Boletín UNAM-DGCS-229
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al
final del boletín
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Informó Ignacio Camacho Arroyo, coordinador del proyecto de la
Facultad de Química
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Es una hormona y sus metabolitos,
involucrados en la regulación reproductiva de la mujer
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Los resultados alcanzados hasta el momento
han sido alentadores; no obstante, advirtió, es necesario realizar más análisis
y estudiar si hay efectos secundarios al administrarse
Con inyecciones de progesterona,
científicos de la UNAM tratan de espaciar la frecuencia de la aparición de
convulsiones epilépticas, así como de atenuar su intensidad y retrasar su
aparición, informó Ignacio Camacho Arroyo, de la Facultad de Química.
El investigador explicó que realizan
pruebas de esta sustancia, que hasta el
momento han arrojado resultados alentadores, aunque fue categórico al señalar
que aún hay análisis por llevar a cabo y poder revisar si es que produce efectos
secundarios.
Se aplican microinyecciones de
progesterona –una hormona involucrada en la regulación reproductiva de la
mujer: mantiene el embarazo e interviene en la ovulación y conducta sexual
femenina– y sus metabolitos –elementos usados durante el metabolismo–, en
particular de la 3a5atetrahidroprogesterona, en la formación reticular, una
región del tallo cerebral de las ratas relacionada con episodios convulsivos,
añadió el coordinador de esta investigación.
La epilepsia, explicó Camacho Arroyo, es
un padecimiento neurológico crónico, de origen diverso, caracterizado por la
presencia de crisis recurrentes, las cuales tienen repercusiones en los
movimientos del individuo e, incluso, en su estado de conciencia.
Es grave y frecuente: se calcula que
entre 1 y 1.5 por ciento de la población mundial la presenta; en México la
proporción es similar. Por ello, dijo, es importante investigar diferentes
ángulos de este padecimiento. Se estima que entre 20 y 25 por ciento de los
afectados es refractario a los tratamientos existentes. Por ello, es relevante
analizar y proponer nuevos medicamentos.
A decir del especialista, hay dos tipos
de episodios epilépticos: generalizados, que involucran cambios en la actividad
motora de todos los músculos de la persona, movimientos musculares rápidos e
intensos y pérdida de conciencia; dentro de ellas el individuo puede no
manifestar cambios en su actividad motora, simplemente se queda mirando al
vacío por variaciones en la actividad eléctrica cerebral.
Otras son parciales, que, a su vez, se
han dividido en simples y complejas: la diferencia es que en el segundo caso
hay pérdida de conciencia y en el ámbito motor algunos ligamentos se ven
afectados, precisó.
Indicó que los estudios sobre el nuevo
compuesto revelaron efectos en diferentes funciones del Sistema Nervioso
Central: en mecanismos de la memoria, aprendizaje, sueño, crecimiento de
tumores cerebrales, y protección al daño y excitabilidad neuronal. “Es
realmente este último punto el que enlaza progesterona con epilepsia, porque
las crisis de esta última se producen con la alteración de las neuronas”.
Los resultados con su uso en las
investigaciones fueron alentadores; no obstante, sugirió, es necesario realizar
más análisis para tratar de implementar una terapia anticonvulsiva basada en
estos desarrollos, y estudiar si hay efectos secundarios al administrarlos.
Asimismo, reveló, falta por conocer
aspectos relacionados con los mecanismos de acción de los metabolitos, saber si
se produce el mismo efecto en diferentes modelos de epilepsia como el de crisis
generalizadas o sólo en algunos; asimismo, si puede tener alteraciones
anticonvulsivas o sólo a través de ellos.
También si en los ratones machos tienen
las mismas secuelas que en las hembras. “Por lo general se ha asociado la
progesterona como una hormona femenina, pero los hombres también la tienen,
aunque en menor cantidad”, consideró.
Posteriormente, deberían diseñarse
medicamentos parecidos a dichos metabolitos. Además, estudiar de forma
sistemática la relación entre esa enfermedad y el uso de fármacos
anticonceptivos, tanto orales como inyectables, sentenció.
“A largo plazo se busca trazar una
estrategia terapéutica diferente a las actuales. Contar con una alternativa
aumenta la probabilidad de que los pacientes tengan un mejor nivel de vida”,
concluyó el especialista.
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PIES DE FOTO
FOTO 01.
Ignacio Camacho Arroyo, de la
Facultad de Química de la UNAM, señaló que entre 20 y 25 por ciento de la
población que padece epilepsia es renuente a los tratamientos actualmente
existentes contra esa enfermedad.
FOTO 02
Un estudio de la
Facultad de Química de la UNAM reveló que uno de los metabolitos de la
progesterona disminuye de manera importante tanto el número de crisis
convulsivas causadas por la epilepsia como la intensidad de las mismas, además
de retrasar su aparición.