14:30 hrs.  1 de Abril  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-251

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

PERMITE HORARIO DE VERANO EL AHORRO DE DOS MIL MILLONES DE PESOS AL AÑO

 

·        En los ocho años que tiene la medida, se han economizado aproximadamente ocho mil millones de kilowatts hora

·        Se han dejado de emitir 12 millones de toneladas de contaminantes a la atmósfera, principalmente bióxido de carbono

·        Señalaron especialistas del Programa Universitario de Energía de la UNAM

 

A ocho años de haber sido implementado el horario de verano en nuestro país, el ahorro alcanzado ha sido de alrededor de dos mil millones de pesos anuales y aproximadamente ocho mil millones de kilowatts hora por año, afirmaron especialistas del Programa Universitario de Energía (PUE) de la UNAM.

 

Al respecto, David Morillón Gálvez, coordinador del PUE señaló que en ese lapso se han economizado ocho mil millones de kilowatts hora, lo cual equivale al consumo que hubieran realizado 22 millones de casas en el país durante dos y medio meses.

 

Dicho aprovechamiento, precisó Carlos Vélez Ocón, asesor del Área Eléctrica del PUE, puede verse de manera global e individual. En relación con esta última, dijo, “hablamos de un ahorro del orden de mil millones de kilowatts hora por año” en un universo de 30 millones de usuarios, 25 millones de los cuales son domésticos.

 

De esta forma, por persona, se dejan de utilizar de 30 a 40 kilowatts hora por año, “por lo que estamos hablando de un beneficio de unas decenas de pesos, lo cual es prácticamente imperceptible en el recibo de luz”.

 

Sin embargo, insistió, “si se multiplica por el número de usuarios en el ámbito nacional implica una ganancia de mil millones de kilowatts hora por año”, es decir, aproximadamente dos mil millones de pesos anuales que la gente ha dejado de pagar.

 

Asimismo, recalcó Morillón Gálvez, gracias al cambio de horario el Estado ha economizado aproximadamente seis mil millones de pesos en inversión por año, los cuales hubiera tenido que destinar a instalaciones de generación de energía. Este dato es importante, porque ese dinero se destina a otros rubros.

 

Adicionalmente, se han dejado de emitir 12 millones de toneladas de contaminantes a la atmósfera, principalmente bióxido de carbono. Sucede que cuando se genera la energía eléctrica se quema combustóleo, carbón o gas y, al hacerlo, se emite polución. “A veces –comentó– no se conoce esta información y por ello la gente dice que no sirve el horario de verano”.

 

Lo expuesto se desprende del estudio realizado en la UNAM por encargo de la Secretaría de Energía (2000), sobre el impacto de esta disposición en 18 sectores: agricultura, comercio, educación, energía, familia, finanzas, ganadería, individuo, industria, medio ambiente, medios de comunicación, salud, seguridad pública, telecomunicaciones, tiempo libre, transporte, turismo y zonas fronterizas.

 

Al ser una investigación de carácter nacional, se requirió de la participación de otras instituciones –70 en total– y de 121 profesores/investigadores, de los cuales 36 provinieron de 15 entidades de la UNAM; 46 por ciento de dependencias del Distrito Federal y el resto de los estados.

 

 

 

 

De los rubros analizados, afirmó Morillón Gálvez, tres se han visto beneficiados: además del de energía, el de turismo, “por razones de conveniencia personal o grupal, el mayor número de horas de luz natural es de gran aceptación tanto para el turista como para el prestador de servicios”. Las zonas fronterizas, donde la sincronización del horario de los estados mexicanos del norte con sus vecinos de Estados Unidos es de gran importancia para la población, por lo que la medida es de gran aceptación. En el centro y sur ocurre lo contrario: generalmente es rechazada.

 

Se constató también que no afecta a las áreas de salud, educación y seguridad pública. Permitió desechar el mito de que daña a las personas: al mover el horario una hora, un día es suficiente para adaptarse, llega a causar más problema el hecho de rotar turnos laborales.

 

Otro sector que se dice puede verse alterado es la educación, pero el estudio mostró que sólo el cinco por ciento de los niños llega tarde cuando se implementa, y ellos generalmente ya tienen un historial de que no cumplen con su horario. Además, el rendimiento de los infantes no se vio modificado; es el mismo.

 

En cuanto a seguridad pública, Vélez Ocón dijo que no aumentó el índice de delitos. Sí hubo un cambio: la situación se invirtió. Hay más asaltos en la mañana, en las horas oscuras, que en la tarde.

 

Para el resto de las áreas, indicó Morillón Gálvez, la situación es marginal, es decir, ni le beneficia ni le perjudica. Por lo anterior, señaló, el horario de verano es una de las mejores medidas adoptadas en el país, la más exitosa. Incluso, sostuvo, “me atrevo a decir que no requiere inversión, sólo de mover nuestros relojes, y eso ya implica un ahorro para el país y las personas en general.

 

De acuerdo con Vélez Ocón, esta medida ha funcionado, pues es sencilla y permite un  mejor uso de la energía, fácil de implementar; además, sirve para concientizar a la población sobre su importancia en la vida diaria, en el desarrollo del país y su efecto en la contaminación.

 

Aún así, concluyeron, entre 50 y 70 por ciento de los individuos y familias no quieren el horario de verano. Arguyen que no hay un beneficio directo en su economía y además es una imposición.

 

 

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FOTO 01

Especialistas de la UNAM coincidieron en que el horario de verano ha sido una medida exitosa, pues ha representado un ahorro equivalente a dos mil millones de pesos al año.

 

FOTO 02

A ocho años de haberse implementado el horario de verano en México, su beneficio es de ocho mil millones de kilowatts hora, afirmó David Morillón Galvéz, coordinador del Programa Universitario de Energía de la UNAM.