06:00 hrs.  9 de Abril  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-280

Ciudad Universitaria

Pies de foto al final del boletín

 

RINDE LA UNAM HOMENAJE AL ESCRITOR AUSTRIACO THOMAS BERNHARD

 

·        La Facultad de Arquitectura reconoce a uno de los creadores más importantes en lengua alemana, conocido por su crítica a su sociedad

·        Jorge Tamés y Batta, director de esa entidad, y el embajador de Austria en México, Werner Druml, participaron en la inauguración de la muestra Thomas Bernhard, poética de los escenarios

 

La Facultad de Arquitectura (FA) de la UNAM rindió homenaje al escritor austríaco Thomas Bernhard, uno de los escritores más importantes en lengua alemana, conocido por su crítica de la sociedad austríaca y la musicalidad mostrada al manejar su idioma, mediante la exposición artística y profesional.

 

Los lugares que inspiraron al novelista, elegidos para que habitaran sus protagonistas, ya fueran estos geniales o estuvieran al borde de la locura, forman parte de la muestra Thomas Bernhard, poética de los escenarios.

 

En la inauguración, Jorge Tamés y Batta, director de esa entidad universitaria, destacó la influencia de la arquitectura y los escenarios evocadores en el creador, a quien comparó con Juan Rulfo quien, a su vez, se inspiró en los paisajes de Jalisco.

 

“Los lugares ahí están, la inspiración ahí está, pero el ser humano la desarrolla de maneras diferentes; sin embargo, todos están unidos a través de lo que sentimos como seres humanos”, aseguró el funcionario.

Por su parte, Werner Druml, embajador de Austria en México, refirió que la obra de Thomas Bernhard puede definirse como de deconstructivismo en la literatura. “Todo es ridículo si se piensa en la muerte”, fue una de sus frases, lo cual, además de un concepto universal radical, puede ser interpretado como expresión de una visión escéptica e irónica centroeuropea.

 

Tan destacado autor –quien murió hace 16 años, en febrero de 1989– tuvo una obsesión por su nación “como tema literario, por los austríacos como protagonistas de sus obras de teatro y de sus novelas, y más que todo por los lugares austríacos”, y sobre esos lugares versa la exposición, añadió el diplomático.

 

Se pensó que la muestra sería útil como introducción a la producción de este escritor, hoy tal vez el más leído en el mundo; la difusión de sus libros en todo el mundo demuestra que el contenido tiene un significado universal, aseveró.

 

Por su parte, Herwing Weber, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, comentó que la actividad montada está hecha por su biógrafo más destacado, Hans Höller, quien escribió una reseña sobre el literato, y por Erich Hinterholzer, su fotógrafo personal.

 

Un aspecto formidable de su trabajo, reiteró, “es la síntesis de literatura y arquitectura, o más bien, la descripción recreada del ambiente de su entorno”. En el caso de lo mostrado se enfoca a cuatro novelas y sus relaciones con sus diversos escenarios: Sí, Trastornos, Corrección y Extinción.

 

En 1965, narró el especialista, Thomas Bernhard compró su primera casa en un pequeño pueblo llamado Ohlsdorf, cerca de Gmunden en la Alta Austria, con el dinero del éxito de su primera novela, Helada, donde el paisaje desempeña un papel importante: “cada piedra es para mí la historia de la humanidad”, asentó ahí.

 

Comenzó a restaurar aquel espacio que describe como una ruina en su novela autobiográfica Sí, de 1978. Siete años después había comprado dos residencias más en esa misma región, las cuales tendrían amplias consecuencias artísticas. Para 1980, reunió un conjunto de títulos en donde las moradas, proyectos de construcción o complejos de edificios desempeñan un papel relevante y único en la literatura en lengua alemana, recordó.

 

En su segunda novela, Trastorno, de 1967, el escenario principal es el castillo Hochgobernitz en Alta Austria, donde un príncipe, Saurau, trabaja en él sus ensayos sobre la humanidad. Esta fortaleza, dice el noble, “tiene la forma del mundo”, precisó.

 

Tres años después, apareció La calera, en 1970, donde presenta un espacio abandonado en donde decide vivir el protagonista con su mujer de una manera retraída, y lo renueva según su gusto, sacando toda la ornamentación a favor de la construcción funcional, la cual recuerda al arquitecto vienés Adolf Loos y su edificio revolucionario de 1910 en el centro de Viena, explicó.

 

Así, desde la primera novela, Helada, hasta su última obra de teatro, Plaza de héroes, de 1989, Thomas Bernhard describe la destrucción de la belleza en un mundo cada vez menos habitable, resaltó.

 

Pero la novela central respecto al trabajo de construcción es Corrección, de 1975, donde, desde el comienzo, se puede leer como lema una ley central de la arquitectura y la estática: “para la instalación estable de un cuerpo es necesario que al menos tenga tres puntos donde sostenerse, que no estén puestos en una línea”, indicó.

 

Finalmente, se encuentra Extinción, ultima y más amplia exposición de Thomas Bernhard. En ella la descripción del oscuro castillo de Wolfsegg en Alta Austria, con su fachada severa y su entrada imponente de ocho metros de altura, sirve como una metáfora de Austria, con una historia gigantesca, pero pesada y severa, concluyó.

 

 

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FOTO 01

Jorge Tamés y Batta, director de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, y Werner Druml, embajador de Austria en México, previo a la inauguración de la muestra Thomas Bernhard, poética de los escenarios.

 

FOTO 02.

Jorge Tamés, Werner Druml, Martin Rauchbauer y Herwing Weber, tras la inauguración de la exposición Thomas Bernhard, poética de los escenarios, en la Facultad de Arquitectura de la UNAM.