06:00 hrs.  6 de Abril  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-265

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

CRÍTICO EL TEMA DEL FINANCIAMIENTO EDUCATIVO: MIGUEL LIMÓN ROJAS

 

·        El ex secretario de Educación Pública consideró analizar correctamente a que áreas debe destinarse cada nuevo peso para el sector

·        Señaló que es Indispensable un nuevo acuerdo en el que concurran autoridades estatales y la SEP, apoyadas por el Gobierno Federal con compromisos y metas concretas

 

El financiamiento educativo es, en la actualidad, un tema crítico en el ámbito nacional, no sólo porque se requieren más recursos, sino porque es necesario tomar las decisiones correctas de a dónde deben destinarse los mismos, reconoció en la UNAM el ex secretario de Educación Pública, Miguel Limón Rojas.

 

“Si analizamos la desproporción entre el gasto destinado a la nómina y el que se dedica a la inversión, al mejoramiento de planteles, equipamiento y al impulso de la calidad, la relación entre uno y otro es realmente insatisfactorio”, subrayó.

 

Al participar en el ciclo “La educación desde el poder (conversaciones con cuatro secretarios de Educación)”, organizado por el Centro de Estudios sobre la Universidad (CESU), reconoció que es bueno proponerse destinar 8 por ciento del Producto Interno Bruto, sin embargo, “hay que analizar a qué programa se va a dirigir cada peso nuevo que vaya a la educación. Esa tendría que ser la política de Estado que urge en esta área”.

 

Acompañado por Axel Didriksson, director del CESU, dijo que la educación debe ser una de las prioridades de alta jerarquía en las políticas nacionales, la cual requiere hoy, a partir de su descentralización, la concurrencia de las autoridades. Por ello, “es indispensable un nuevo y gran acuerdo que incluya autoridades estatales y de la SEP, apoyadas por el Gobierno Federal con compromisos y metas concretas”.

 

En el auditorio de la Unidad Bibliográfica, en ocasión de la aparición del libro de Pablo Latapí, La SEP por dentro. Las políticas de la Secretaría de Educación comentadas por cuatro de sus secretarios, Limón Rojas opinó que sería factible comenzar con el mejoramiento de las cinco mil escuelas que ocupan los últimos lugares en las evaluaciones que se tienen.

 

Se sabe qué instituciones están muy bien, bien, regular, mal o muy mal; se podría comenzar por las que están en una muy mala situación, tomar a las primeras mil e impulsarlas poco a poco. El problema sería que la descentralización se topara con un gobernante al que la educación sólo le interesa para sus informes.

 

Para ello, propuso el ex titular de la SEP, sería indispensable un acuerdo y un compromiso, primero de la autoridad, y después del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

 

Recordó que durante su gestión gozó de mucho respeto, y para los planteamientos que hubo en el programa de contenido humanista no tuvo ninguna palabra en contra para las modificaciones en los temas de valores y sexualidad, recibió toda la comprensión y el apoyo en el momento de enfrentar los conflictos que se generaron.

 

En aquella época se crearon más de 100 instituciones de educación superior, la mayoría de carácter tecnológico, porque había una gran demanda de instituciones de esta naturaleza, y ésta fue una respuesta eficaz y concreta a muchos pueblos que con ellas vieron posibilidades que antes no tenían.

 

 

 

Sin embargo, también nacieron dos instituciones públicas nuevas, una en Quintana Roo y otra en Tabasco. En el ámbito de las universidades públicas hay cifras que muestran que hubo mucho apoyo para programas concretos, como el de impulso a la modernización de las estatales y el mejoramiento del profesorado.

 

“Había restricciones, pero el presupuesto para la educación creció 20 por ciento en términos reales de 1994 al 2000. No era el crecimiento necesario, pero se libró la crisis financiera de 94”, puntualizó.

 

Comentó que su vocación de servidor público la obtuvo en la Universidad Nacional porque fue en ella donde adquirió una noción del ser humano, de la sociedad, del Estado, del panorama internacional. En la UNAM pudo formarse a través de las lecturas, las enseñanzas y el ejemplo de sus grandes maestros, quienes le abrieron un panorama nuevo, que le sembraron inquietudes que sólo podían ser atendidas mediante la lectura, la discusión y el debate.

 

En tanto, Roberto Rodríguez, investigador del CESU, destacó que durante el periodo de Limón Rojas la SEP fue una secretaría sin etiqueta.  “Veníamos de la revolución educativa con Miguel de la Madrid, y de la modernización de la misma con Carlos Salinas, y esta fue una gestión que no se planteó ninguna etiqueta de esta naturaleza”.

 

Refirió que dos de los retos fundamentales que enfrentó el secretario fue, por un lado, el financiamiento, sobre todo el tema de los errores de diciembre de 1994 pesó mucho; y, por el otro, la implantación del nuevo esquema de política educativa, aquel que implicaba la federalización de la educación superior en los términos del Acuerdo Nacional de Modernización.

 

A su vez, Aurora Loyo, del Instituto de Investigaciones Sociales, resaltó que a través de los resultados que en educación se han tenido en nuestro país, “estamos muy abajo, y sabemos, siendo realistas, que no se espera que en el corto tiempo mejore mucho la situación”.

 

 

 

Al comentar el libro, Pablo Latapí explicó que esta obra se propone reconstruir las grandes directrices de la educación que “llamamos políticas de estado, y para esto recurre a entrevistas de profundidad con los cuatro secretarios, en orden cronológico: Fernando Solana, José Angel Pescador, Miguel Limón Rojas y el actual Reyes Tamez Guerra”.

 

El libro se fija en el periodo de 1992 a 2004, y explora las grandes políticas que quedaron explicitadas y fueron las estructuras del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica y Normal, que se firmó entre el gobierno federal, los estatales y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación en mayo de 1992, concluyó.

 

 

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Foto 01

Miguel Limón Rojas, ex secretario de Educación Pública, comentó que la educación debe ser una de las prioridades en las políticas nacionales. A su lado Axel Didriksson y Aurora Loyo.

 

Foto 02

En la Biblioteca Nacional, Aurora Loyo, Miguel Limón Rojas, Axel Didriksson, Pablo Latapí y Roberto Rodríguez, en el inicio del ciclo de conversaciones con cuatro secretarios de Educación en la UNAM.