en la historia, una región en desarrollo y con sociedades profundamente inequitativas está en su totalidad organizada políticamente bajo regímenes participativos. Así se define una nueva realidad: el triángulo de la democracia, pobreza y desigualdad, reconoció.

 

 

En el Informe sobre el Desarrollo de la Democracia en América Latina en 2004, elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), al cual se refirió, se señala una tensión entre la opción por el progreso económico y la democracia, ya que buena parte de los latinoamericanos valoran al primero por encima de la segunda.

 

En cuanto al Estado de derecho señaló que persisten, en niveles alarmantes, la inseguridad, corrupción e impunidad. Además, la autoridad vacila en aplicar la ley y los ciudadanos se resisten a cumplirla.

 

Su implantación, añadió José Woldenberg, si bien pasa por reformas legales referidas al poder judicial y las demás instituciones de prevención y procuración de justicia, en realidad se trata de un problema de índole social general, que trasciende la mera dimensión legal para ubicarse en la de la política, como un  asunto esencial de la reforma del Estado y la renovación de las normas éticas sobre las cuales descansa nuestra cultura política. “Aún estamos lejos de que el cumplimiento de la ley sea una constante”.

 

En relación con la ciudadanía y su formación cívica, el universitario expuso que el buen funcionamiento del régimen democrático precisa replantear la política como eje ordenador de la actividad gubernamental y de forma obligada pasa por la conformación de sujetos capaces de asumir un papel activo.

 

Según encuestas sobre el tema realizadas por el IFE y la Secretaría de Gobernación, hay serios problemas en la visión que la población tiene acerca de los valores, instituciones y legalidad. Prevalece una idea autoritaria e intolerante de las relaciones sociales y bajos niveles de información política, agregó.

 

Buena parte de la colectividad no lee la prensa y no atiende a las noticias de política en radio y televisión, pero juzga con calificaciones negativas al Congreso, los partidos y a los políticos. Por ello, se debe elevar el nivel de la cultura cívica,  de modo que al intervenir lo hagan informados y con conocimiento de causa, indicó.

 

 

Respecto a la responsabilidad de los partidos, expuso, son ellos quienes deben adoptar el papel de vanguardia y poner en juego las visiones de Estado y de país por las que los ciudadanos optarán. La calidad de nuestra democracia se juega en la de esos institutos políticos, sus integrantes y programas legislativos y de gobierno.

 

Asimismo, el tema de los medios de comunicación en este ámbito no es secundario. La reflexión sobre su relación es tarea imprescindible para consolidar los cambios alcanzados y mejorar la calidad de nuestra convivencia, señaló.

 

El continente vive una democracia, sostuvo José Woldenberg, pero ésta no es formato idílico, no es una sociedad reconciliada, sino que tiene sus propios problemas y es necesario diagnosticarlos y enfrentarlos.

 

Este régimen es una realidad política y electoral en América Latina. “Hoy se encuentra a deliberación la calidad de los sistemas que hemos edificado, es decir, cómo resolver los cuestionamientos planteados por la consolidación del modelo, que permite que la pluralidad real de la sociedad pueda convivir y competir con apego a las leyes y por un cauce pacífico”, concluyó.

 

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FOTO 01

Juan A. Sánchez, Juan Carlos Trejo, Fernando Pérez, Carlos Sirvent y José Woldenberg, durante la Primera Semana de la Administración Pública de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

 

FOTO 02

José Woldenberg, Carlos Sirvent y Fernando Pérez Correa luego de que el primero dictara la conferencia “Los retos de la democracia en México” en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.