Boletín UNAM-DGCS-230
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al
final del boletín
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La secretaria general de la Escuela Nacional de Música de la UNAM,
Artemisa Reyes Gallegos, señaló que la sensibilidad y el trabajo en equipo son
otras de las ventajas
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Este aprendizaje debe reforzarse durante la educación básica, aseveró
La iniciación musical desarrolla en los niños
habilidades como memoria, coordinación motriz gruesa y fina, agudeza auditiva,
sensibilidad y trabajo en equipo, las cuales contribuyen a la formación
integral de los individuos, afirmó Artemisa Reyes Gallegos, secretaria general
de la Escuela Nacional de Música (ENM) de la UNAM.
La especialista agregó que estos beneficios
están científicamente comprobados y su aprendizaje debe reforzarse durante la
educación básica. Sin embargo, las materias en este campo se han restringido,
alertó, dejando de lado la parte sensible del ser humano, involucrada en el
fortalecimiento de valores y la calidad de vida.
Advirtió que la música es un ámbito de gran
importancia como cualquier otra área científica y humanística. Sin embargo,
durante la primaria y secundaria los pupilos no reciben los suficientes
conocimientos, en comparación con materias como biología, español o
matemáticas.
Asimismo, señaló, con ella es factible apoyar
diversas actividades de enseñanza–aprendizaje, incluso las más complejas, por
lo que se sugiere a los profesores de los grados básicos contar con cursos y
diplomados para servirse de estas modernas técnicas.
La profesora explicó que la utilización de un
instrumento requiere diversos tipos de coordinación, como la que puede darse
entre las manos y la boca, pies y manos o incluso entre distintos niveles de
presión en cada uno de los dígitos.
Por ello, la iniciación musical a esa edad es
ideal, pues se fortalecen los dedos –los cuales tendrán una extensión mayor a
la normal– y se realizan distintos tipos de fuerza controlada en los labios,
consideró.
Asimismo, dijo, con estos elementos se alcanza
una agudeza auditiva discriminatoria, mientras que se fomenta el compañerismo,
pues en múltiples ocasiones es una actividad de conjunto.
La experta aseveró que la música es tiempo a
través del sonido, por lo que el espacio temporal es otra de las habilidades
fundamentales para el aprendizaje general de los individuos.
En lo relativo al canto, abundó que tanto niños
como niñas tienen voces agudas o graves, pero en esa etapa se llaman blancas.
En este contexto afirmó que cuando los varones cambian de voz no deben cantar,
sino hasta que pase la pubertad y cuente con un registro definido.
Expresó que en un esfuerzo por contribuir al
desarrollo de la niñez, la formación de futuros profesionistas de alto nivel y
la generación de públicos, la ENM ofrece un ciclo de iniciación musical para
menores que estudian los niveles primaria y secundaria, donde se oferta un
catálogo de más de medio centenar de asignaturas
Los pequeños pueden optar por acordeón, arpa,
canto coral, clarinete, clavecín, flauta dulce o transversa, lírica internacional
o mexicana, órgano, piano, percusiones, saxofón, trompeta, violín o
violoncello, banda orquesta, o guitarra, entre otras materias, enumeró.
La especialista expuso que el objetivo de esa
actividad es “llevar al niño de la mano” hasta llegar a la licenciatura o a un
posgrado, pero también para el aprecio del arte entre el grueso de la
población.
En una primera etapa, los estudiantes son
introducidos en el solfeo para conocer las notas y afinar tanto ritmo como
audición y, posteriormente, pasar por diferentes módulos para identificarse con
el instrumento de su preferencia, concluyó.
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PIES DE FOTO
FOTO 01
Con los elementos
musicales se alcanza una agudeza auditiva discriminatoria, mientras que se
desarrolla el compañerismo, aseguró Artemisa Reyes Gallegos, secretaria general
de la Escuela Nacional de Música de la UNAM.
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La utilización de
un instrumento requiere diversos tipos de coordinación, como la que puede darse
entre las manos y la boca o los pies y las manos, indicó la pedagoga musical
Artemisa Reyes Gallegos.